La “desertificación” de los barrios: la expulsión de los residentes y la irrefrenable llegada de las oficinas
Por Sebastián Sottorff, El Mercurio.
El Golf, Rosario Norte y avenida Italia entre los casos
El crecimiento de las ciudades conlleva la desaparición de ciertas áreas residenciales, para dar paso a zonas dedicadas al comercio y los servicios.
En un día de semana, pero cincuenta años atrás, el panorama en el barrio Rosario Norte de Las Condes era, en su mayoría, de tranquilidad.
Tradicionales chalets, en medio de calles bastante silenciosas, conformaban una zona que con el paso de los años ya poco guarda de ese carácter residencial.
De hecho, hoy proliferan las oficinas y el tránsito vehicular ha crecido de manera exponencial.
“Las casas y edificios han ido perdiendo terreno frente a las tiendas y las oficinas”, dice Joaquín Sotomayor, vecino del sector desde hace 27 años.
Este fenómeno es conocido por algunos expertos como la “desertificación” y su principal característica es que los residentes abandonan sus hogares por la creciente presión -y ciertamente las ofertas- de aquellas empresas que necesitan instalar sus oficinas.
Esta situación es característica en ciudades como Santiago, que necesitan de más áreas de tipo comercial. Y además del barrio Rosario Norte en Las Condes, se aprecia hace bastantes años en El Golf de la misma comuna.
En ambas zonas y durante los fines de semana, los dos barrios parecen “pueblos fantasmas” por la escasa presencia de residentes y vecinos.
“Este fenómeno se da en casi todas las ciudades que están creciendo y es porque muchas veces, las empresas pagan mejores precios comprando casas o edificios ya construidos. Ese efecto se va replicando y se termina por expulsar a los habitantes de un barrio tradicional, pero con buena ubicación”, dice Jorge Atria, arquitecto y especialista en patrimonio de la Universidad Central, detallando que este fenómeno es también visible en zonas como Bellavista y la costanera Andrés Bello.
“Aquí también influyeron los planes reguladores, pues en ciertos momentos y presionadas por los emprendimientos inmobiliarios, ciertos municipios abrieron la posibilidad a mayores densidades y alturas”, agrega Atria.
Actualmente, una “desertificación” intensa se está generando en el barrio Italia de Providencia.
Además de sus residentes habituales, en sus orígenes este sector estaba habitado por comerciantes y vecinos que emprendieron con pequeñas fábricas y talleres. Hoy sin embargo, la avenida Italia es un polo gastronómico, comercial y cultural.
“La demanda de oficinas está aumentando cada vez más en nuestras ciudades y con ello, zonas bastantes tradicionales o significativas, se van transformando en áreas donde predominan el comercio y los servicios”, explica Genaro Cuadros, director del Laboratorio de Ciudad y Territorio de la Universidad Diego Portales.
El experto también recalca que muchas zonas, pero en una menor escala, están viviendo un efecto inverso, donde algunas oficinas, están siendo transformadas en departamentos.
Esto se puede apreciar esencialmente en el centro de Santiago, donde algunos profesionales jóvenes o empresarios hoteleros comenzaron a restaurar algunas oficinas para habilitarlas como residencias o apart hotels.
“De hecho, en Europa, cuando se diseñan y construyen edificios, estos se hacen indistintamente, pensando en que sean usados como residencias y oficinas. Esta mutabilidad o cierta capacidad de adaptación aumenta también su valor”, agrega Cuadros, detallando que una vez que un barrio se “desertifica”, puede volver a su estado inicial.
“Es difícil que recupere su carácter, pero sí se puede generar. Lo importante es que ahora se comience a pensar la infraestructura con esta diferenciación”, advierte.