Masiva poda de árboles añosos de tradicional paseo serenense
Por Juan Castellón, El Mercurio.
Unos 50 árboles presentan daños por su avanzada edad:
La idea es mantener los troncos libres a una altura superior a los 2,5 metros, evitar que las ramas estén sobre la calle y permitir que ingrese más luz hacia el paseo peatonal.
Son uno de los elementos que dan carácter a la fundacional avenida Francisco de Aguirre, en La Serena. Sin embargo, desde este mes, el municipio comenzará los trabajos para podar unos 50 árboles, entre álamos, plátanos orientales, acer y olmos, que revisten un peligro debido a su avanzada edad y estado de putrefacción.
Con personal capacitado de Santiago y maquinaria se realizarán las faenas en horarios nocturnos, pues la caída de ramas ya ha generado accidentes entre transeúntes y automovilistas.
La avenida fue renovada por el Plan La Serena, que desarrolló el Presidente Gabriel González Videla a comienzos de la década de 1950. La estrategia del Mandatario apuntaba a un ordenamiento que fuese capaz de formar un núcleo de desarrollo inspirado en Estados Unidos, Europa y Argentina.
Gracias a ese proyecto, se instalaron 34 esculturas, que forman un paseo con un extenso museo al aire libre. Hace ocho años, la arteria recibió $518 millones para su restauración, que mejoró el paseo peatonal, entre calle Balmaceda y la Ruta 5 Norte. Sin embargo, el tramo entre la carretera y el Faro Monumental aún espera fondos para su recuperación.
Pese a su objetivo, la medida ha generado rechazo entre algunos vecinos, lo que asumen en el municipio. “Vamos a tratar de intervenir lo mínimo posible. Vamos a hacer una poda porque cortarlos no me atrevo… Solamente a los que tengan peligro inminente de caer los vamos a tener que cortar”, indicó el encargado de la dirección del Servicio a la Comunidad, Juan Alfaro.
La intervención permitirá mantener el tronco libre a una altura superior a los 2,5 metros; realizar cortes verticales a fin de evitar que las ramas sobrepasen el eje donde circulan vehículos; rebajar la copa de los árboles y efectuar un “aclareo” que permita el ingreso de la luz. En la actualidad, la falta de luz afecta la fotosíntesis de la especie y aumenta la sensación de inseguridad en los peatones.
Más aún, el objetivo principal es abordar la protección de la comunidad, ya que los árboles -al alcanzar alturas sobre los 25 metros y una edad superior a los 60 años- generan peligro por el desprendimiento de ramas.