¿Cómo se define el trazado de una línea?
Por B. Blanco y V. Mery, La Tercera.
Entre 1925 y 1956 hubo cuatro estudios que vislumbraron la posibilidad de establecer un Metro en la capital de Chile, en esos años una urbe con poco menos de un millón y medio de habitantes. Sin embargo, sólo en octubre de 1968 se firmó el decreto que daba el vamos al que sería el tercer tren subterráneo de Sudamérica, después de Buenos Aires y Sao Paulo. En 1969 comenzaron las obras del tramo San Pablo-La Moneda de la Línea 1, el cual comenzó a operar en 1975.
El proyecto se basaba en el “Estudio del Sistema de Transporte Metropolitano de Santiago”, ideado por el gobierno, con la asesoría de ingenieros franceses. Su trazado contemplaba cinco líneas, de las cuales sólo se concretaron las dos primeras: las actuales Líneas 1 y 2. “Los primeros planos de Metro datan del 40’ y 50’ y no se diferencia mucho de lo que tenemos hoy”, comenta Louis de Grange, experto en Transporte de la U. Diego Portales.
Cuando se desarrollaban los estudios de la Línea 3 de este bosquejo (con un trazado similar al que actualmente está en construcción) estos fueron interrumpidos. “Los rumores indican que fue postergado por el terremoto de 1985”, asegura De Grange. Más allá de las razones, lo concreto es que en la década de 1990 los cambios demográficos de la ciudad modificaron drásticamente el diseño inicial de Metro, privilegiándose la construcción de una nueva línea hacía La Florida y no hacía el norte, como se contemplaba originalmente.
Según detalla la empresa, para decidir los trazados de la red se considera la demanda potencial que tendrán a futuro los ejes de transporte “seleccionado un año de análisis, por ejemplo 2020 o 2025, a partir de una proyección de la localización de hogares (…) De esa manera, se determina la demanda por transporte que existirá en la ciudad”, explicaron desde Metro.
La empresa incluye en el análisis la infraestructura actual y la que está en construcción, lo que considera calles, buses y estaciones de Metro, y también sus características operacionales, como capacidad, frecuencia y tarifa. “Posteriormente se hace una estimación de cuáles serán los volúmenes de pasajeros y a partir de ello se puede determinar cuáles sectores y vías presentan las mayores demandas y los mayores déficit”, añadieron.
“El principal criterio de decisión de un trazado es donde está la demanda, tanto de generación de viaje, que pueden ser comunas populosas como La Florida o Puente Alto, y la de atracción de viaje, que pueden ser el eje Providencia-Apoquindo”, sostiene De Grange.
El único antecedente que existe sobre el estudio de una séptima línea de Metro, como la que se anunció el miércoles, estaba contemplado en el Plan Maestro de Transporte Santiago 2025, lanzado por el gobierno de Sebastián Piñera el año pasado.
“Ese plan nació para sentar a todas las reparticiones que tenían iniciativas de transporte ciudadanas, como EFE, Metro, Transantiago”, explica el ex ministro del ramo Pedro Pablo Errázurriz. “Ahí se detallaban dos líneas, la 7 y la 8 (…) Metro, tiene muchas ideas, pero con el Plan se precisan cuáles son y con qué volumen de pasajeros. Pescar un plano y tirar líneas es fácil, pero saber el flujo es lo complejo”, añade.
En ese plan, la Línea 7 parte en Vitacura, transcurre paralela a la 1 en el sector de Providencia, y termina en la comuna de Cerrillos. “No sabemos cómo será esta nueva línea, un criterio razonable es que vaya por el eje Colón”, dice De Grange.
El plan 2025 estipulaba también que la ciudad necesitaba contar con una Línea 8, la cual se proyectaba por las comunas de Quinta Normal, Renca y Cerro Navia, aunque De Grande difiere de este trazado. “Debería ir desde La Florida, subir por Macul, Los Leones y terminar en Providencia”, apunta.