Robos de rieles ferroviarios en Atacama preocupan a los expertos en patrimonio

Por Alejandro Núñez, El Mercurio.

Piezas sustraídas tienen más de un siglo de antigüedad:

Bandas desmantelan trazados de vía férrea, en zonas despobladas, para venderlos por chatarra, lo cual incluso ha obligado a suspender históricos recorridos de trenes.

“Se están robando parte importante de la historia de Atacama y de Chile”. Con estas palabras el director del Museo Regional de Atacama, Guillermo Cortés, advierte de la trascendencia de los robos de rieles centenarios que han afectado a las vías de la región en el último tiempo.

La empresa Ferronor, encargada de los ramales, ya presentó cinco querellas en contra de quienes resulten responsables por los robos a las líneas férreas, cuya historia se remonta a hace más de un siglo y que paulatinamente, en la soledad del desierto, se desvanece por la acción de bandas organizadas.

Dadas las características de los robos, se presume que los delincuentes cuentan con maquinaria especializada, capaz de transportar cargas pesadas. Se estima que el material iría destinado a demandas informales de fierro, para su exportación o bien para su fundición y reutilización.

La pérdida de rieles, durmientes y demás elementos de vía del trazado ferroviario ocasiona un grave daño tanto para la empresa como para la comunidad, pues interfiere en la seguridad de la operación y en los posibles proyectos de reactivación de algunos tramos, que antaño fueron desarrollándose de la mano del auge minero.

Los últimos robos se han detectado en los ramales de las localidades de Travesía, Carrera Pinto, Monte Amargo, Caldera, Chañar y Churque.

El encargado de Patrimonio Inmobiliario de Ferronor, Jaime Vial, señaló que “estos robos truncan además las expectativas tanto para nosotros como para la comunidad. Se trata de vías que son parte de nuestra historia colectiva, que no podemos permitir sea destruida o eliminada por los delincuentes”.

Un ejemplo del daño está en la ruta entre Paipote e Inca de Oro, también en la ruta hacia Caldera y la sustracción de rieles entre Vallenar e Incahuasi, donde hasta el 2012 una vez al año transitaba un tren para hacer un recorrido histórico.

La pérdida de los trazados hizo abandonar una iniciativa plena de nostalgia e historia para las comunidades de esos sectores.

Valor histórico

Para el director del museo, los rieles de la Región de Atacama recuerdan el período de mayor esplendor y desarrollo del transporte e industrialización; y reflejan una parte importante de la historia de Atacama y de Chile.

Cortés enfatizó que Ferronor “ha cuidado mal el patrimonio y no ha sido capaz de hacer una apuesta en valor y que no se ha potenciado la historia del ferrocarril en Atacama siendo que fue el primero de Chile y el tercero de Sudamérica en disponer del servicio”, dijo.

Para el investigador Ian Thompson, experto en patrimonio ferroviario, los robos alcanzarían el 5% de la extensión de la línea entre La Calera e Iquique y advierte que “Ferronor tiene una obligación contractual para transitar la línea Norte-Sur, pero no lo puede hacer porque se roban los rieles o en otros tramos los municipios y el Ministerio de Obras Públicas han asfaltado sobre la vía incluso con carreteras, lo que es otro problema”.

En cuanto al cuidado de las vías, el experto en patrimonio ferroviario subrayó que Carabineros tiene una tarea “imposible de cumplir”, porque la vía Norte-Sur de Ferronor pasa por muchas zonas despoblados y no se puede esperar ejercer en esas circunstancias fiscalización.

Jaime Vial lamenta la suspensión de servicios patrimoniales, pero sostiene que no hay otra alternativa ante el alto riesgo para la seguridad de los usuarios que representa la falta de trazados en diversos sectores.

Estrategia

El director de proyectos de la empresa de seguridad Alto, Jaime Sierra, contratado por la empresa Ferronor para perseguir estos delitos, opina que se enfrenta “un problema que requiere la máxima celeridad y diligencia para frenar estas bandas organizadas en la región”.

Hasta el momento no hay una cuantificación monetaria del daño que provoca el robo de los históricos rieles en Atacama.

A comienzos de año, la Policía de Investigaciones logró recuperar rieles avaluados en más de 30 millones de pesos.

81 km

es la extensión del ferrocarril entre Caldera y Copiapó.

En 1851

se instalaron los primeros ramales asociados al desarrollo minero de la zona.

1 millón de dólares

ha sido el avalúo de uno de los robos perpetrados por bandas organizadas que operan en el desierto.