Proyecto de dos ciudadelas para 40 mil viviendas en Santiago entra en su recta final
Por Manuel Valencia, El Mercurio.
Son casi 2 mil hectáreas en Pudahuel, donde podrían vivir 160 mil personas:
Ambos desarrollos, que deben cumplir mitigaciones viales y ambientales, han demorado 11 años en ser aprobados.
Cuando fueron presentados en 2003, los denominados Proyectos con Desarrollo Urbano Condicionado (PDUC) anticipaban una nueva forma de hacer ciudad, más allá de los límites impuestos por los anteriores planes reguladores. Esta modalidad, que genera verdaderas ciudadelas fuera de la zona urbana, permite edificar grandes extensiones residenciales, pero con diversas condiciones que buscan garantizar la conectividad, los servicios, las áreas verdes y la integración social (incluye un porcentaje de viviendas sociales). Con todas estas provisiones, se convirtieron para muchos urbanistas en un paso evolutivo dentro de las formas de hacer ciudad.
Así, a poco de hacerse efectivo el mecanismo, se presentaron diversos proyectos. De ellos, tres persistieron en el tiempo: Urbanya, de 700 hectáreas y para unas 17.500 viviendas, y Lo Aguirre, de poco más de 1.000 hectáreas para unas 27 mil viviendas. Otro proyecto fue Enea, que finalmente no prosperó porque sus terrenos fueron “absorbidos” en la zona de expansión del Gran Santiago, tras la aprobación de la modificación 100 del Plan Regulador Metropolitano, en 2013.
Sin embargo, a más de una década de ser formulados, ningún PDUC ha podido concretarse.
Según explica Aldo Ramaciotti, secretario regional ministerial (Seremi) de Vivienda y Urbanismo de la Región Metropolitana, ello ha sucedido por el tipo de exigencias a las que se han visto sometidos los proyectos. “Hay condiciones de conectividad vial de marca mayor. Además, la generación y aprobación de los proyectos han sido innovadores como mecanismos. Por eso no ha sido fácil para los organismos darles forma y aprobarlos”.
Concuerda Luis Eduardo Bresciani, presidente del Consejo Nacional de Desarrollo Urbano: “El proceso de aprobación de los PDUC desnudó los déficits en la coordinación y el sectoralismo de nuestro sistema actual, que tiene un frágil andamiaje regulatorio. Todo eso hizo que los procesos fueran mucho más lento”.
Tras la revisión en Contraloría, se espera que ambos proyectos generen por etapas una oferta para familias de clase media, con residencias complementadas con subsidio, otras para grupos de mayores ingresos y también viviendas de interés social.
Uno de ellos tiene límites cercanos a a los terrenos que se consideran para la expansión futura del aeropuerto de Santiago hacia el poniente. Según el seremi de Vivienda, ello no supondrá conflictos. “Hay bastante terreno donde crecer y ambas funciones pueden convivir, como se da en Concepción, que tiene viviendas de alto valor cercanas al aeropuerto Carriel Sur”.
Pablo Allard, decano de la Facultad de Arquitectura y Arte de la Universidad del Desarrollo, estima que tendrán una respuesta comercial satisfactoria. “Pudahuel ha tenido un crecimiento en el mercado de la distribución y el bodegaje importante y la zona puede ahora albergar usos residenciales e incorporar familias a la comuna”, opina.
Hitos del mecanismo1960: El plan regulador definió un límite urbano inamovible.
1975: Desaparece el límite urbano y se propicia libertad de mercado de suelos. El límite reaparece en 1982.
1997 : Se fijan las zonas de desarrollo condicionado, al integrarse Chacabuco al área metropolitana.
2003 : Los Zoduc “evolucionan” en los PDUC, que establecen exigencias de conectividad, equipamiento e integración a los proyectos, de antemano.