10 factores que hacen que una ciudad sea resiliente
La resiliencia es un concepto que, aplicado a las ciudades, consiste en que éstas tengan la capacidad para prepararse, resistir y recuperarse frente a una crisis.
De acuerdo a esta definición y a 10 factores estudiados por la Fundación Rockefeller, es posible conocer una propuesta para saber si vivimos en una ciudad resiliente o no, dependiendo si cuenta con ciertos sistemas públicos o si realiza algunas prácticas sostenibles.
A continuación conoce cuáles son.
Los desastres naturales, como incendios, terremotos e inundaciones, y los problemas que pueden presentar ciertos sistemas, como el de agua potable y transporte, son algunas de las crisis a las que se pueden enfrentar las ciudades.
Para superarlas de la mejor forma, la Fundación Rockefeller, a través de su división 100 Ciudades Resilientes, se ha dedicado a estudiar la resiliencia, la que consideran una característica que hace que las ciudades pueda aprender de estas experiencias críticas y prevenir que se repitan, como una manera de promover el bienestar de los habitantes.
1. Agricultura apoyada por la comunidad
Construir y mantener huertos urbanos junto a los vecinos, es una práctica que compromete a un grupo de personas, logrando así desarrollar un sentido de pertenencia.
Además, es una práctica que ayuda a aumentar las áreas verdes y disminuir la contaminación, debido a que los productores y consumidores se encuentran en el mismo lugar y no necesitan camiones para transportar lo que se produce. Por este motivo, la Fundación Rockefeller considera que los huertos ayudan a que una ciudad sea resiliente.
2. Ciudades Caminables
La conexión con el comercio, el transporte y entre barrios que ofrecen las ciudades caminables, es un beneficio que impacta directamente en el medio ambiente y en la economía de un lugar, además de la salud de sus habitantes. Por este motivo, si una ciudad cuenta con calles bien conectadas, paseos peatonales y senderos bien mantenidos, además de una red de transporte público eficiente que permita acceder a ellos, los ciudadanos no deberían tener la necesidad de usar los autos.
De esta manera, si buscamos que una ciudad sea resiliente, debe contar con estas características -o por lo menos algunas de ellas- para aumentar su puntaje de transitabilidad y poder medir qué tan caminable es.
3. Redes de comunicación
Para que una ciudad cuente con redes de comunicación eficientes, es necesario que los sistemas estén conectados y que en caso que uno o varios de estos fallen, lo ideal no sólo es que la comunicación entre algunos de ellos se mantenga, sino que siga siendo confiable.
4. Biomimetismo
El biomimetismo es la innovación que realiza el ser humano con el diseño y ciertos procesos que está inspirada en la naturaleza, ya que ésta ha sido capaz de desarrollar tácticas de resiliencia forma espontánea.
Si buscamos implementar esto en las ciudades, un sistema que ha demostrado ser eficiente es el de ventilación que imita a las colonias de termitas, o termiteros, y que ayudan a mantener equilibrada la temperatura de un lugar, sin la necesidad de usar el aire acondicionado y con ello evitar el gasto energético que esto necesita, ya que según el Instituto de Biomimetismo, el funcionamiento de los edificios representa el 40% de toda la energía utilizada por la humanidad.
A modo de ejemplo, el edificio Eastgate de Harare, en Zimbabue, cuenta con este sistema de ventilación que usa un 90 por ciento menos de energía que los edificios convencionales que tengan un tamaño similar y que les ha permitido ahorrar más de US$3.5 millones en aire acondicionado.
5. El impacto de las inversiones
De una u otra manera, las inversiones que realizan las empresas y organizaciones generan impactos ambientales y sociales en su entorno que se pueden medir de acuerdo al retorno económico. Por esta razón, la Fundación considera que las ciudades resilientes deberían medir los impactos de estos grupos, tanto en los países emergentes como en los desarrollados.
6. Biocombustibles
Como una manera de disminuir la dependencia del petróleo y su impacto en el medio ambiente, una buena opción son los biocombustibles, como el biodiesel y el etanol, los cuales se obtienen de las plantas y materiales derivados.
7. Presupuestos participativos
Una buena forma de lograr que la gente se involucre con sus vecinos y desarrolle un sentido de pertenencia es a través de su participación en la discusión de los presupuestos públicos. Por esto, las ciudades resilientes incentivan a que la ciudadanía de su opinión y vote acerca de las propuestas de gastos, y asimismo, supervise el destino de los recursos.
8. Sistemas públicos de bicicletas
Los sistemas públicos de bicicletas permiten que la gente se traslade por la ciudad sin contaminar ni congestionar las calles. Es por esto que la Fundación considera necesario que las ciudades ofrezcan alternativas públicas de movilidad, como los sistemas de préstamos de bicicletas, para que estén al alcance de sus ciudadanos y no afecten el medioambiente.
9. Resiliencia Social
La resiliencia social es la capacidad de las comunidades de prepararse, adaptarse y recuperarse de una crisis. Para que esto se cumpla, es necesario que los vecinos de un barrio no solo piensen que las juntas de vecinos sirven para conocer nueva gente, sino que para desarrollar esta capacidad y así sepan cuáles son los usos de los recursos disponibles y su distribución.
10. Vías de Tránsito Rápido (BTR)
Los corredores y las vías segregadas de buses, el metro, los tranvías, las ciclovías y las vías de los tranvías son los tipos de pistas que no permiten el ingreso de vehículos privados con el fin de que el transporte público sea más rápido.
En Santiago, los corredores del Transantiago han demostrado ser más eficientes y lograr aumentar hasta en un 41,7% la velocidad de los buses que transitan en corredores en comparación por los que lo hacen en las pistas compartidas.
Después de conocer esta propuesta de la Fundación Rockefeller, ¿cuáles de estas características están presentes en tu ciudad? Cuéntanos en los comentarios.