La movilidad urbana como un derecho fundamental: La nueva ley de Ciudad de México
El mes pasado, la capital mexicana promulgó la Ley de Movilidad (LM) que, más allá de traspasar responsabilidades entre instituciones y promover cambios técnicos, dio paso a un nuevo enfoque en la normativa urbana.
De esta manera, se pasó de una normativa que estaba centrada en el transporte y la vialidad a una ley que se sustenta en la movilidad y que reconoce a ésta última como un derecho fundamental para los ciudadanos.
Conoce las medidas a continuación.
La movilidad como un Derecho fundamental
La nueva Ley de Movilidad del Distrito Federal (LMDF) reemplazó a la Ley de Transporte y Vialidad, aprobada en 2002, y establece que su objetivo es “planificar, regular y gestionar la movilidad de las personas y del transporte de bienes”. Si lo comparamos con la normativa anterior, ésta no se enfocaba únicamente en los ciudadanos, sino que en los servicios que permitían el traslado de las personas y de carga.
Para hacer esto posible, la Ley de Movilidad fija prioridades para el uso de las calles y para destinar el presupuesto que financiará la nueva infraestructura urbana. Así, esta ley considera que si se ordenan a los ciudadanos dependiendo de su forma de movilización, se obtiene una Pirámide de Jerarquía de Movilidad Urbana con cinco niveles.
En la punta de la pirámide se ubican los peatones, por lo que tienen la preferencia frente a los demás medios de transporte. En el segundo nivel, están los ciclistas, seguidos del transporte público. En el cuarto puesto está el transporte de carga y en el último escalafón están los automóviles y las motos.
De esta manera, se busca darle prioridad a los desplazamientos que ayudan a descongestionar las calles y a mejorar las condiciones medioambientales, y con ello, enfrentar la rápida tasa de motorización que está viviendo Ciudad de México, en donde el parque automotriz crece anualmente un 6.32% -mientras que el crecimiento de la tasa demográfica representa un 2.41 por ciento- y que considera que en 2030 la ciudad tendría 70 millones de vehículos, según cálculos del Instituto de Políticas para el Transporte y el Desarrollo de México (ITDP).
Sistema de pago integrado
Si bien la creación de Metrobús, un sistema de autobuses de tránsito rápido (BRT), y la ampliación de las redes de Metro durante los últimos diez años han mejorado las opciones de movilidad de la gente alternativas a los autos, la nueva ley considera que para dar mayores accesos es necesario crear un sistema de pago integrado.
Éste se busca que logre comunicar los diversos sistemas de transporte entre sí, evitando que la gente deba hacer tantos transbordos. Asimismo, para que esto se implemente de la forma más eficiente posible, es necesario crear un sistema de pago único, lo que se estima que podría comenzar a funcionar en 2015.
Sin embargo, el pago integrado es solo un cambio que se podría clasificar como el más visible, ya que los operadores, por su parte, deberán garantizar que los viajes serán más seguros y que se podrán planificar, con el fin de mejorar la calidad de los servicios ya existentes y cumplir con las nuevas normas de calidad.
Plan Integral de Seguridad Vial
Teniendo en cuenta que los peatones y ciclistas se ubican en los niveles superiores de la Pirámide de Jerarquía de Movilidad Urbana, se hace necesario que la infraestructura también garantice su seguridad. Es por esto que la nueva normativa no solo quiere asegurar la movilidad dentro de la ciudad, sino que ésta se haga de la manera más segura posible.
Para hacer que esto sea posible, la ley considera mejorar el diseño de la infraestructura urbana y aumentar las normas de seguridad, lo que se pretende alcanzar mediante nuevas regulaciones en la entrega de los permisos de circulación.
Otro factor que las autoridades, organizaciones ciudadanas y diversas instituciones consideraron durante la elaboración de los nuevos puntos de la normativa es que se debe tener en cuenta el factor climático producto de los riesgos de inundaciones y deslizamientos de tierra a los que se ve expuesta la ciudad.
Por este motivo, la ley considera que los sistemas de transporte deben ser capaces de enfrentar y reponerse ante diversas situaciones climáticas con el fin de garantizar la continuidad en los desplazamientos y evitar que la gente recurra a los autos para los viajes, debido a que se busca fomentar una cultura en torno a la movilidad sostenible y con ellos disminuir las emisiones contaminantes.
Para conocer más detalles de los cambios entre la Ley de Transporte y Vialidad aprobada en 2002 y la nueva Ley de Movilidad, se puede descargar el informe “Para entender la nueva Ley de Movilidad del DF”, elaborado por el ITDP de México.
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