Colapso vial y aglomeración de pasajeros: el presente de las terminales de buses
Por María José Jarpa y Karen González, La Tercera.
Hasta 700 mil personas circulan a diario por las cercanías de los tres rodoviarios de Estación Central, donde operan más de 100 empresas.
Son las siete de la tarde de un viernes. Como es habitual en Estación Central, miles de personas transitan entre las tres terminales de buses emplazadas en el sector para conseguir un transporte que lo lleve fuera de Santiago. Hacen fila entre las oficinas para conseguir un boleto, se apiñan en los pasillos esperando que su máquina se acerque a algún andén, mientras afuera, decenas de buses compiten por ingresar o salir de los recintos. “Aprendí que es mejor no viajar los viernes, los sábados o los domingos; es un verdadero caos. Las filas son interminables, no se puede pasar, me pongo nerviosa”, dice Antonia Cruz Salinas, quien decidió adelantar para los días jueves su retorno a Los Andes, cada vez que viene a Santiago a visitar a sus hijos.
Según datos de la Municipalidad de Estación Central, entre 700.000 a 1.000.000 de personas transitan diariamente por el sector de las terminales de buses de Estación Central, cifra que llega al millón y medio durante el período estival o en los días previos a los fines de semana largo. Los tres rodoviarios son la terminal Santiago, ex Sur, donde funcionan 95 empresas; la San Borja, con 55 compañías: y la terminal Alameda, donde operan Pullman Bus y Tur Bus. Todos se ubican en un área de ocho manzanas.
Vecinos del barrio relatan que hace unos 10 años comenzaron los problemas de congestión vehicular y las aglomeraciones en las estaciones, particularmente los días festivos. ¿La razón del caos? Según expertos y autoridades, la falta de infraestructura vial, el crecimiento de la ciudad y el aumento de buses y de pasajeros. Hoy, las principales terminales de Santiago no dan abasto.
“La ciudad fue creciendo en torno a la terminal y las calles quedaron pequeñas (…) probablemente una medida de más largo plazo es que los privados encuentren emplazamientos más adecuados en otros puntos”, dice el seremi de Transportes de la Región Metropolitana, Matías Salazar.
Parte de este diagnóstico es compartido por el alcalde de Estación Central, Rodrigo Delgado, aunque difiere en la opción de sacar las terminales de su ubicación actual. “Los buses interurbanos también cumplen un rol social, estamos hablando de la conectividad de las personas, no hay que verlo sólo como un negocio privado, por lo que debería haber una inversión mixta para que el día de mañana tengamos terminales con la capacidad vial necesaria”, apunta.
Los puntos de conflicto en torno a las terminales, se producen en las calles San Borja, Obispo Javier Vásquez, Alberto Hurtado (paralela a la Autopista Central); Ruiz Tagle Obispo Manuel Umaña y Jotabeche.
La estrechez de las calles en torno a las terminales producen otros problemas, como es el estacionar en segunda fila. Según Carabineros del sector, este año se han cursado 1.000 infracciones más que en 2013 por este tipo de acciones, a lo que se agregan algunas colisiones entre los buses a la salida de las terminales, por el poco espacio para maniobrar.
Los robos en las fechas peak son otro problema, relata Antonia Cruz, pasajera frecuente de la Terminal Alameda. “He visto varios robos. A mí no me ha pasado, pero he visto cómo roban entre dos o tres personas”, indica.
Las terminales
Para Juan Carlos Cabrera, jefe de Seguridad de la Terminal Santiago, el problema de los colapsos viales radica en que “la población viaja cada vez más”. Agrega que “las autoridades deberían incentivar a que la gente no viaje a la misma hora del día. La oferta de buses en las horas peak responde a la demanda de los pasajeros, pero si la gente viaja de forma diferida sería la mejor solución”.
El jefe de operaciones de Pullman Bus de la Terminal Alameda, Víctor Villagra, indica que las congestiones se producen porque “en un perímetro muy pequeño, hay tres terminales. La mayoría de los buses toman la misma salida hacia la carretera (Autopista Central), entonces, todos convergen en un mismo punto. Si a eso agregas, las personas que viven acá, las que vienen a dejar carga y los vehículos que dejan pasajeros, se termina generando un caos”. Villagra añade que Pullman Bus cuenta con una flota de 200 buses en el rodoviario.
El administrador de la Terminal San Borja, César Mendoza, señala que debido a la modernización que se hizo en este recinto en 2005, no se producen mayores aglomeraciones en el interior del recinto. Respecto a las alternativas para resolver el problema, agrega que “la solución no va por sacar las terminales del punto donde están, pasa porque las terminales tengan una vialidad más adecuada, calles de ruteo sean idóneas, que exista una mayor planificación y coordinación en los horarios”, dice.
Marcos Carter, presidente de la Federación Nacional de Buses (Fenabus), asegura que “la Federación por años ha estado en una campaña de que mejoremos a todo nivel la infraestructura. Aquí no existe una política de terminal en el país, el empresario es el que invierte por iniciativa propia”.
Los vecinos del sector tienen posturas encontradas respecto de la situación. “Este es un problema sin solución, hay muchos intereses creados”, señala Patricio Torres, quien ha vivido toda su vida en el sector. “Dios quiera que nunca necesitemos a los bomberos o una ambulancia (porque) no pasarán”, remata molesto.
Jorge Muñoz, vecino de la Terminal Santiago, asume que a veces no puede dormir por los ruidos en los días que hay tacos en la calle. No obstante, dice: “ No quiero que se vaya la terminal. Quizás se deberían hacer más arreglos, agrandar la terminal como lo hicieron con el San Borja”.
Pablo Allard, decano de la Facultad Arquitectura UDD, señala que una solución “sería hacer varias terminales pequeñas como el de Turbus que está en Vitacura en distintas partes de Santiago, como en La Florida y otras comunas”. Por otra parte agrega que “Lo ideal sería aprender de los sistemas de terminales que hay en Estados Unidos o Europa, donde existen diferentes niveles para embarque y descarga de pasajeros, se cumplen los horarios de salida y llegada, existen buenos sistemas de información para los usuarios y están ubicados fuera de los entornos céntricos de la ciudad”.
La empresa Tur Bus no quiso referirse al tema.
Plan de contingencia vial
Distintas medidas tendientes a facilitar el desplazamiento de los buses en las vías circundantes a los terminales Santiago y Alameda, se implementarán a partir del 12 de septiembre. El objetivo es enfrentar las aglomeraciones provocadas por el aumento de los viajes durante Fiestas Patrias, pero también contempla mantenerse como plan de régimen cada fin de semana.
La iniciativa incluye la prohibición de circulación para vehículos particulares (excepto residentes) en el cuadrante de Alameda, Obispo Umaña, Av. 5 de Abril y Padre Alberto Hurtado y la disposición de un doble sentido en Av. 5 Abril, entre Ruiz Tagle y Padre Hurtado entre las 16.00 y 24.00.
Además se permitirá la descarga de pasajeros en Nicasio Retamales cuando las vías se encuentren congestionadas y los conductores de buses sólo podrán acercar las máquinas cuando deban ingresar a la terminal.
Asimismo, se aumentará la dotación de Carabineros para mejorar los flujos del tránsito y personal del Ministerio de Transportes fiscalizará la presencia de buses no autorizados en el sector. Al interior de las terminales se dispondrán de monitores para entregar información a los pasajeros; Carabineros apoyará en la distribución de los buses al interior de los patios, se exigirá a las empresas cumplir con horarios de salida y se abrirán oficinas de reclamos.
“Sabemos que este plan no es la solución definitiva, pero son medidas de contingencia para enfrentar esta situación”, afirma el Seremi de Transportes de la RM, Matías Salazar.
El alcalde de Estación Central, Rodrigo Delgado, afirma que junto este plan de contingencia “a fin de año comenzará a construirse una tercera pista en el Puente Obispo Vásquez, que hará más expedita la entrada de los buses a Autopista Central, ayudando a evitar la congestión”, explica.Son las siete de la tarde de un viernes. Como es habitual en Estación Central, miles de personas transitan entre las tres terminales de buses emplazadas en el sector para conseguir un transporte que lo lleve fuera de Santiago. Hacen fila entre las oficinas para conseguir un boleto, se apiñan en los pasillos esperando que su máquina se acerque a algún andén, mientras afuera, decenas de buses compiten por ingresar o salir de los recintos. “Aprendí que es mejor no viajar los viernes, los sábados o los domingos; es un verdadero caos. Las filas son interminables, no se puede pasar, me pongo nerviosa”, dice Antonia Cruz Salinas, quien decidió adelantar para los días jueves su retorno a Los Andes, cada vez que viene a Santiago a visitar a sus hijos.
Según datos de la Municipalidad de Estación Central, entre 700.000 a 1.000.000 de personas transitan diariamente por el sector de las terminales de buses de Estación Central, cifra que llega al millón y medio durante el período estival o en los días previos a los fines de semana largo. Los tres rodoviarios son la terminal Santiago, ex Sur, donde funcionan 95 empresas; la San Borja, con 55 compañías: y la terminal Alameda, donde operan Pullman Bus y Tur Bus. Todos se ubican en un área de ocho manzanas.
Vecinos del barrio relatan que hace unos 10 años comenzaron los problemas de congestión vehicular y las aglomeraciones en las estaciones, particularmente los días festivos. ¿La razón del caos? Según expertos y autoridades, la falta de infraestructura vial, el crecimiento de la ciudad y el aumento de buses y de pasajeros. Hoy, las principales terminales de Santiago no dan abasto.
“La ciudad fue creciendo en torno a la terminal y las calles quedaron pequeñas (…) probablemente una medida de más largo plazo es que los privados encuentren emplazamientos más adecuados en otros puntos”, dice el seremi de Transportes de la Región Metropolitana, Matías Salazar.
Parte de este diagnóstico es compartido por el alcalde de Estación Central, Rodrigo Delgado, aunque difiere en la opción de sacar las terminales de su ubicación actual. “Los buses interurbanos también cumplen un rol social, estamos hablando de la conectividad de las personas, no hay que verlo sólo como un negocio privado, por lo que debería haber una inversión mixta para que el día de mañana tengamos terminales con la capacidad vial necesaria”, apunta.
Los puntos de conflicto en torno a las terminales, se producen en las calles San Borja, Obispo Javier Vásquez, Alberto Hurtado (paralela a la Autopista Central); Ruiz Tagle Obispo Manuel Umaña y Jotabeche.
La estrechez de las calles en torno a las terminales producen otros problemas, como es el estacionar en segunda fila. Según Carabineros del sector, este año se han cursado 1.000 infracciones más que en 2013 por este tipo de acciones, a lo que se agregan algunas colisiones entre los buses a la salida de las terminales, por el poco espacio para maniobrar.
Los robos en las fechas peak son otro problema, relata Antonia Cruz, pasajera frecuente de la Terminal Alameda. “He visto varios robos. A mí no me ha pasado, pero he visto cómo roban entre dos o tres personas”, indica.
Las terminales
Para Juan Carlos Cabrera, jefe de Seguridad de la Terminal Santiago, el problema de los colapsos viales radica en que “la población viaja cada vez más”. Agrega que “las autoridades deberían incentivar a que la gente no viaje a la misma hora del día. La oferta de buses en las horas peak responde a la demanda de los pasajeros, pero si la gente viaja de forma diferida sería la mejor solución”.
El jefe de operaciones de Pullman Bus de la Terminal Alameda, Víctor Villagra, indica que las congestiones se producen porque “en un perímetro muy pequeño, hay tres terminales. La mayoría de los buses toman la misma salida hacia la carretera (Autopista Central), entonces, todos convergen en un mismo punto. Si a eso agregas, las personas que viven acá, las que vienen a dejar carga y los vehículos que dejan pasajeros, se termina generando un caos”. Villagra añade que Pullman Bus cuenta con una flota de 200 buses en el rodoviario.
El administrador de la Terminal San Borja, César Mendoza, señala que debido a la modernización que se hizo en este recinto en 2005, no se producen mayores aglomeraciones en el interior del recinto. Respecto a las alternativas para resolver el problema, agrega que “la solución no va por sacar las terminales del punto donde están, pasa porque las terminales tengan una vialidad más adecuada, calles de ruteo sean idóneas, que exista una mayor planificación y coordinación en los horarios”, dice.
Marcos Carter, presidente de la Federación Nacional de Buses (Fenabus), asegura que “la Federación por años ha estado en una campaña de que mejoremos a todo nivel la infraestructura. Aquí no existe una política de terminal en el país, el empresario es el que invierte por iniciativa propia”.
Los vecinos del sector tienen posturas encontradas respecto de la situación. “Este es un problema sin solución, hay muchos intereses creados”, señala Patricio Torres, quien ha vivido toda su vida en el sector. “Dios quiera que nunca necesitemos a los bomberos o una ambulancia (porque) no pasarán”, remata molesto.
Jorge Muñoz, vecino de la Terminal Santiago, asume que a veces no puede dormir por los ruidos en los días que hay tacos en la calle. No obstante, dice: “ No quiero que se vaya la terminal. Quizás se deberían hacer más arreglos, agrandar la terminal como lo hicieron con el San Borja”.
Pablo Allard, decano de la Facultad Arquitectura UDD, señala que una solución “sería hacer varias terminales pequeñas como el de Turbus que está en Vitacura en distintas partes de Santiago, como en La Florida y otras comunas”. Por otra parte agrega que “Lo ideal sería aprender de los sistemas de terminales que hay en Estados Unidos o Europa, donde existen diferentes niveles para embarque y descarga de pasajeros, se cumplen los horarios de salida y llegada, existen buenos sistemas de información para los usuarios y están ubicados fuera de los entornos céntricos de la ciudad”.
La empresa Tur Bus no quiso referirse al tema.
Plan de contingencia vial
Distintas medidas tendientes a facilitar el desplazamiento de los buses en las vías circundantes a los terminales Santiago y Alameda, se implementarán a partir del 12 de septiembre. El objetivo es enfrentar las aglomeraciones provocadas por el aumento de los viajes durante Fiestas Patrias, pero también contempla mantenerse como plan de régimen cada fin de semana.
La iniciativa incluye la prohibición de circulación para vehículos particulares (excepto residentes) en el cuadrante de Alameda, Obispo Umaña, Av. 5 de Abril y Padre Alberto Hurtado y la disposición de un doble sentido en Av. 5 Abril, entre Ruiz Tagle y Padre Hurtado entre las 16.00 y 24.00.
Además se permitirá la descarga de pasajeros en Nicasio Retamales cuando las vías se encuentren congestionadas y los conductores de buses sólo podrán acercar las máquinas cuando deban ingresar a la terminal.
Asimismo, se aumentará la dotación de Carabineros para mejorar los flujos del tránsito y personal del Ministerio de Transportes fiscalizará la presencia de buses no autorizados en el sector. Al interior de las terminales se dispondrán de monitores para entregar información a los pasajeros; Carabineros apoyará en la distribución de los buses al interior de los patios, se exigirá a las empresas cumplir con horarios de salida y se abrirán oficinas de reclamos.
“Sabemos que este plan no es la solución definitiva, pero son medidas de contingencia para enfrentar esta situación”, afirma el Seremi de Transportes de la RM, Matías Salazar.
El alcalde de Estación Central, Rodrigo Delgado, afirma que junto este plan de contingencia “a fin de año comenzará a construirse una tercera pista en el Puente Obispo Vásquez, que hará más expedita la entrada de los buses a Autopista Central, ayudando a evitar la congestión”, explica.