Los nudos críticos de las principales rotondas de Santiago
Plaza Italia es una de las deficientes:
Malas demarcaciones o exceso de publicidad son parte de los problemas.
Hacia 2018, lo que hoy se conoce como rotonda Pérez Zujovic será una especie de nudo vial con dos puentes y un túnel. La transformación, que se enmarca en el plan Santiago Centro Oriente, responde al alza sostenida de flujo que ha dejado sin sentido a la rotonda como tal.
De acuerdo con Greg Speier, especialista en seguridad vial, la rotonda “ya no es capaz de soportar el tráfico que la rodea. Hasta el año 2000 funcionaba relativamente bien. Hoy tiene muchos problemas. Desde las vías de ingreso le faltan tachones y postes abatibles, no tiene sistemas para ordenar flujos”, dice.
Speier realizó un análisis de las rotondas de la ciudad. A su juicio, las principales sufren problemas similares, como falta de señalizaciones, publicidades distractoras, exceso de vegetación en los centros, malas demarcaciones y “conductores que no saben respetarlas, no saben transitar por sus carriles, pasan en sentido recto y no respetan a los demás”, critica el experto.
La secretaria ejecutiva de la Comisión Nacional de Seguridad del Tránsito (Conaset), María Francisca Yáñez, explica que la gracia de las rotondas es que obligan a bajar la velocidad “porque la interacción entre los vehículos aumenta, mientras que las distancias entre uno y otro disminuyen. Son una medida positiva si queremos prevenir accidentes fatales en zonas de alta accidentabilidad en la cual queremos calmar el tráfico, pero no son recomendables en vías de alto flujo”.
Para Greg Speier, otra de las estructuras más críticas es la Plaza Italia. “Tiene muchas deficiencias. Falta ordenar los flujos, y tiene problemas como el exceso de cuatro carriles que se intersectan con otros, con Ceda el paso, vías que ingresan y salen, pistas de buses que cruzan”. En su opinión, la Plaza Italia incluso ha dejado de ser una rotonda para transformarse en un conjunto de cruces. “Esto debe ser intervenido con pasos bajo nivel y mejor demarcación”, observa.
Otras rotondas, como Irene Frei o Carol Urzúa, en Vitacura, pasan la prueba, “pero requieren mantención”. Más crítica es la situación de Lo Curro, que está en desnivel, con mucho flujo y poca claridad de las pistas.
El subsecretario de Transportes, Cristián Bowen, coincide en que estas estructuras deben diseñarse para altos flujos. “En Suecia, por ejemplo, algunos cruces semaforizados se han transformado en rotondas por este motivo. El inconveniente está en que no pueden asumir tráficos demasiado elevados, por el riesgo de congestión, por lo que es necesario una evaluación caso a caso”, explica.