El 51% de viajes en bicicletas públicas de Providencia combina con la red Metro
Por Diego Villegas C., La Tercera.
Estudio UDP y PUC analizó a más de 300 personas que se movilizan a través de este medio de transporte comunal.
Como cada mañana, el publicista Walter Núñez sale de su departamento, ubicado en las cercanías del Parque Inés de Suárez, para dirigirse a su trabajo, en la comuna de Maipú. Según cuenta, el transporte público por Bilbao y Pedro de Valdivia -calles que lo dejan cerca del Metro- va siempre lleno y, por tal razón, utiliza otro sistema.
“Tomo una de las bicicletas públicas y llego hasta Manuel Montt. Ahí la dejó y tomo el Metro. Es lejos la alternativa más rápida”, dice Núñez sobre su rutina de traslado, una tendencia cada vez más evidente según un estudio lanzado por la Escuela de Ingeniería de la Universidad Diego Portales, en conjunto con el Centro de Desarrollo Urbano Sustentable de la Universidad Católica (Cedeus) que analizó la realidad del sistema de bicicletas públicas en Providencia que funciona desde el 2010.
Para realizar el sondeo, ambas instituciones hicieron 307 encuestas en los lugares donde se realiza el préstamo de estos vehículos durante los horarios punta mañana (8.00-10.00) y punta tarde (17.30-19.30). Entre otras cosas, se preguntaron datos personales, de origen y destino, tiempo de viaje, ruta y frecuencia.
Los datos indican que el 63% de los usuarios de las bicicletas públicas son hombres que tienen entre 20 y 39 años y que en un 57% residen dentro de Providencia.
Además, del total de los encuestados, un 51% declaró usar el medio de transporte para viajes con tiempos menores a los 10 minutos, mientras que el 43% lo uso en rutas que van desde los 11 a los 20 minutos. Por otro lado, un 88% de las personas utiliza la red más de tres veces por semana.
“Es un sistema relativamente exitoso y, como principal uso, está combinarlo con las estacione de Metro. Así uno explica, por ejemplo, que en Vitacura exista el doble de bicicletas públicas, pero con la mitad de la demanda. Es sumamente necesario que esta tendencia se empiece a mezclar con la construcción de estacionamientos en superficie de bicicletas”, explica Louis de Grange, académico de la U. Diego Portales y uno de los expertos en transportes que participó del estudio.
Entre los motivos que los usuarios declararon para usar las bicicletas públicas, un 33% manifestó que lo hacía por rapidez y un 22% que encontraba una buena razón para hacer deporte.
Al 95% de los encuestados no le parece relevante el precio que se debe pagar por usar el sistema, que tiene un valor de dos mil pesos semanales y $ 15.000 anuales.
Uso de ciclovías
El estudio indagó en el uso de las ciclovías que existen en la comuna a la hora del traslado. Ahí, el 71% dijo que usaba estos caminos, sin embargo, los que respondieron negativamente criticaron la presencia de peatones en ellos, lo que implica un mayor tiempo de viaje.
“Es una tendencia que está naciendo y se observa en lugares como el biciestacionamiento de Mall Plaza Egaña. Se relaciona con la conciencia ecológica, la nece- sidad de actividad física y la búsqueda de acortar tiempos de viaje. Para reforzar la intermodalidad es vital proveer de biciestacionamientos seguros, de capacidad en la red de Metro y nodos de transporte público”, explica la directora del centro de urbanismo ciudadano Bicicultura, Amarilis Horta.
Auge en Santiago
Actualmente, en Santiago son tres las comunas que tienen sistemas de bicicletas públicas. Providencia, que lo inauguró el 2010; Vitacura, que lo hizo el año pasado, y Lo Barnechea, que hace unos días estrenó su red de 200 bicicletas ubicadas en 20 puntos estratégicos. En agosto será Ñuñoa la que estrene su sistema.
“Los sistemas de bicicletas públicas permiten combinar diversos medios de transportes que hay en la ciudad y así obtener políticas de transportes más interconectadas. Pasa que, por lo general, las propuestas que se hacen son muy unificadas y ahora se necesita que sean más interconectadas”, remata el integrante del colectivo ciclista Muévete Santiago, Pablo Arriagada.