Con Papudo y Zapallar suman 20 las comunas declaradas zona de catástrofe
Por Ximena Bertin, La Tercera.
Se agilizarán proyectos para enfrentar sequía por $ 6 mil millones vía trato directo.
Mediante un decreto del Ministerio del Interior, publicado ayer en el Diario Oficial, se amplió desde ayer la zona de catástrofe por sequía a las comunas de Papudo y Zapallar, completándose así toda la provincia de Petorca bajo este régimen (ya estaban La Ligua, Cabildo y Petorca) a raíz de la extrema escasez hídrica que la afecta.
Junto con ello, se autorizó a que todos los proyectos de mejoramiento de obras de riego y acumulación de agua se tramiten vía trato directo y no bajo propuesta pública.
Esta exención también beneficiará a las 15 comunas de la IV Región, todas declaradas zona de catástrofe. “Con el trato directo vamos a poder hacer la inversión con mayor celeridad para enfrentar la sequía en lo inmediato, pero también en soluciones estructurales. Dentro de estos proyectos está el financiamiento para el estudio de una planta desaladora para la provincia de Petorca, que dará solución al agua potable en los sectores rurales”, sostuvo Mario Fuentes, gobernador de Petorca, la provincia más extensa de la Región de Valparaíso.
A partir de mañanase entregarán los antecedentes para que se inicie la adjudicación de los proyectos detallados en el decreto, para que antes de fin de año se ejecute el 90% de los $ 6 mil millones comprometidos a través de la Dirección de Obras Hidráulicas para enfrentar la sequía.
Estos proyectos incluyen, además, profundización de pozos, construcción de sistemas de Agua Potable Rural y revestimiento de canales.
“Las norias de la gente en los sectores rurales se están secando y la gente está perdiendo sus animales. Con la zona de catástrofe vamos a poder canalizar mejor la ayuda desde el municipio” señaló Nicolás Cox, alcalde de Zapallar.
Según la gobernación, un 34% de la población rural está siendo abastecida con camiones aljibes; la agricultura está fuertemente golpeada; los ríos se secaron y los pozos que antes afloraban a los 12 metros de profundidad, hoy lo hacen a más de 100 metros, lo que dificulta el acceso al recurso y encarece su costo.