Tres de cada 10 conductores infringen velocidad en zonas residenciales
Por Francisco J. Fuentes, El Mercurio.
Tres comunas en la Región Metropolitana ya la implementaron, y evalúan los resultados:
El modelo de velocidad reducida para privilegiar a peatones y bicicletas busca consolidarse durante 2015. En Vitacura se han aplicado este año 280 partes por exceso de velocidad.
Evaluando la posibilidad de añadir obstáculos físicos, como lomos de toro, angostamientos de calzada, o elevación de calzadas en las esquinas, se encuentran evaluando los municipios que tienen instaurado el sistema de restricción de velocidad para vehículos en zonas residenciales.
La medida, también denominada “zonas 30”, partió como experiencia piloto en La Florida, Providencia y Vitacura en 2014, y a pesar de la buena evaluación de los residentes -ya que contribuye a mejorar la calidad de vida en los barrios-, no exhibe el nivel de cumplimiento esperado.
De hecho, según la experiencia levantada por estos municipios, cuando los barrios se encuentran próximos a ejes viales estructurantes o troncales, se produce un importante aumento de tránsito vehicular, lo que conlleva ignorar la señalética de restricción, con lo que las velocidades tienden a ser superadas por rangos de más de 30 km/h en promedio.
Según datos de Carabineros y el municipio de La Florida, las Zonas Amigables con restricción de velocidad tienen una tasa de incumplimiento de 30%; es decir, tres de cada 10 automovilistas no las respetan.
Rolando Ricciulli, coordinador del área de bicicletas de La Florida, explica: “Cuando la vía con restricción se encuentra en las proximidades de una vía grande, los automovilistas las utilizan como una buena opción para ‘conejear’ y acortar camino, lo que conlleva algún grado de superación de la norma”.
Los sectores denominados “Z-30”, o Zonas Amigables, se caracterizan por encontrarse en sectores residenciales, donde se privilegia al peatón y al ciclista, estableciendo un rango de circulación máxima, a 30 km/h, o incluso 60 km/h, pero estas últimas muestran un nivel aún más alto de infracciones. Frente a ello, los municipios estudian añadir modificaciones estructurales en las vías, por medio de nivelación de soleras (alturas igualadas entre calzada y vereda), barreras de esquina, o incluso el angostamiento de intersecciones.
Así lo indicó Nicolás Valenzuela, secretario de Planificación Comunal (Sectlac) de Providencia -el municipio con la mayor área de restricción residencial en la capital-, quien precisó que aunque estas áreas gozan del respeto de ciclistas y conductores, “hemos visto que en unos puntos funciona mejor, como en las calles bidireccionales y en las cuadras cortas, pero se complica en las calles largas, donde los autos pasan muy rápido”.
Añadió que para el periodo entre enero y marzo esperan comenzar a cursar partes de cortesía, “dado el consenso respecto de que además de señalética más vistosa, hay que añadir barreras físicas, como calzadas continuas y pavimentos especiales”, dijo.
Cómo operanVelocidad Impiden transitar en automóvil a una velocidad mayor a la establecida; en la mayoría de los casos es de 30 km/h.
Conectividad La mayoría de estas calles no están contempladas en la red vial básica de la ciudad.
Segregación En la mayoría de los casos cuentan con separación física entre vereda y calzada para proteger al peatón.