¿Para quién se planifica la ciudad? Una solución desde NY a esta pregunta
Uno de los grandes desafíos de planificar el futuro de una ciudad es que quienes lo hacen, muchas veces, están alejados de los problemas reales que viven las personas para las cuales planifican.
Por ejemplo, si el encargado de planificar la red de ciclovías de una ciudad no se mueve en bicicleta por ella, difícilmente entenderá cuáles son las soluciones que un ciclista necesita. O si como ocurre en Nueva York el encargado de planificación, tiene un gran sueldo, vive en Manhattan y sus trayectos siempre son cortos y en metro, seguro sus problemas estarán muy alejados de la vida de la mayoría de las personas que necesitan que el transporte mejore.
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Comúnmente, la solución a este problema ha sido juntar la mayor cantidad de opiniones y datos a través de mecanismos de participación ciudadana, como talleres, grupos de discusión, encuestas, asambleas, etc.
La Asociación Regional de Planificación (RPA), organización independiente que desde hace 90 años trabaja en mejorar la prosperidad, la infraestructura, la sostenibilidad y la calidad de vida de la región metropolitana de Nueva York-Nueva Jersey-Connecticut, se encuentra hoy desarrollando el cuarto plan regional para el metro de Nueva York que, además de usar las herramientas de participación antes mencionadas, hizo un interesante ejercicio para determinar cuáles son las verdaderas necesidades de transporte de los ciudadanos para quienes planifican.
A partir de datos tomados del último Censo, crearon 10 perfiles de ciudadanos, que representarían estadísticamente a las personas que viven en la región.
Estos “avatares”, como han sido llamados, funcionan como una especie de panel por el cual tiene que pasar cada una de las propuestas del plan. Para que una propuesta sea aprobada e incorporada al plan, debe demostrarse que ésta será relevante para los 10 perfiles.
Así, por ejemplo, existe Jim, que vive en Manhattan, es técnico, blanco y empresario con un alto nivel de ingresos. Ava, que vive en Brooklyn, es adolescente y su ingreso familiar es de menos de 30.000 dólares al año. Xavier es un inmigrante puertorriqueño, que con un sueldo promedio, mantiene a su mujer y tres hijos.
En Nueva Jersey se encuentra Treshia, que tiene 21 años, vive con su novio y está preocupada porque vive en un barrio con riesgo de gentrificación, lo que ha hecho que el arriendo de su departamento suba. Susan, vive en el condado de Ocean, tiene 61 años, un buen trabajo, pero pocos ahorros. Bill vive en Middlesex, es jubilado y no le alcanza para vivir en una casa asistida.
También está Alicia que vive en Long Island, va a la universidad y vive con sus padres. Clarissa, de Connecticut, es inmigrante con un trabajo de ingreso promedio y Seth que vive en el Valle de Hudson, es negro, corredor de seguros y debe viajar constantemente a Manhattan.
¿Cómo mejorar el transporte y acercar a quienes tienen menos oportunidades de un mejor empleo debido a la distancia? ¿Cómo planificar para todos?
Éstas son algunas de las preguntas que la RPA quiere resolver “preguntándole” a sus avatares.
Así, por ejemplo, una expansión del metro en Manhattan, que sólo ayuda a Jim, podría sumar menos puntos que un túnel bajo el río Hudson que ayuda a Jim, pero también a Treshia, Susan y Bill.
La idea de RPA al crear estos perfiles es que existan más herramientas para que la planificación urbana sea lo más cercana posible a las necesidades reales de los ciudadanos.
“En la década de 1920, un grupo de personas se metió en una habitación y dibujó líneas sobre un mapa y Robert Moses tomó el plan y lo construyó. Ese, obviamente ya no es el modelo“, dicen en el RPA.