Esculturas, más verde y un museo: los cambios que se preparan en el parque San Borja
Se espera que en el segundo semestre de 2017 esta iniciativa sea realidad
A mediados de diciembre se dio a conocer el proyecto ganador que transformará el sector, que nació por iniciativa del gobierno de Frei Montalva a fines de los sesenta.
El parque San Borja es el jardín de los edificios ubicados en Alameda, sector metro Universidad Católica. Detrás del monumento a los mártires de Carabineros, hay un área donde los vecinos y sus niños disfrutan de un pedazo de tranquilidad. Este será remodelado para darle más verde y tendrá más de 200 esculturas del artista Mario Irarrázabal.
El parque de 2,3 hectáreas será remodelado por la oficina BBATS+TIRADO arquitectos (Silvia Barbera, Jorge Batesteza y Cristóbal Tirado), ganadora del concurso efectuado por la Municipalidad de Santiago y la Fundación Piedra Viva, cuyos resultados se dieron a conocer en diciembre pasado.
La “Remodelación San Borja” fue un proyecto que se construyó entre 1969 y 1976, concebido en el gobierno de Frei Montalva como un conjunto de viviendas para la clase media profesional. El lugar incluso inspiró la teleserie “La Torre 10”.
Los trabajos que se proyectan buscarán potenciar el parque en tres ámbitos, según explica el arquitecto Cristóbal Tirado.
El primero busca integrar el parque y el nuevo museo en el actual circuito cultural a través de un bulevar norte sur, que conectará la Alameda con Marcoleta.
El segundo objetivo es preservar el patrimonio vegetal del parque, aumentar las superficies de áreas verdes, apertura y rediseño de los bordes. Por ejemplo, el muro de la calle Carabineros de Chile será reemplazado por un talud inclinado, de modo que la vereda pasa a transformarse en un sendero del mismo parque. En todo caso, el parque continuará teniendo un cierre, para evitar problemas de delincuencia, pero a través de una reja integrada con la vegetación.
El último atañe a las instalaciones que hoy existen, como la cancha de patinaje, la multicancha y los juegos infantiles y el huerto urbano, que serán reubicadas dentro del mismo parque, en el lado oriente.
En el parque como tal, donde hoy está la cancha de patinaje, se construirá un museo subterráneo, en el que se emplazarán algunas de las esculturas de Mario Irarrázabal. Sobre esa construcción, se instalará un espejo de agua.
“La idea es comunicarse con un público mayor y que la obra sea vista como un conjunto”, afirma el artista sobre por qué escogió el San Borja para exhibir sus esculturas. “Es muy bonito, y está muy central, a pesar de que poca gente lo conoce, porque está en segunda fila”, precisa Irarrázabal.
En el sitio donde murió Daniel Zamudio, donde hoy hay una animita, “tendrá un lugar de contemplación y una estructura suspendida o viga colgada, que a través del esfuerzo estructural denote la fragilidad de la vida”, dice el arquitecto Cristóbal Tirado.
Respecto del financiamiento, la municipalidad se abocará a buscar los recursos para concretar este proyecto, que se espera esté finalizado para el segundo semestre de 2017.