Antofagasta apunta a frenar crecimiento hacia los extremos para equilibrar su desarrollo
Por Carlos Santana Flores, El Mercurio.
El principal desafío de la capital minera del país es mejorar su conectividad entre el sector norte y sur:
Al año 2035, la ciudad crecerá en 1.900 hectáreas, equivalentes a 4.500 canchas de fútbol, y solo hay 1.050 disponibles en el radio urbano, entre los cerros y el mar.
En los últimos seis años, el parque automotor de Antofagasta creció a un ritmo de cinco mil vehículos por año. En promedio, uno de cada cinco habitantes tiene un automóvil en la capital regional y las proyecciones indican que en 2035 serán 135 mil los autos que circularán por las estrechas calles.
Según proyecciones de Creo Antofagasta, entidad público-privada encargada de diseñar un plan para enfrentar el crecimiento urbano, al año 2035 Antofagasta crecerá en 1.900 hectáreas, el equivalente a 4.500 canchas de fútbol, y solo hay disponibles 1.050 dentro del radio urbano.
“La ciudad experimenta un crecimiento inmobiliario significativo, producto de la inmigración tanto nacional como extranjera. La población aumentó en 57% en las últimas dos décadas, posicionándose como la cuarta ciudad de crecimiento más rápido en Chile”, apunta Karen Rojo, alcaldesa de Antofagasta.
Para la autoridad comunal, esto explica el aumento en el parque automotor, sumado a la concentración de servicios en la zona céntrica. “Allí está la totalidad de los servicios y el polo comercial, todo esto con pocas vías estructurantes”, dice Rojo.
Desde 1990, el auge de la minería en la Región de Antofagasta trajo consigo, de manera simultánea, un rápido incremento de la población, un gran desarrollo inmobiliario y un aumento general en el costo de vida. Hoy no hay viviendas nuevas a la venta por menos de 2.000 UF, un factor que relegó hacia el extremo norte y a los cerros a la población de menores recursos, o a uno de los 24 campamentos que existen, pese a ser la ciudad del PIB per cápita anual más alto del país, con US$ 37.000.
“El aumento de la densidad poblacional habla de un crecimiento económico positivo. No obstante, esto no ha ido asociado con un desarrollo urbano armónico que permita mejorar el estándar de vida. Es importante que Antofagasta descentralice su desarrollo urbano, con mayor oferta de servicios y mejor conectividad en las zonas norte y sur”, dice Karen Rojo.
Antofagasta crece apretada entre los cerros de la cordillera de la Costa y el océano Pacífico. Es una franja de 30 km de largo y unos pocos de ancho.
El arquitecto urbanista y secretario ejecutivo de Creo Antofagasta, Alejandro Gutiérrez, explica que “la forma lineal de la ciudad, sumada a la concentración de su equipamiento en el centro, genera una urbe poco equitativa y disfuncional, dependiente del automóvil y discriminatoria en relación con el poder adquisitivo de un vehículo o de una vivienda bien ubicada”. Según Gutiérrez, “la gran extensión de la ciudad genera alto costo en infraestructura, mantención y tiempos de viaje, por eso es fundamental revertir el crecimiento en los extremos por medio de la renovación urbana”. Por ello, añade el arquitecto, “hoy se debe apuntar a un sistema diversificado e integrado de transporte”. La solución podría estar en la construcción de un metrocable por el sector alto o un tranvía que utilice la línea férrea que cruza la ciudad.