Río Cuervo, el otro proyecto hidroeléctrico en Aysén, que ha cambiado cuatro veces de dueño
Energía Austral, compañía que desarrolla el proyecto de 640 MW, confía en que el Gobierno impulse la hidroelectricidad.
El rechazo a HidroAysén fue seguido con atención por Energía Austral, la compañía que desarrolla el proyecto hidroeléctrico en el río Cuervo, de 640 megawatts y 5.924 hectáreas de superficie inundada, también en la Región de Aysén.
La empresa -en que participan la minera Glencore y la australiana Origin- sostiene que cada iniciativa es diferente y que tienen “la convicción de que Cuervo puede hacer un aporte relevante de energía limpia, económica, renovable y confiable para atender las crecientes necesidades energéticas de Chile”.
Al igual que otras eléctricas como Endesa, Energía Austral confía en que el Gobierno impulse la hidroelectricidad. Pero hay un aspecto que añade más incertidumbre al destino de Energía Austral. Y es que hace un mes Origin ha decidido restringir su participación en el proyecto, al que había entrado en 2012 con una opción para llegar al 51%, y ahora es socia minoritaria, quedando solo con el 34,2% y la participación restante en manos de Glencore.
La australiana declinó referirse a las implicancias de su decisión, pero en la industria señalan que la idea de Origin es enfocarse en iniciativas de menor incertidumbre y más retorno.
Esta compañía era la que ponía el expertise eléctrico, dado que Glencore es una empresa minera. Profesionales del sector creen que el proyecto finalmente será vendido, pero para ello necesita despejar toda incerteza regulatoria y jurídica.
Y es que la historia del proyecto en el río Cuervo es, por lo menos, azarosa.
La iniciativa surgió como parte del complejo de aluminio Alumysa. De hecho, el estudio ambiental se presentó en 2001. Pero en 2003 el Gobierno decidió no permitir la construcción de Alumysa. Su proyecto eléctrico fue lo único que siguió adelante, incluso antes de HidroAysén.
Alumysa era de la canadiense Noranda, que en 2005 se fusionó con la minera Falconbridge. Un año después, Falconbridge fue adquirida por la suiza Xstrata. Y en 2013, Xstrata fue comprada por Glencore. Con cada transacción, el proyecto en el río Cuervo cambió de dueño.