Opinión: Hacia la unidad de las fuerzas sociales de la Reina por un plebiscito vinculante al plan regulador
Por Fernando Encina W, Organización La Villa Presente.
Muchos coincidimos en que, desde hace algún tiempo, algo en Chile comienza a ser distinto. Por cierto que con esta idea no nos referimos a que hayan sucedido cambios progresivos de importancia en los grandes ejes de la política y la economía del país, ni menos cuestionamos el hecho de que hoy son los mismos de ayer quienes nos gobiernan y controlan los destinos de nuestra sociedad. Pero pese a ello, algo comienza a ser distinto. Es algo que más bien se juega en el plano de la cultura, algo así como nuevos sentidos comunes y prácticas que comienzan a nacer y viejos sentidos comunes y prácticas que comienzan a morir. Sin duda la gran movilización estudiantil y ciudadana de 2011 fue el gran impulso motor de este momento de emergencia de una ciudadanía crítica, una que cada día está menos dispuesta a seguir dejándose domesticar, y que comienza a organizarse y luchar por mejores condiciones de vida en cada rincón del país.
Así también comienza a ocurrir en los territorios, en las comunas y comunidades, donde lo que antes era considerado habitual y natural –que las autoridades decidieran por sobre y sin nosotros y que se impusieran los intereses de unos pocos por sobre los intereses de los muchos- ya comienza a ser cuestionado, debatido y contrarrestado.
En dicho marco de cosas es que hoy, en una experiencia territorial particular, específicamente en la comuna de La Reina, comienza a hacerse posible proyectar y transitar un camino de organización social que imprima cambios sustantivos a la vida cotidiana de sus habitantes. Comenzamos pues desde el espacio directo que hoy concentra nuestros esfuerzos, Villa La Reina, para referirnos luego a nuestra comuna en su totalidad diversa y proponer algunas ideas para hacer frente con audacia y realismo a los problemas de nuestro presente comunal.
Villa La Reina es una conquista social histórica, producto de la organización y la capacidad de gestión y autoconstrucción de las familias fundadoras, así como de la tenacidad con la que sus descendientes han defendido hasta nuestros días el espacio que sus padres y abuelos les legaron junto a su ejemplo. Su historia es indiscutiblemente un referente de entrega de las familias humildes de la capital que con heroísmo supieron conquistar un espacio en la ciudad, a contrapelo de la exclusión y la segregación que desde hace décadas constituyen la norma en el desarrollo urbano.
Hoy, a 48 años de su fundación, son muchos los problemas que se han fraguado en la población. Entre ellos probablemente el protagonista sea el grave problema de hacinamiento que cada día se vive y expande en Villa La Reina, siendo por lo tanto uno de los que con mayor énfasis reclama medidas efectivas para su resolución. Hasta ahora las respuestas que han dado las autoridades tanto de los gobiernos centrales como de las administraciones municipales de turno, son las de la expulsión de las familias humildes de la comuna para enviarlas con sus subsidios habitacionales a vivir en las periferias de la ciudad, donde las condiciones de pobreza se profundizan. Por cierto que esta decisión tiene sus razones en los intereses y proyecciones que hay detrás de la actual política pública: el despliegue desenfrenado de la especulación en el mercado de suelos y la elitización progresiva de las comunas céntricas y particularmente de aquellas situadas en el sector oriente de la capital. El resultado de dicha política resulta en una comuna de La Reina con altos niveles de segregación, crecientes niveles de inseguridad y con una vida de barrio en continuo deterioro. De esta manera el negocio del suelo y, junto a él, el asedio permanente que los grupos inmobiliarios realizan sobre los terrenos de nuestra comuna, han convertido a la Villa y otros sectores de La Reina en verdaderos espacios de resistencia.
Es por ello que desde La Villa Presente y junto a otras organizaciones sociales hermanas de la población, hemos identificado dos ejes o demandas claves que consideramos urgentes de resolver para resguardar nuestra vida en esta comuna que con esfuerzo hemos construido. En primer lugar necesitamos proteger y mejorar Villa La Reina, reconociendo su alto valor histórico y su relevancia presente en la vida comunal, resguardándola de la voracidad inmobiliaria y los afanes de lucro, y convirtiéndola en un espacio donde se acentúe la atención de las políticas comunales en el camino de construir cada día mejores condiciones de vida para sus habitantes. En segundo lugar, tenemos la tarea de acceder a nuevos terrenos de la comuna, ya sea de aquellos actualmente en desuso como de aquellos cuyo uso haya que redefinir, para la construcción de nuevos barrios integrados en los que la vivienda social sea una alternativa efectiva y permita avanzar en resolver el importante problema del hacinamiento ya descrito.
Pero no sólo en la Villa tenemos problemas que exigen una pronta solución. Ha sido en el ejercicio de construir estas claridades colectivas que nos hemos encontrado además con distintos actores sociales de otros espacios de la comuna, los que estando organizados y movilizados en defensa de sus barrios, nos han permitido encontrar verdaderas organizaciones hermanas con las cuales consideramos fundamental avanzar en unidad. En otras palabras, han sido los distintos conflictos que hoy se le han impuesto a los habitantes de la comuna por parte de los grupos económicos que ven en la Reina un espacio para los negocios y el lucro, los que han agitado la organización vecinal en una interesante diversidad que hoy debe apostar a encontrar los mayores niveles de unidad para el alcance de nuestros objetivos comunes. Ejemplo de ello son las organizaciones sociales que se han levantado en contra de la construcción de la Autopista Vespucio Oriente en altura y las expropiaciones que este proyecto prometía, o las que se han opuesto y movilizado en contra del ensanche a las calles Vicente Pérez Rosales y Pepe Vila. Así también, las últimas movilizaciones de los vecinos de Plaza La Reina, quienes se han organizado para impedir la construcción de un Lubricentro que atenta contra su calidad de vida en el barrio. Al final del día somos todos y todas quienes, a propósito de distintos problemas y necesidades, vemos la necesidad de organizarnos para defender nuestro espacio de la voracidad del dinero.
Lo común salta a la vista: se trata en todos los casos de cómo se ha llevado a cabo la planificación urbana en nuestra comuna, aquella que señala las reglas para su desarrollo y que se establece bajo la figura del Plan Regulador Comunal y su respectiva Ordenanza. No es casual que la mayoría, sino todas las organizaciones sociales de la comuna hayan abordado al menos en alguna ocasión este tema en sus convocatorias.
Van quedando así en evidencia las tareas del presente para quienes trabajamos por mejores condiciones de vida para los habitantes de la Villa y de la comuna de La Reina en su totalidad. Nuestro eje ha de estar en levantar un proceso de transformaciones efectivas al Plan Regulador, uno que satisfaga las distintas demandas sociales que habitan en los diversos sectores de la comuna, y que a través de la acción protagónica de la comunidad logre arribar a un Plebiscito Vinculante, como resultado de un proceso genuinamente democrático. Para ello, nuestro énfasis ha de esta en lograr la mayor unidad posible de los actores sociales de la comuna y construir una verdadera fuerza social capaz de impulsar y llevar a buen puerto los cambios que necesitamos.
Porque ya se acabó el tiempo de la pasividad de la ciudadanía y hoy pasamos a la ofensiva por nuestros derechos, también en La Reina nos organizamos para construir futuro y luchar por una comuna para todos y todas; una comuna inclusiva, que comprenda que su verdadero desarrollo radica en su diversidad y riqueza social, y que la solución a nuestros problemas comunes pasa necesariamente por nuestra capacidad de organización y por ese protagonismo colectivo, unitario y potente que de seguro somos capaces de lograr.
QUEREMOS DECIDIR. QUEREMOS PLEBISCITO AL PLAN REGULADOR DE LA REINA.