Tarapacá: reclaman retrasos en instalación de viviendas
Por A. Lobo y R. Váquez, La Tercera.
A un mes del terremoto, más de mil pobladores aún duermen en carpas en Iquique y Alto Hospicio.
Un millar de pobladores durmiendo en carpas instaladas en las calles de Iquique y Alto Hospicio, falta de claridad en los plazos de la reconstrucción y focos de protestas y cacerolazos, son parte del escenario que se vive en la Región de Tarapacá, a un mes del terremoto de 8,2 grados que sacudió la zona.
“Aún no hay fechas de cuándo van a estar implementados los barrios de emergencia, en qué momento se entregarán los bonos para las familias. La lentitud es impresionante, la gente sigue viviendo en la calle en carpas, pasando frío, muchos sin las condiciones mínimas de seguridad e higiene. Ha pasado un mes del terremoto y no se sabe absolutamente nada respecto de los plazos”, dice Johana Alamos, dirigenta de la población Las Dunas, una de las zonas de Iquique más afectadas por el terremoto.
En la zona, la última protesta ocurrió la noche del miércoles, cuando vecinos de Alto Hospicio, portando cacerolas, cortó el tráfico por cerca de una hora, exigiendo agilidad en la instalación de viviendas.
Al respecto, el alcalde de Alto Hospicio, Ramón Galleguillos, dijo que si bien algunas coordinaciones han sido lentas, se ha avanzado en la instalación de casas de emergencia. “Hay cerca de 40 casas instaladas del barrio temporal y esperamos que en dos semanas se encuentren emplazadas las 144 destinadas para la primera etapa”, dijo el edil, quien reconoció que existen problemas en la reubicación de los damnificados.
“Mis mayores reparos están relacionados con la lentitud en el accionar de la Onemi en la entrega de ayudas para la gente que aún mantenemos en las calles y con el Ministerio de Obras Públicas, ya que hubo que esperar un mes para que recién comenzaran a trabajar en la habilitación de una tercera pista de emergencia en la Ruta 16, que aún enfrenta gigantescas congestiones en horas punta”, dijo.
Mientras, el delegado presidencial en la zona, Julio Ruiz, señaló que la etapa actual es de transición y de implementación de las medidas para comenzar a reconstruir. “Más de un 80% de los establecimientos educacionales ya ha regresado a sus actividades; la Zona Franca ha reabierto sus puertas de manera paulatina, igual que el comercio. Se han normalizado las vías, aunque hay temas pendientes con la Ruta 16. Estamos trabajando para avanzar rápido con la instalación de viviendas de emergencia en Iquique y Alto Hospicio”, dijo Ruiz.
Además, indicó que el ritmo de instalación de las casas temporales también estará marcado por los beneficios a los cuales opten las familias, es decir, subsidios de arriendo, de acogida en redes familiares o viviendas de emergencia, demanda que se recogerá en los nueve puntos informativos que se instalaron el pasado miércoles entre Iquique y Alto Hospicio.
“No es un tema de calendario, hay que actuar con responsabilidad y dar seguridad a las familias. En algunas comunas hemos avanzado más rápido que en otras, por disponibilidad de terrenos, características del suelo. No es un proceso homogéneo”, agregó.
Según el catastro del Ministerio de Vivienda, en Tarapacá hay 6.184 viviendas dañadas, de las cuales 5.432 pueden ser reparadas y 752 requieren ser reconstruidas.
La ministra de Vivienda, Paulina Saball, indicó que se ocupará el Fondo Solidario de Reconstrucción para construir en dos modalidades: nuevas casas en diferentes emplazamientos (850 UF más la urbanización) o levantar la casa en sitio propio, con un proyecto ajustado a las viviendas tipo, u optar por autoconstrucción. El monto del beneficio en este caso alcanza a las 600 UF, más una bonificación de 100 UF adicionales si las casas estaban en suelo salino.
En tanto, para las 5.432 viviendas que se repararán, se usará el Plan de Protección del Patrimonio Familiar, cuyo mejoramiento está relacionado directamente con el tipo de daño que presenta la casa, con beneficios que van desde las 40 a las 200 UF.
Reconstrucción en Arica
En Arica, el catastro final del Ministerio de Vivienda arrojó 1.597 casas dañadas, de las cuales 1.468 pueden ser reparadas y 120 deben ser reconstruidas. En la zona, sólo 24 familias accedieron a vivir en casas de emergencia, mientras que el resto de los propietarios se han negado a abandonar sus viviendas por miedo a robos. Afirman que se irán de allí sólo cuando estén listas las nuevas construcciones.
En la región, las carreteras y caminos están 100% operativos y el sitio histórico más dañado fue El Morro de Arica, con costos de reparación estimados en $ 2.200 millones.