Estado gastará US$ 1,2 millones al año en arrendar una clínica quebrada, para atenuar el déficit hospitalario en Curicó
Por René Olivares y Nadia Cabello, El Mercurio.
Nuevo recinto fue retirado del plan de concesiones y abriría en 2019:
Diputada Karla Rubilar (Amplitud) critica que la fórmula no deje infraestructura pública para la ciudad. Ministra de Salud refrendará acuerdo el viernes en el Maule.
Los habitantes de Curicó requieren de un hospital que entregue más prestaciones que las que actualmente ofrece el recinto modular que se edificó para absorber los efectos del terremoto de 2010. Así lo han hecho sentir a través de movilizaciones, que han incluido marchas, protestas y cortes de la Ruta 5 durante los últimos meses.
Como la actual administración decidió descartar la concesión del recinto (que era parte de lo que se llamó la “Red Sur”), un nuevo proyecto de hospital se incluyó dentro de los 60 recintos que dejará avanzados este gobierno (tiene fecha de entrega para el primer semestre de 2019).
En el intertanto, se debía buscar una solución provisoria, que permitiera mejorar la capacidad asistencial pública en la ciudad hasta que el nuevo recinto se construya. Entre varias opciones, prevaleció la propuesta que busca arrendar el edificio de la ex Clínica Curicó (que quebró en 2013 y que atendió pacientes hasta marzo de este año), a un costo de $720 millones al año (alrededor de US$ 1,2 millones), que hasta 2019 significarían un total de US$ 6 millones solo por concepto de arriendo.
Ante esta situación, la diputada de Amplitud Karla Rubilar, miembro de la comisión de Salud, cree que “el arriendo por esta suma a privados contradice las máximas del Ministerio de Salud en cuanto a que privilegiarían lo público, que en este caso era levantar módulos que finalmente iban a quedar como infraestructura pública. Pero bajo el modelo de arriendo, aquí no quedará nada, y eso en el caso de que se cumplan todos los plazos impuestos por Salud, que dudo que ocurra”.
El diputado Roberto León (DC) se reconoce como gestor de la idea de arrendar la clínica y afirma que el año pasado les pidió a las autoridades de gobierno que estudiaran esa posibilidad, pues ya se sabía que el recinto cerraría. “Yo tenía claro que sí o sí había que tener medidas paliativas para Curicó mientras se construía el nuevo hospital, y me parecía que usar la clínica, que está lista, que no hay que construir, era la mejor vía”, dice.
Pero Érika Adasme, presidenta de la agrupación Justicia por Amor (que agrupa a las víctimas de negligencias médicas en Curicó) y miembro de la asamblea de usuarios Maule Norte, afirma que “a nosotros nos habían prometido hacer unos módulos adosados al hospital que iban a sumar 50 camas. Ahora, si el arriendo fuera bueno, de calidad para los curicanos, nos quedamos callados, porque se estaría descongestionando el hospital y tendríamos mejores atenciones, pero la clínica no nos aporta ni una cama más, que es lo que nos habían ofrecido. Entonces, es una aberración para los curicanos, sobre todo si va a costar $60 millones”.
Ese monto mensual que se pagará por el arriendo de la clínica, para el diputado León no es una cifra alta. “Yo he conversado con gente entendida en estos temas, y si uno piensa que una cama UTI cuesta entre $500 mil y $1.500.000 diarios y aquí se están pagando $2 millones por una clínica completa, entonces me parece que el arriendo es la solución más conveniente”, dice León. El equipamiento, en todo caso, no está incluido en el alquiler.
Para el diputado Javier Macaya (UDI), “cualquier medida que, en definitiva, funcione como solución de emergencia, uno la mira como algo positivo. Pero lo que se ha demostrado con esto es el fracaso de cuando la ideología termina afectando la salud de todos los chilenos. El hecho de poner un atajo a la concesión ha terminado afectando seriamente la posibilidad de los chilenos de contar en forma eficiente con tener más infraestructura de salud. Si al final, si se concesiona, arrienda o se construye con fondos sectoriales, siempre van a estar involucrados los privados. Mi crítica de fondo es que la ceguera ideológica de terminar con las concesiones la pagan todos los chilenos”.
La ministra de Salud, Helia Molina, refrendará el acuerdo por la clínica el viernes en Curicó.
115 camas no se han logrado recuperar en el hospital después del 27-F.
17 boxes de consultas de especialidades y 12 de urgencia tiene la clínica que se arrendó.
Cinco años se arrendará la clínica hasta que se habilite el nuevo hospital de Curicó.
”Había que tener medidas paliativas para Curicó mientras se construía el nuevo hospital, y me parecía que usar la clínica, que está lista, que no hay que construir, era la mejor vía”.
ROBERTO LEÓN, DIPUTADO DC
”Dejar de concesionar a privados, atrasar la entrega en un año y medio y terminar arrendando una clínica privada que no dejará ningún recurso físico para la red de salud me parece impresentable”.
KARLA RUBILAR, DIPUTADA DE AMPLITUD