Park(ing) Day Chile 2014: La experiencia de transformar un estacionamiento en cinco días
Park(ing) Day es una actividad que se celebra en más de 160 ciudades del mundo que, por un día, le entrega a los ciudadanos la oportunidad de tranformar un estacionamiento para autos en un espacio con nuevos usos, como un parque o una galería de arte.
En Santiago, esta celebración se realizó el pasado 7 de noviembre en la calle Portugal. En esta oportunidad, participó Estela Studio, una oficina dedicada a desarollar proyectos que, a través del diseño, busca mejorar las experiencias y la calidad de vida de las personas.
En este artículo, los integrantes de Estela Studio nos cuentan su experiencia y la propuesta con que participaron en Park(ing) Day.
Descripción de Estela Studio. La intención de participar en el Park(ing) Day 2014, nace del interés en querer mejorar la ciudad a partir de pequeñas experiencias de gran impacto. Debido a que es un proceso, el momento se hace importante y la mejor manera de contarlo es a partir de cada instante.
Día 1
Todo comienza luego de una discusión relacionada al qué haremos para llegar a un concurso regional de intervenciones urbanas. Debido al tiempo y lo contundente de las bases, nos quedamos de brazos cruzados hasta que nos enfrentamos a esta oportunidad, acordando avanzar en términos de diseño.
Día 2
La primera sesión fue bastante insípida, fueron varias propuestas con un sinfín de materiales que no hacían otra cosa que perturbar el discurso. Luego de horas de conversación, determinamos ordenar el proceso desde dos puntos de vista: aclarar el mensaje y elegir el material.
Día 3
Se concretó el pallet como materia prima. A partir de éste se da comienzo al diseño fino, consistiendo en un juego de abatimientos a partir de bisagras, fomentando a los transeúntes a proponer su pequeña plaza. Luego de un “lo logramos” nos dimos cuenta de un pequeño detalle: “¿De dónde sacamos el material?”. Fue transcurriendo la tarde y no había respuesta. Se determinó seguir la búsqueda durante la mañana siguiente, teniendo en mente que ese día era la fecha límite para inscribirse al evento.
Día 4
La búsqueda se hace incesante, apareciendo nuevas rencillas vinculadas a que si realmente era el pallet. La indagación nos llevó hasta Lampa, apareciendo nuevas preguntas: ¿Cuánto saldrá el traslado del material? Fueron $140.000., lo que nos hizo desistir de la propuesta. Nos reunimos nuevamente con el fin de repensar la idea.
A pocas horas de la entrega, decidimos enviar dos conceptos: una maqueta que representaría un bosque a escala y un juego de líneas amarillas emulando un paso cebra invertido. Ante esto, nuestro esfuerzo se concentró en buscar algún vivero patrocinador de arbustos de hoja perenne, pero en todos contestaron: “no gracias, no me interesa”.
Ante la negativa no nos quedó otra que salir al encuentro con la cinta, definiendo que esta situación nos llevaría a una propuesta más extrema: “debemos abarcar el estacionamiento, la vereda y parte de la fachada que se presente, abrir y reconocer todo el espacio”.
Día 5
La sesión comenzó a las 05:00 AM en la calle Portugal, lugar elegido para la instalación. Convencidos del material, nos pusimos a trabajar llevándonos una tremenda sorpresa a la hora de instalar la cinta: “no se pega”. Luego de un rato, logramos adherirla con la ayuda de otra.
Ya a las 06:30 AM, el flujo peatonal se hizo presente, empezando a observar ciertas reacciones, la gente comenzó a hacernos el quite mientras instalábamos la cinta en la vereda, vimos personas pasar en puntillas, marcando el ritmo que dejó la cinta y otras rodeando la propuesta, bajando a la calle.
Al pasar el día, las reacciones cambiaron y se profundizaron, acercándose algunos vecinos a comentar la propuesta: “Bueno, como vivo acá en el centro, me parece ideal que no haya este tipo de estacionamiento y que cada día sean menos, que se hagan más días exclusivos para la bicicleta, de esa onda, para que la familia pueda salir con los niños sin riesgos y que sean lugares más abiertos, no con tanto vehículo…” “Vivo por acá en el sector, miré en la mañana, venía con el cuaderno y me pareció súper curioso que estuvieran poniendo franjas amarillas, de partida no solamente en la calle sino que también en la vereda, es algo súper llamativo, de partida que sean amarillas, el ojo lo registra mucho mejor, dar un espacio a parte a la gente es súper motivante…”.
Fue este acercamiento el que nos indicó el éxito de la propuesta, siendo los mismos vecinos los que avalan la propuesta, alentándonos a seguir en el desarrollo de estas instancias, que aunque debido a su pequeño tamaño, el impacto logrado no tiene comparación.