Despoblamiento amenaza a la Villa Dorotea, en la Patagonia chilena
Por Rolando Martínez Vergara, El Mercurio.
Limita con Río Turbio, Argentina:
Sus primeros habitantes explotaron los bosques para abastecer a Puerto Natales, pero hoy no hay trabajo, salvo los programas municipales.
Llegó a ser una villa con 300 habitantes, pero hoy no supera el centenar. Diariamente, decenas de vehículos pasan, sus ocupantes se detienen a escasos metros para tramitar su salida o ingreso a Chile, en el paso fronterizo, pero no se acercan. En verdad, no hay nada que ver en Villa Dorotea, un poblado distante a 24 km de Puerto Natales, en la Patagonia chilena.
La localidad, creada hace más de 50 años, está a 7 km de Río Turbio, Argentina, pero su realidad hoy difiere de lo que fue, con un pasado ligado a la minería artesanal del carbón y al comercio de la leña, cuando muchos de sus habitantes abastecían a la población natalina. Hoy se está despoblando por el decaimiento paulatino de la actividad laboral en los últimos diez años.
De hecho, los pocos puestos de trabajo disponibles son otorgados por el municipio mediante sus planes de absorción de empleo.
“Nosotros estamos haciendo patria, y estoy contento de que nos conozcan”, dice José Llancabure (67), uno de los pobladores más antiguos de la villa, y quien se estableció tras dejar la isla Queilén de Chiloé, hace 40 años.
“Acá encontré a la compañera de mi vida (Ida Plaza). Trabajé en la mina de carbón de Río Turbio por 15 años, y después me dediqué a trabajar en leña. Así crié a mis cinco hijos”, cuenta Llancabure.
“La población comenzó a decaer desde hace diez años, porque no hay trabajo. Antes, la gente lo hacía en el mineral de Río Turbio, y los primeros habitantes lo hicieron de forma artesanal sacando carbón de la mina Dorotea, que cerró hace más de 40 años”, explica José Llancabure, quien los fines de semana se dedica a ir al templo evangélico de la villa y es presidente del club de adultos mayores, que tiene 27 socios.
“Antes carreteaba, pero ahora ya no carreteo”, dice, entre risas, José Pincol (75), otro de los pobladores antiguos del lugar. A los 12 años llegó con su padre a vivir a Villa Dorotea, y su primer trabajo fue cortar y acarrear la leña a Puerto Natales.
“Yo salía a la una de la mañana desde acá con mi carreta y bueyes llevando la leña a Natales. Dormía un poco a la entrada de la ciudad, y después de las siete de la mañana recorría las calles para entregar la leña”, relata Pincol. “Vivimos una linda época acá. Yo llegué a los diez años, y nunca he querido irme a otro lugar”, asegura.
Fernando Paredes, alcalde de Puerto Natales, reconoce que la situación en Villa Dorotea es complicada, pero advierte que difícilmente se puede desarrollar un sector si aún hay carencias de servicios básicos. Si bien hace más de 10 años llegó el gas y la luz, todavía falta completar el alcantarillado y proveer de agua potable a toda la población.
Consultado sobre el despoblamiento, el edil afirma que “estoy preocupado, porque se ha producido una merma en la población, y muchos se han ido a Puerto Natales. Nos hubiese gustado que el Plan de Desarrollo de Zonas Extremas hubiese incluido a Villa Dorotea, pero no se priorizó, pese a que es una zona fronteriza”.
En tanto, Tolentino Soto, ex alcalde de esa comuna, lanza una propuesta: “Siempre he creído que se puede desarrollar algo turístico que combine servicios de comida y venta de artesanía. Hoy no hay nada que se les ofrezca para que se detengan”, afirma.