Daño patrimonial: iglesias céntricas siguen siendo el blanco de rayados y grafitis

iglesia san agustin centro santiagoPor Lucía Adriasola C., El Mercurio.

En los últimos años han sido permanentemente vandalizadas

Cada mes, templos declarados monumentos nacionales han debido acostumbrarse a pintar sus exteriores. En casos más extremos, piensan en enrejarse.

En verdaderos muros para grafiteros se han transformado las paredes de las iglesias San Agustín (Estado con Agustinas), La Merced (Mac-Iver y Merced) y Santa Ana (Catedral con San Martín) durante los últimos años.

Firmas, garabatos ininteligibles, caras felices y consignas anarquistas son solo parte de los rayados que se pueden apreciar en estos templos, todos declarados como monumentos históricos.

De estos recintos, el caso más dramático lo vive la Iglesia Santa Ana, puesto que, además de estar rayada y permanecer con daños estructurales después del terremoto de 2010, en julio del año pasado fue víctima de un ataque explosivo cuando una bomba detonó en dos ocasiones en su puerta, dejando daños que aún permanecen visibles.

Según señalan desde la administración, durante el año pasado se evaluó la instalación de una reja para intentar evitar los actos vandálicos. Sin embargo, agregan que están a la espera de autorización de Monumentos Nacionales y de la Municipalidad de Santiago para instalarla.

En la iglesia de San Agustín, la segunda más antigua de Chile después de la de San Francisco, aún se resisten a ver los rayados que grafiteros hacen a la luz de la luna. Por lo mismo, todos los meses la dirección del templo limpia las paredes externas con esmalte al agua pero, según admite su asesor cultural, Gustavo Carrasco, no es una tarea fácil, ni menos barata. “Lo más complejo es limpiar las piedras, porque eso ya significa una inversión mayor”, dice Carrasco, quien agrega que en 2004 la iglesia fue restaurada por dentro, pero que la tarea exterior es algo de nunca acabar.

El templo que no debería mantener ningún grafiti en su exterior, pero que sin embargo aún tiene, es la Basílica de La Merced. Lo anterior, porque la Municipalidad de Santiago, dentro de su Plan antirayados y recuperación de fachadas, la había contemplado para su limpieza, pero desde la congregación, según aclara el municipio, no acogieron la solicitud, por lo que no pudieron intervenirla.

“Yo trabajo hace seis años acá en la iglesia y la verdad es que antes esto no era así. Los muchachitos se han puesto cada vez más insolentes. Hace dos meses que la pintaron, sin embargo la rayaron nuevamente… Pero ahora no está tan mal porque hay veces en que ha estado peor”, reconoce Rosa, quien trabaja fuera de la basílica vendiendo imágenes sagradas.

Respecto del programa de limpieza de fachada -que en edificios como la Casa Central de la Universidad de Chile, el Museo de Bellas Artes o en la misma Iglesia de San Francisco ha resultado con éxito- desde el municipio aclaran que el proyecto se mantiene hasta la fecha y que a partir de 2015 trabajarán en otro plan con la dirección de Patrimonio y con el grupo Santiago Mío para seguir “limpiando” la ciudad.

Solo en 2014, Santiago invirtió alrededor de $30 millones para mantener los edificios patrimoniales libres de rayados. Una vez que se terminen estos trabajos, Santiago planea sumar nuevas cámaras a las 70 que actualmente existen para monitorear y sancionar a grafiteros, ya que la manera de conservar a diario estas mantenciones ha sido el mantener brigadas que repinten todas las noches.

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edificios patrimoniales fueron seleccionados por la Municipalidad de Santiago para ser pintados en 2014. Entre ellos figuran el Palacio Consistorial, la Casa Colorada y la entrada sur del cerro Santa Lucía.