A dos meses de la consulta ciudadana, el cerro Santa Lucía luce descuidado
Por Lucía Adriasola, El Mercurio.
Destrozos, grafitis y piletas con agua sucia se pueden encontrar en el lugar:
Pese a los planes, el castillo Hidalgo no ofrece hasta ahora ninguna atracción turística.
Además de los daños que dejó el terremoto de 2010 en el cerro Santa Lucía, hoy -a dos meses de la polémica consulta ciudadana con la que se intentó cambiarle su nombre por “Welén”- se suma el descuido y abandono. Muros rayados, piletas con agua sucia, desprendimiento de estuco y pintura se aprecian en este pulmón verde de Santiago, el que, a pesar de su descuidada apariencia, sigue siendo una atracción para turistas y capitalinos.
Pese a su alta concurrencia diaria, no todo puede ser visitado. El castillo Hidalgo, por ejemplo, es un centro de eventos que se arrienda, y no contempla ninguna atracción turística, a pesar de su potencial.
En marzo de 2013, la alcaldesa de Santiago, Carolina Tohá, manifestó que a fines de ese año el municipio abriría una licitación para este lugar en la que se les pediría a los oferentes que desarrollaran un proyecto más abierto de ese espacio, como la instalación de cafés, librerías o espacios culturales. Pero hasta ahora todo sigue igual. Esta concesión continúa en manos de Andrés Honorato, quien administra el castillo desde hace más de 15 años.
Según fuentes ligadas al municipio, se habría aplazado hasta el 1 de enero de 2016, ya que se habría llegado a un “preacuerdo” con Honorato. La situación fue criticada por el concejal RN Felipe Alessandri, quien dice que por decisiones como esta “el cerro se mantiene en un estado calamitoso”.
“Me sorprende que la alcaldesa haya prorrogado ese permiso. Los actuales concesionarios han transformado al castillo Hidalgo en un lugar que no aporta a la sociedad”, alega Alessandri.
Incluso, al lugar lo llaman “castigo Hidalgo”. Esto, porque los productores de eventos reclaman que hay malas condiciones higiénicas, de ventilación y de salidas de emergencia. Honorato, si bien reconoce este apodo, niega las acusaciones. “Le dicen así porque hay muchas escaleras… porque tiene dos niveles desde la cocina al salón, y eso tiene seis metros de altura. Sobre las salidas de emergencia, eso no es cierto, porque incluso hay un plan de Bomberos y una consultoría anual”, dice.
Del estado del cerro -y los planes para instalar una cafetería- señala que “el municipio está súper atrasado en todo. Tienen un concurso de ideas para el lugar. Iban a estar los resultados en diciembre, pero los tiraron para marzo, y no han hecho nada. Es bien frustrante”, admite, y agrega que él ha arreglado algunas zonas con su presupuesto.
Además de las balaustradas y escaleras rotas, Honorato agrega que hay una plaga de ratones y que la tumba del ex intendente Benjamín Vicuña Mackenna está cerrada por el mal estado en que se encuentra. “Se debe estar revolcando en la tumba”, dice Alessandri.
El municipio espera realizar una transformación del cerro hacia 2017. Los trabajos (que se harán en tres etapas) se iniciarían en diciembre, según se había informado, pero desde la alcaldía declinaron referirse al tema.
27 mil chilenos y 19 mil turistas visitan mensualmente el cerro.
$ 50 millones es el presupuesto que estima invertir el municipio en las obras de recuperación. Ellas incluyen la reparación de fisuras y grietas en balaustradas y otros sectores, como la plaza Neptuno.