Arte y Ciudad: La historia detrás del Caupolicán del Cerro Santa Lucía
¿Sabías que en el cerro Santa Lucía hay esculturas que se instalaron hace más de 100 años? ¿Y sabías que una de ellas representa al guerrero araucano Caupolicán? Esta se encuentra en una de las terrazas del cerro y es una de las más fotografiadas del lugar.
Sobre que inspiró a Nicanor Plaza, su autor, que sólo tenía 24 años cuando la hizo, sobre porqué esta emblemática escultura ha sido protagonista de discusiones y otros interesantes detalles de su historia te contamos en este artículo.
En la ladera poniente del Cerro Santa Lucía se emplaza la famosa escultura “Caupolicán” de Nicanor Plaza, obra galardonada con el primer lugar en el Salón de París en 1868. Plaza, en ese entonces, era un joven artista de solo 24 años que encarnó en un bronce de tamaño natural la solemnidad de la figura del “Hércules araucano”, el jefe indio en actitud vigilante y expectante. Su musculatura atlética, perfecta, acompaña el semblante de un rostro agudamente concentrado y una expresiva posición tensionada, lista al acecho.
Acompañada con un arco en sus manos, una masa y un carcaj de flechas en el suelo, esta estatua se ha convertido en una de las más citadas representaciones de Caupolicán, siendo utilizada en su momento, por ejemplo, en el Teatro Caupolicán de San Diego. Pese a existir varias réplicas que se pueden ver en el Estadio Nacional, en la Escuela de Carabineros, en el Club Hípico, en la Universidad del Bío-Bío y en el Parque de Lota, entre otras, la más popular es la del Cerro Santa Lucía.
Sin embargo, su reputación es particular. Fue instalada en 1910 en el marco del embellecimiento de la ciudad para el Primer Centenario de la Independencia por decisión de Ricardo Richon Brunet. Desde su emplazamiento, no pasó desapercibida, ya que la ciudadanía comenzó a llamar “Terraza Caupolicán” a la Terraza del ex Castillo González, al sur del cerro.
Pero fueron los rasgos faciales y la indumentaria de la estatua los que causaban incomodidad en algunos espectadores: la forma del tocado de plumas (penacho propio de los pieles rojas de Estados Unidos y Canadá) y sus aros, entre otros elementos, no hacían pensar en un indígena sudamericano, porque sus atributos lo acercaban mucho más a un indio de América del Norte que a un indígena vernáculo chileno. Una placa presente en una de las copias hace creer que Plaza intentó hacer una versión de “El último de los Mohicanos”, el personaje de la novela de Fenimore Cooper de 1826, que luego reorientaría la obra a la representación del toqui mapuche.
Independientemente de su hibridismo, la escultura otorga al Cerro Huelén una indudable solemnidad, sobre todo al atardecer cuando el sol se posa sobre ella, permitiendo ver desde el mirador junto al peñón que la levanta, a sus espaldas, una panorámica privilegiada de la ciudad de Santiago.
“Caupolicán”
Autor: Nicanor Plaza
Material: Bronce
Fechas: Terminación estatua en yeso 1868, primera fundición 1869
Ubicación: Cerro Santa Lucía
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