Esperas de pasajeros del Transantiago exceden hasta en 52% lapso programado por el Estado
Por Francisco J. Fuentes, El Mercurio.
Estudio desarrollado por U. de los Andes, la Fundación Pro Acceso y Ciudad Viva:
Ministerio de Transportes asignó un promedio de 4,4 minutos entre un bus y otro, pero el sistema lo hace cada 5,7, una demora de 33,1%. A nivel global, todos los usuarios viven retrasos de a lo menos 15 minutos.
Para realizar compras y surtir su bazar, Gabriela Pereira toma dos veces por semana el recorrido 117 y se traslada desde El Salto a Providencia. Suele viajar entre las 7:30 y las 9:30, pues a las 10:00 debe recibir a su madre, que padece alzheimer.
Pero en ocasiones debe pagar horas extras a la enfermera, puesto que no logra llegar a tiempo para recibir a “Pochita”, como apodan a su madre. “Ya no sé qué hacer. Aprendí a consultar por mensaje (de texto) los horarios del bus, pero hay días en que se demora más de media hora. Y de vuelta es peor, a veces no me queda otra que tomar un taxi. Si el Transantiago me ha hecho más pobre de lo que era”, relata.
Según un estudio desarrollado por la Universidad de los Andes, la Fundación Pro Acceso y Ciudad Viva, este caso se repite frecuentemente en los más de 11.200 paraderos que Transantiago tiene en la capital.
El documento, denominado “Observatorio de Transantiago, Primer Reporte del Análisis del Tiempo”, revela en forma inédita que el lapso de espera que a diario deben soportar los pasajeros del Transantiago excede hasta en 52,7% el programado por el Estado en los planes de operación del Ministerio de Transportes (ver infografía).
Basándose en la recolección de datos recogidos en al menos tres puntos del recorrido (uno al partir, otro intermedio y el terminal) y los intervalos que se producen entre un vehículo de pasajeros y otro, los investigadores, encabezados por el académico de la U. de los Andes, Ángelo Guevara, concluyeron que durante las mañanas, en promedio, los buses arriban a cada parada con 5,7 minutos de retraso, por sobre los 4,4 minutos asignados por la cartera.
En ese periodo, el más complejo de la jornada, el promedio de demora llega a 33,1%, mientras en el día completo los 6.490 buses del sistema arriban con un retraso general de 16% a cada parada.
Según Guevara, esto se debe a dos causas: “la primera es la congestión en las calles, que termina por formar verdaderos pelotones de buses. La segunda, más radicada en el diseño del sistema, la encontramos en el mismo desempeño del Transantiago, y tiene que ver con el desorden con que los operadores despachan los buses desde los terminales”.
Para Rodrigo Quijada, director de Ciudad Viva, otro de los investigadores del “Observatorio”, “en transportes las personas sentimos que los tiempos de espera siempre son más largos de lo que en verdad son. Aquí, la cuestión más importante es que hay mucha variabilidad; de hecho, en lo global encontramos que las personas esperan al menos 15 minutos”.
Otro fenómeno evidenciado radica en que si se compara el nivel de cumplimiento de flotas en la calle, el programa de operaciones asignó durante 2013 alrededor de 376 mil viajes en recorrido para un día laboral. Sin embargo, en la práctica, las operadoras del sistema solo realizaron algo más de 372 mil viajes, lo que implicó un incumplimiento de 4.440 recorridos.
Para el coordinador del Directorio de Transporte Público Metropolitana (DTPM), Guillermo Muñoz, “esos resultados indican lo que ya sabíamos, que la irregularidad es uno de los grandes desafíos que tenemos como autoridad. Ahí están los principales elementos de nuestro plan de inversiones, porque los servicios críticos son los que tienen mayor iregularidad”.
El presidente de la entidad que agrupa a los concesionarios de recorridos, Héctor Moya, dijo que “según la opinión de varios expertos en transporte, los índices de frecuencia y regularidad están mal diseñados y perjudican la operación. Esto obviamente redunda en el mal servicio que reciben nuestros usuarios”.
CONTRASTE
El ranking de cumplimiento del Gobierno asigna a los siete operadores de buses más del 77% de cumplimiento en regularidad.