Cuando lo colectivo trasciende a lo individual, el espacio de lo posible
Por Claudia Nicolini, Jefa Área Zonal de Desarrollo del Hábitat, de TECHO-Chile, región de Valparaíso.
*Ley 9ª de 1989, Articulo 5º, define el Espacio Público como “el conjunto de inmuebles públicos y los elementos arquitectónicos y naturales, de los inmuebles privados destinados por su naturaleza, por su uso o afectación a la satisfacción de las necesidades urbanas colectivas, que trascienden por tanto los limites de los intereses individuales de los habitantes”.
Definición de espacio público según el Consejo de Bogotá D.C, 2008.
En los asentamiento vulnerables la acción colectiva trascienda la acción individual de los habitantes, el sentido de pertenencia se crea en conjunto, así también como la construcción de identidad que recoge la experiencia individual de cada habitante pero que al reunirlas se aprecia y se transforma en una posible identidad del lugar en el que habitan. El hecho fundacional de los asentamientos vulnerables o campamentos, el mismo acto de la toma de terreno constituye una primera acción colectiva. Esta transformación del espacio se presenta como un posible hecho generador y transformador de la construcción identitaria, demarca un camino a seguir, que se empiece y se construye en comunidad.
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Entonces la toma de terreno como el acontecimiento fundador de la identidad, desde ahí en adelante es que la memoria urbana de sus habitantes se va constituyendo, siempre en base a experiencias conjuntas, pero a su vez estas experiencias deben tener un soporte en el cual ser vividas, un lugar que las acoja y que perpetue su existencia, el registro no está en el mismo hecho o acto que se vivió sino que en el lugar donde ocurrió, éste es el que evoca esa acción ocurrida y el que la hace permanecer en el tiempo, queda como testigo concreto de lo vivido, no el hecho en si sino el lugar que acogió el hecho.
El espacio público actúa como el soporte de la memoria urbana, éste se puede apreciar en distintas escalas, una primera en escala macro de ciudad, en donde el espacio público queda como un lugar que congrega y garantiza accesibilidad a todos. Si pensamos en la estructura de ciudad y en como esta funciona, se puede distinguir que el espacio público es el espacio democrático por excelencia, en donde quienes lo ocupan quedan en igualdad de condiciones, el espacio de libertad en donde la expresión del vivir permite sentirse ciudadano, el lugar para ejercer la ciudadanía como tal. Esto se replica en menor escala cuando en los campamentos nos encontramos con que el espacio público se reduce a espacio comunitario, esta reducción de escala mantiene la importancia y significado que estos lugares tienen en la comunidad, pasan a ser ejes transversales del encuentro para la organización comunitaria, ubicados en posiciones estratégicas en donde la comunidad puedan confluir para reunirse a la toma de decisiones, a encuentros cotidianos, o a actividades recreativas. Aquí es donde la sede comunitaria junto a la plaza o la cancha pasan a ser el ejemplo máximo y básico de la función que el espacio comunitario cumple. Sigue siendo público al estar abierto a toda la comunidad pero está de alguna manera acotado por quienes le dan un uso cotidiano.
Esta estructura pasa a ser fundamental ya que al estar segregados de la ciudad por distancias a los equipamientos y falta de servicios es que se debe construir un lugar que responda a las necesidades de la comunidad y que guíe con códigos propios lo que los pobladores le van otorgando en el tiempo, pero aún así estos espacios de encuentro no solo deben ser entendidos en esta escala, sino que se debe comprender que es parte de una escala mayor, en donde el espacio público es lo que le da esa condición de igualdad con el resto de los habitantes de la ciudad, es donde la sociedad se hace visible, aquí reside su importancia y es por eso que la sustitución y carencia de estos espacios públicos acrecienta el sentimiento de marginación y descontento que en otros aspectos sociales se termina develando.
Por ejemplo si llevamos la desigualdad a un plano urbano, podemos darnos cuenta de la enorme diferencia de m2 de aéreas verdes entre las distintas comunas de Santiago, especialmente en aquellas que cuentan con sectores mas vulnerables. La región Metropolitana tiene actualmente en promedio 6,6 m2 de áreas verdes por habitantes. Desglosemos. La Reina, Las Condes y Huechuraba son las comunas con más espacio al aire libre con 14,8 m2, mientras que Lo Prado, Renca y Pudahuel, esta última la comuna más contaminada de la todo el Gran Santiago, tienen 8,5 m2.
El espacio público no solo entrega un sentido de aprecio e identidad a sus usuarios, sino que al entorno en que se encuentran también produce una revalorización del barrio y del entorno en que se está.
En el desarrollo de una comunidad y en la integración de esta con la ciudad,el espacio público aparece como el lugar mas significativo para que esto ocurra, el lugar de cohesión social e intercambio, se debe valorar este espacio para transformarlo en algo significativo, ya sea por acumulación de experiencias, proyecciones, nostalgia, etc. Se piensa en el espacio público como una alternativa de actualización a lo posible, aquí ocurre una distribución equitativa de los beneficios de la vida colectiva.