Ciudadanos de Matta Sur en busca de su patrimonio
Exposiciones sobre su historia, colecciones de objetos, bibliotecas móviles, imprentas ciudadanas, fiestas vecinales. Los principales defensores del barrio han sido los propios habitantes.
En 2005, tres proyectos de diseño del Transantiago consideraban la destrucción del bandejón y los jardines de avenida Matta para habilitar un corredor de buses a la manera de avenida Grecia. “Estábamos desolados por ese proyecto inminente, pero cuando vimos las 400 personas que se unieron para defender el bandejón, nos hicimos tan fuertes y empoderados que al final nunca se nos pasó por la cabeza perder ese espacio público en Matta”, rememora Patricia Pino, una de las fundadoras del Comité Defensa y Recuperación Barrio Matta Sur, que nació durante esa contingencia.
Hoy sigue activo en vecindarios de Santa Elena, Ñuble, Sargento Aldea, Victoria, Cuevas, San Diego y otros sectores donde consiguieron declaratorias de Zona de Conservación Histórica. Por ejemplo, acaban de implementar 700 m {+2} de platabandas, pequeños huertos solidarios en espacios desperdiciados sobre las veredas, “para que el que quiera plantar sus cosas lo haga. Tenemos la idea del barrio sustentable”, anota Pino.
Pero no es el único ejemplo de cómo los vecinos han salido a las calles para reclamar la importancia de la identidad de este territorio. Este 31 de enero, en el Centro Comunitario Carol Urzúa de Santa Rosa, se inicia la itinerancia de una exposición sobre la memoria del barrio: “Muestra en viaje. Construyendo el futuro museo del barrio Matta Sur”, organizada por el Centro Cultural Patrimonio Matta Sur. Consiste en un recorrido por la historia a partir de los objetos, los recuerdos y las colecciones de sus habitantes.
“Desde fotografías de Primera Comunión, muy tradicionales entre la gente más antigua, hasta utensilios de cocina, tenedores y enormes cucharones. Son testimonios de la historia y por eso hemos reunido marcos viejos, revistas, escobas de paja, romanas de emporios, herramientas de trabajo de zapateros o peluqueros. En Matta hay muchos oficios vivos”, dice Patricio Bahamóndez, presidente del centro cultural.
Del campo a la ciudad
“Matta Sur nace a principios del 1900, con un origen obrero debido a la migración desde el campo. Es un barrio solidario y sus características arquitectónicas son solidarias, con fachadas continuas, que lo identifican”, dice Bahamóndez. “Cuando hay un terremoto, las casas se mueven juntas. Cada una depende de la otra. Simboliza la relación entre las personas”, agrega Vladimir Huichacura, presidente del comité de defensa.
Es lo que un grupo de artistas y músicos instalados en Santa Elvira ha querido representar a través de las Fiestas del Barrio Matta, que realizan desde 2011. Engalanadas con la luz de ampolletas domésticas, diversas calles instalan escenarios para conciertos, puestos de curiosidades y comida.
Pero estas acciones no son únicamente impulsadas por los vecinos. A mediados de enero finalizó otra de las actividades que el Consejo de la Cultura está realizando allí, en el marco de un programa de gobierno que busca revitalizar barrios patrimoniales emblemáticos. La llamada “imprenta ciudadana” fue organizada por la plataforma de gestión cultural Mil M2, y convocó a los vecinos para compartir sus recuerdos.
“La gente llegaba con sus fotos, cuentos, poemas, recetas. Nosotros digitalizamos todo y con nuestros diseñadores armábamos pequeños cuadernillos con distintos contenidos. Cada persona se iba a su casa con 15 copias para compartir su historia con familiares y amigos”, cuenta Fernando Portal, de Mil M2.
Matta Sur sigue su ruta con el impulso de sus residentes. “Es un barrio maltratado, pero bien constituido. Hay familias que tienen cinco generaciones viviendo en el mismo lugar”, dice Patricio Bahamóndez. “Tenemos todo”, agrega. Casi todo: lo único que le falta es un gentilicio, porque jamás ha existido. “Haremos que los vecinos lo elijan. Hasta aquí va punteando mattino “, finaliza Patricia Pino.