El “Transantiago” limeño tiene un inicio caótico
Por Alejandro Tapia, La Tercera.
[debuto esta semana] El municipio de Lima puso en marcha esta semana un sistema de buses por un corredor especial, donde no se permiten las “combis”. Pero su implementación, gratuita por ahora, ha sido complicada.
LA idea es modernizar el caótico transporte público de Lima, comenzar a sacar de circulación las atestadas combis a las que muchos culpan de la congestión vehicular en la capital peruana; regular los taxis informales y generar una nueva cultura para movilizarse en esta ciudad de 8,5 millones de habitantes. Lima dio esta semana un paso más en esa dirección con la apertura de la primera vía urbana con circulación exclusiva de buses. Sin embargo, hasta ahora la implementación ha sido complicada.
El llamado “Corredor Azul”, que une el acomodado barrio de Miraflores con el Rímac (centro), comenzó a operar a modo de prueba con 125 buses que recorren algunas de las vías más atestadas de la ciudad, como las avenidas Tacna y Arequipa, que atraviesan parte importante de Lima. Para familiarizar a los usuarios con el Sistema de Transporte Integrado de Lima (SIT), las autoridades del municipio limeño dispusieron la gratuidad de los traslados, pero en los últimos días ha habido desorden, indignación, largas filas y molestias de los usuarios por su mal funcionamiento. Esto ha llevado a que los propios peruanos estén comparando el “Corredor Azul” con el Transantiago. Incluso, la prensa limeña ha señalado que cuando se implementó el nuevo sistema de transporte en la capital chilena, también fue desastroso. La idea es que por el “Corredor Azul” circulen únicamente estos buses, que fueron reacondicionados y que entregarán su servicio por 20 horas, entre las 6.00 y 2.00.
¿El costo del pasaje por el troncal? 1,50 soles (0,53 centavos de dólar o 310 pesos chilenos). Se espera que el alimentador de tramo largo cueste dos soles (0,7 dólares o 412 pesos chilenos). Mientras durante la semana la frecuencia de los buses será de tres minutos, el fin de semana será el doble. Los autobuses deberán circular a 60 kilómetros por hora.
La marcha blanca se extenderá hasta el 8 de septiembre. En esta vía habrá 79 paraderos. Pero una de las razones que explican las deficiencias que ha tenido hasta ahora es que los limeños están poco acostumbrados a esperar el transporte público en lugares formales. Ello, porque en Lima reinan los taxis y las combis informales. El otro problema es que no ha habido suficientes alimentadores en las vías que conectan con el “Corredor Azul”. Para la próxima semana se espera que se sumen más. Tampoco la información a los usuarios ha sido completa.
Los críticos de la implementación del nuevo sistema también sostienen que se apuró la implementación debido a que el 5 de octubre son las elecciones municipales en Lima, donde la alcaldesa Susana Villarán aspira a ser reelecta. No obstante, la edil salió al paso de las críticas y aseguró que la marcha blanca con tarifa cero no es una estrategia electoral. Eso sí, el titular de la Empresa Municipal Administradora de Peaje de Lima, Javier Sota, pidió disculpas a los usuarios por “mortificarlos”.
El plan a largo plazo del municipio es la puesta en marcha de otros cuatro corredores, que tendrán diferentes colores. El proyecto es que el “Corredor Azul” conecte tanto con el Metropolitano -otro sistema de buses nuevo que circula desde 2010 en el eje de la Vía Expresa también con alimentadores- y con el Metro de Lima, el proyecto que Alan García dejó inconcluso en su primer gobierno (1985-1990) y que comenzó a operar en 2011, al final de su segunda gestión. El Metro circula por un viaducto elevado de sur a norte y cubre una distancia de 34,6 kilómetros, con 26 estaciones. La Línea 1 del Metro va desde Villa El Salvador hasta San Juan de Lurigancho, mientras que la Línea 2 fue concesionada en marzo pasado para que cubra el sector oriente con el poniente, desde el distrito de Ate al Callao, con una distancia total de 27 kilómetros. En total, Lima podría llegar a tener seis líneas de Metro y cinco de buses.