Bibliotecas de Providencia: centros culturales abiertos a todas las comunas
Por Javier García, La Tercera.
Son 10 sedes bajo el concepto de café literario. El próximo año, inaugurarán tres nuevos espacios.
El año pasado, cumplieron 50 años desde que la biblioteca de Providencia prestó su primer libro. A su sede central en Providencia 1590, que abre todos los días del año (de 9 a 11.30 de la noche), se han sumado nueve más.
En 2001, inauguraron el Café Literario Parque Balmaceda con estanterías abiertas, terraza, sector para niños y sala de presentaciones. El éxito, que también radica en la conexión con el espacio público, se replicó en 2008 en Parque Bustamante. Además, hace dos años inauguraron cinco “Cafés al Aire Libro” en plazas del sector. Y, en un mes más, implementarán el primer Plan de Fomento Lector.
El profesor de Historia Waldo Carrasco (48) hace un año que está a cargo del Sistema de Bibliotecas Públicas de Providencia. Llegó a trabajar con la administración de la alcaldesa Josefa Errázuriz. Cuenta con un presupuesto anual de $ 700 millones, de los cuales $ 30 millones están destinados a la compra de libros.
Las 10 sedes de las bibliotecas de la comuna tienen una colección de 64 mil ejemplares. En ellas se realizan actividades como talleres y clubes de lecturas (de literatura norteamericana, policial, chilena, etc.). Hay más de cinco mil socios activos inscritos. El año pasado, 400 mil personas visitaron las bibliotecas, alcanzado 198 mil préstamos, que incluye desde la solicitud de un libro, diario, revista o el uso de un computador.
¿Qué características tienen las bibliotecas de la comuna?
La alternativa de estanterías abiertas. Un circuito de préstamos con un catálogo actualizado en línea. Lo más relevante: las bibliotecas funcionan como centros culturales abiertos también a otras comunas. Si una persona, por ejemplo, que trabaja en Providencia hace partícipe a su familia producirá un desarrollo que puede replicar en su entorno.
¿Qué opinión tiene del trabajo de la Dibam?
Creo que la Dibam es indispensable en aquellas localidades del país donde no llegan libros. El problema es la presencia única del gobierno central a través de la Dibam. Esto no contribuye, por ejemplo, a mejorar las colecciones de cada municipio, porque no existe un presupuesto para esto. La Dibam provee libros, pero no analiza las necesidades de la comunidad donde se emplaza esa biblioteca.
El próximo año, Providencia tendrá tres nuevos espacios para la lectura. Similares a los de Parque Balmaceda y Bustamante, tres “Cafés al Aire Libro” (Plaza Las Lilas, Plaza Uruguay y Parque de las Esculturas) serán convertidos en sedes a gran escala. Antes, eso sí, comenzará a funcionar el primer Plan de Fomento Lector.
“Lo primero que haremos es trabajar con salas cuna, jardines y kínder que pertenecen a la Corporación de Desarrollo Social. Los diferentes grupos vendrán a la biblioteca a armar una caja de libros a su elección. Y luego de trabajar con ellos regresarán con los libros. Paralelamente, se harán talleres de formación para profesores y padres”, dice Carrasco, quien cuenta que antes de asumir su cargo el catálogo era restringido.
“Abrimos las bibliotecas a autores que no estaban disponibles o que estaban permanentemente prestados. En Providencia había censura”, dice, luego de encontrar en la bodega municipal cerca de 400 libros como Los zarpazos del puma, de Patricia Verdugo. Hace un año, Carrasco inauguró, en la sede de Bustamante, la colección de Desarrollo Social y Derechos Humanos.