San Antonio, al rescate de su cultura bohemia
Por Daniela Astudillo, La Tercera.
Tras una consulta ciudadana a los habitantes del casco histórico del puerto, surgió un proyecto de restauración patrimonial inspirado en Roberto Parra y La Negra Ester.
Después de 60 años, poco y nada se puede reconocer de lo que fue San Antonio en su momento de mayor esplendor. El barrio Balmaceda, en pleno centro de la ciudad, malgastó la estética patrimonial de puerto cosmopolita, de gran flujo comercial, producto de las recaladas más importantes del país, pero sobre todo perdió su implacable y mítica bohemia, llena de color y música, que caracterizaba al llamado Gran Barrio Rojo de San Antonio.
En el tejido de burdeles no sólo hubo entretención, sino que también diálogo e importantes encuentros de negocios. Desde la creación del primer Club Deportivo de Fútbol y de Rayuela, hasta las clases de escritura y lectura a prostitutas y vecinos del sector, dictadas por el dirigente portuario Clotario Blest. Todo era parte de postales cotidianas.
“Se trataba del esplendor del trabajo, cuando los campesinos se transformaron en trabajadores portuarios y las organizaciones sindicales tenían una relevancia importante. Fue un tiempo extraordinario, que se perdió en la década de los 80”, cuenta el dirigente sindical Rubén Meza.
Esa fiesta y vida nocturna se pudieron conocer años más tarde con la obra en décimas de Roberto Parra. Fue La Negra Ester quien reflejó el San Antonio de mediados del siglo XX y hoy, con dos murales inspirados en la historia de amor del cantante popular con la cortesana, ilustrados por el pintor Andrés “Titi” Gana, la ciudad-puerto comienza a recordar y poner en valor su historia bohemia.
Aunque la leyenda cuenta que fue en el local “Río de Janeiro” donde ambos se conocieron, el mural principal recrea al bar “Luces del Puerto”, donde se desarrolla la clásica obra de teatro. Fue el escenario que reflejaba la alegría y el buen vivir de esos años, la mezcla de clases sociales y donde “Parrita”, como le decían en ese tiempo, amenizaba la noche sanantonina.
Mercedes Somalo, coordinadora del proyecto de rescate del barrio, explica que la idea surgió tras una consulta ciudadana sobre identidad de los habitantes del casco histórico. Como resultado, el patrimonio surgió como pieza relevante para el desarrollo de la ciudad.
“Aquí participaron todos, desde el ciudadano común hasta organizaciones. Hoy en día, los proyectos están carentes de memoria, por lo que hicimos un trabajo desde el sentir de la gente. Los murales tenían que ser legibles y populares, como el lenguaje de Parra, quien contribuye fuertemente con nuestra memoria cultural. Por lo mismo, decimos que San Antonio es a Roberto Parra como Roberto Parra es a San Antonio”, expresa Somalo.
La iniciativa, patrocinada por la Fundación Siglo XXI, incluye coloridas fachadas del comercio local y un documental que narra la etapa esplendorosa de San Antonio, contada por sus propios protagonistas.
El vínculo entre el folclorista y San Antonio trasciende su paso por ella, ya que Parra logra dar cuenta de la identidad de la ciudad en su obra, y si bien no se puede afirmar con precisión la fecha exacta en que el músico llegó al puerto, sí existe relato sobre cómo fue recibido en la ciudad entre los años 1958 y 1961.
Alfredo Díaz (77), hoy dueño de un restaurante, cuenta que fue en una junta de amigos cuando un desaliñado hombre con una guitarra apareció.
“El tipo tenía mal aspecto, parecía un vagabundo, y llegó diciendo que era cantautor y que era hermano de la Violeta Parra. Nadie le creyó. Recién en los 90, cuando regresa al país, supimos que era verdad”, recuerda, entre risas “El Checo”, quien terminó siendo el barbero de “Parrita” durante el tiempo que permaneció en el puerto.
Fue en esas fiestas donde el también conocido como “Rasga Cuerdas” conoció a la “Negra”. Según quienes lo vieron, aseguran que más que un romance, el músico tuvo un sueño con la mujer. “El amenizaba el tercer tiempo de los partidos y se iba a los ‘cahuines’. Era un bohemio y la mujer lo acogió en su burdel, pero de relación nunca se supo en serio. Lo de esa historia fue una quimera, un sueño que tuvo con ella”, asegura “El Checo”.
“Al puerto e San Antonio, me jui con mucho placer” (sic), es una de las frases de la obra de Parra que refleja el amor no correspondido, desencuentros y episodios dolorosos que se transformaron en historia. La misma que hoy recoge la memoria del puerto, y que este nuevo circuito de turismo cultural, de murales, boites e historias de rincones, espera despertar.