Tensa convivencia de ciclistas en calles y veredas
Por P. Lezaeta, M. Valencia y P. Reed, El Mercurio.
Autoridades comienzan a tomar medidas ante el progresivo deterioro de la relación con automovilistas y peatones:
Movimiento Furiosos Ciclistas deberá informar trazado de sus movilizaciones.
“¡Bájate, te voy a matar!”.
Son las 8:30 horas de ayer, plena hora punta, en el puente del Arzobispo, Providencia. Allí están Bárbara, ciclista y alumna de arquitectura que acaba de ser embestida por un taxista, y el propio conductor, que le pide disculpas. De pronto, otro ciclista irrumpe en la escena. Fuera de sí, abre la puerta del taxista y lo amenaza. Bárbara no lo conoce.
“El choque no me estresó tanto como la reacción del ciclista. Me imaginé que se iban a agarrar o algo peor. Le pedí que se calmara. Él no me dijo nada. Tomó su bicicleta y se fue”, relata la joven, que sufrió lesiones leves y perdió su medio de transporte.
En una ciudad de seis millones de habitantes, un parque de 1,6 millones de vehículos y una incipiente red de 250 kilómetros de ciclovías, el caso de Bárbara revela cómo ha empeorado la relación entre ciclistas, automovilistas y peatones en medio del auge de los vehículos de dos ruedas. Según el portal Comex, de la Cámara de Comercio de Santiago, entre 2007 y 2012 las importaciones de bicicletas se duplicaron, hasta los 50,3 millones de dólares.
“Ha habido un deterioro en la convivencia entre automovilistas y ciclistas”, confirma el jefe de la Prefectura del Tránsito de Carabineros, coronel Óscar Vargas. “Yo soy ciclista. No estamos contra los ciclistas, estamos por que se cumplan las leyes que, a la vez, les dan protección”, añade.
Para César Garrido, vocero del movimiento Furiosos Ciclistas, la tensión que pudiera existir es “coyuntural” y responde a un “incremento brutal” en el número de ciclistas y al mal diseño de ciclovías en comunas como Providencia y Ñuñoa que inducen a errores.
Su movimiento reivindica el uso de la calle, por lo que entiende las quejas de los peatones. Pero si bien se preocupan de educar a los ciclistas, advierte que la autoridad “les pasa la pelota” en un ámbito que debería ser de su competencia.
La primera medida para una mejor convivencia se adoptó ayer, en una reunión entre Carabineros y Furiosos Ciclistas, por los líos que provocan las masivas cicletadas que estos realizan cada primer martes del mes.
Ahora, Furiosos Ciclistas entregará el trazado una semana antes, para que la policía tome medidas de seguridad.
Lo siguiente es mejorar el acatamiento de la Ley de Tránsito, y no solo respecto de ciclistas que usan las veredas, reclamo habitual de los peatones. Del 5 al 12 de mayo, Carabineros multó a 175 ciclistas, 163 de los cuales no llevaban casco, obligatorio en zonas urbanas. Es una infracción “menos grave”, sancionada con multas de hasta una UTM ($41 mil).
El gobierno anterior evaluó legalizar a las bicicletas como medio de transporte y lo incluyó en su Política de Transporte Urbano. “Hoy se le mira como medio de recreación (…) Se requieren reglas más claras para que ciclistas, peatones y automovilistas compartan en forma segura”, dice la ex subsecretaria de Transportes Gloria Hutt.
La idea era avanzar a un reglamento y control de los ciclistas, lo que ya sucede en países como Inglaterra, que exigen una suerte de permiso de circulación para utilizar vías de Londres.
La secretaria ejecutiva de la Comisión Nacional de Seguridad del Tránsito, María Francisca Yáñez, plantea que además se busca generar conciencia del respeto entre ciclistas, peatones y automovilistas desde la escuela, incluyendo el tema en el currículo de párvulos y escolares.