La primera “ciudad de transición” busca una vida autosustentable
Por Constanza Bello, El Mercurio.
Villa “El Manzano”, en Cabrero, Región del Biobío:
Es pionera en Chile y Sudamérica en cultivos orgánicos y reciclaje para subsistir. Tiene certificación internacional.
Pocos kilómetros al sur de la central Charrúa, en Cabrero, Región del Biobío, un camino de tierra rodeado de bosques conduce a un poblado donde desde 2006 intentan vivir en armonía con la naturaleza.
Un letrero de madera da la bienvenida a villa “El Manzano”, la primera del país y de Sudamérica certificada como “ciudad de transición” por la organización “Transition Network”. Esta última, con más de mil iniciativas, busca que asentamientos humanos sean menos dependientes de combustibles fósiles, como el petróleo.
Entre sus habitantes están los hermanos Carrión, todos profesionales ligados al área agrícola, que dejaron Santiago por el campo. Ellos transformaron su fundo de 120 hectáreas en una ecoaldea, con cultivos orgánicos como legumbres, berries y hortalizas, en los que aplicaron compostaje hecho por ellos.
Parte de la cosecha es su autosustento del año y para unas 80 personas que viven cerca de la villa. Incluso, tienen recursos disponibles para exportar o vender en ciudades de Chile.
“Nos enfocamos primero en los alimentos, y de a poco en el tema energético y del agua. Parte de la eficiencia es reducir el consumo, regenerar nuestro ambiente y no degradarlo”, asegura la ingeniera agrónoma Javiera Carrión, la única mujer de los tres hermanos.
Explica igualmente que trabajan con biofertilizantes, con la aplicación de un baño seco, o letrina modernizada. “No se usa agua. Las heces humanas caen en unas cámaras que se mezclan con paja o aserrín y eso entra en un proceso de compostaje. Después se usa como fertilizante en árboles frutales”, dice.
En tanto, la casa de Carolina Heidke, ingeniera ambiental, está hecha en base a la bioconstrucción, con restos de las casas de adobe destruidas en Cabrero en el terremoto de 2010 y también madera de un galpón viejo. Este tipo de diseño se aplicó en el “Coco”, un comedor-cocina en que se pueden ver botellas de vidrio entre las paredes y que alberga a quienes aprenden sobre permacultura, un sistema de diseño ecológico.