Los pueblos que dejaron de caminar
Por S. Roldán, P. Tapia y F. Palomera, La Tercera.
Tras largos años viviendo casi incomunicados por la falta de transporte rural, los habitantes de casi 70 localidades contarán con locomoción, dejando atrás peligrosos viajes en lancha o largas caminatas.
Para un lugareño de Paillahue, en la comuna de Galvarino, enfermarse se convertía en un doble malestar. Eso, porque el pueblo rural se ubica a 18 kilómetros de la zona urbana de esa comuna, en la Región de La Araucanía, por lo que la carencia de locomoción pública convertía el viaje en una travesía mayor.
Esta es una de las más de 70 localidades en el país donde existe escasa o nula conectividad con las grandes ciudades, y donde a los operadores de buses les resulta económicamente inviable funcionar, según un análisis del Ministerio de Transportes. Por esto, la cartera está subsidiando 61 nuevos recorridos para zonas aisladas y rurales, destinando cerca de $ 1.000 millones anuales de la Ley de Subsidio al Transporte Público.
“Hace años que venimos pidiendo ayuda. Especialmente en invierno la cosa se complica: uno se demora dos horas al pueblo, pero con lluvia, frío y enfermo, eso es peor”, cuenta Verónica Carrasco, dirigente de la comunidad Antonio Liempi, en Galvarino.
Esta localidad será beneficiada con un servicio de bus rural, que Transportes licita por más de $ 19 millones anuales, uniendo Paillahue con Galvarino.
Panorama similar vivían los habitantes de las localidades de Mehuín y Mississippi, caletas de la zona costera de Mariquina, Región de Los Ríos, quienes por la falta de un transporte rural, debieron utilizar por años vehículos fluviales.
“Antes, cuando teníamos la lancha Rayen Lafquen, que nos trasladaba desde Mississippi a la caleta de Mehuín, el viaje era complicado porque no teníamos un muelle y las personas se mojaban cuando subían, incluso varios se cayeron al agua”, cuenta Hugo Quilapá, presidente de la Junta de Vecinos de Mississippi.
El dirigente agrega que hoy el Ministerio de Transportes implementó un servicio de locomoción rural subsidiado, que favorece a 1.900 personas. “Ahora logramos nuevamente que exista un recorrido en bus que lleve a los pasajeros. Ya no nos mojamos como antes porque, en la lancha, a veces el mar pasaba por encima y ahora la locomoción nos deja al frente de nuestras casas”, recalca Quilapán.
También se han visto beneficiados los habitantes de El Ciénago, en la Región del Maule, pequeño poblado donde residen cerca de 100 personas de escasos recursos, quienes cancelaban hasta $ 12 mil a un taxi para movilizarse al centro de Parral, en un recorrido total de 12 kilómetros.
Además, los apoderados pagaban un furgón que mensualmente les cobraba $ 30 mil para llevar a sus hijos al colegio. Quienes no podían pagar, caminaban hasta dos horas para asistir a clases en Parral, siempre y cuando las condiciones del camino lo permitieran.
“Este transporte nos ha caído como del cielo, porque especialmente los niños ahora ya tienen una continuidad en sus estudios y viajan protegidos a sus escuelas. Acá hay mucha gente que a veces se enferma y debían caminar como pudieran para llegar al hospital”, explica María Inés Norambuena, presidenta junta de vecinos de dicha localidad.
Según el ministerio de Transportes, Andrés Gómez-Lobo, “lo que más nos preocupa son las localidades donde no hay ningún servicio de transporte (…) y la idea es que donde no hay privados que den el servicio, porque no es rentable, el Estado subsidie para que alguien haga ese servicio”.