Temperatura de 2014 en Chile fue 0,4°C más alta que el promedio histórico
Por Cristina Espinoza, La Tercera.
Datos muestran tendencia al alza en temperaturas y baja en las lluvias, atribuibles a la variabilidad natural, pero también al cambio climático.
Esta semana la Organización Meteorológica Mundial (OMM) señaló que 2014 fue el año más cálido desde que se tiene registro (1850). La temperatura media global superó en 0,57 °C al promedio del periodo 1961-1990. Una noticia que ya se repite cada año desde el 2000, pues 14 de los 15 periodos más calurosos de la historia se han producido desde entonces.
En Chile también se vivió uno de los años más calurosos, pero estuvo lejos de romper un récord, según los registros de la Dirección Meteorológica de Chile (DMC). Aunque no se puede comparar con la cifra de la OMM ( que incluye las temperaturas globales terrestres y oceánicas), la temperatura media terrestre en Chile fue, en promedio, 0,4 °C superior a lo normal, es decir al promedio del período 1961-1990. En Curicó, por ejemplo, donde la tendencia al alza es más notoria, la temperatura en 2014 fue 0,9 °C sobre su promedio, y en Santiago fue de 0,7 °C.
“El año 2014 fue más cálido que el promedio normal, pero está muy lejos de ser uno de los más cálidos en los últimos 54 años. Los años más cálidos coinciden de buena forma con los eventos de El Niño más importantes, como los años 1997, 1992, 1987, 2008-2009, entre otros. Actualmente, estamos ante un evento cálido (El Niño, no declarado, ya que falta un periodo de tres meses con anomalías superiores a 0.5 °C), que igualmente, y de forma moderada, está ocasionando perturbaciones en la atmósfera”, explica Claudia Villarroel, meteoróloga del departamento de Climatología de la DMC.
Entre esas alteraciones, está un verano seco en el sur. “En Temuco no ha llovido y en general (el acumulado a esta fecha), es de alrededor de 35 mm”, dice la meteoróloga. En Valdivia sólo llovió esta semana y hay un 95% de déficit. “Ante un evento cálido, la primavera-verano en la zona sur es seca. La zona altiplánica también es seca. Hasta ahora es el primer mes en que este evento cálido se ha dejado sentir en cuanto a las precipitaciones”, dice.
René Garreaud, climatólogo y subdirector del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR2), indica que las condiciones actuales son parecidas a lo que ocurre frente al fenómeno de El Niño. “Un verano seco está dentro de lo esperable con la condición de El Niño, lo inesperado es que fuera tan seco en la zona central en invierno, eso es más bien atribuible al cambio climático”, sostiene.
Enfriamiento costero
A diferencia de lo que ocurre en las zonas interiores, la costa del norte se está enfriando, debido al efecto del océano. “Desde La Serena al norte, Iquique, incluso Arica, se han ido enfriando de manera notoria en los últimos años. Aparentemente, todo indica que los vientos del sur están soplando de manera más intensa y producen el fenómeno llamado surgencia costera (corrientes frías de agua que suben a la superficie)”, dice Garreaud.
Villarroel agrega que aún no se sabe qué es lo que lo está provocando, pero también puede ser el aumento de la nubosidad costera que se ha registrado en los últimos años.
Sigue la sequía
El año pasado es considerado un año normal en cuanto a precipitación, aunque en gran parte del país se mantiene el déficit, sobre todo entre la región de Coquimbo y la Metropolitana. Con todo, la tendencia es a la baja en las precipitaciones.
“Si bien hay factores naturales que hacen que llueva menos, con una sequía tan extensa uno empieza a pensar que es una señal de cambio climático”, indica Garreaud. A ello se suma el aumento de la temperatura, que hace que se consuma más agua y también se evapore, además de factores antrópicos, como el crecimiento de las ciudades, la minería y agricultura, que aumenta la demanda y que se mantendrá en el tiempo. “Esta sequía puede que pase, pero Chile se va a mover a esa condición, va a ser como ahora o peor, más cálido y seco. Hay que entender esta sequía como una imagen de como se ve el futuro, cómo impacta y cómo nos adaptamos. Si Chile tiene herramientas para enfrentarla, leyes, Código de Aguas”, sostiene el climatólogo.
Según Jorge Núñez, investigador del Centro del Agua para Zonas Áridas y Semiáridas de América Latina y El Caribe (Cazalac), el concepto “sequía” ni siquiera está definido en la ley.
Aplicar ciencia para enfrentar la sequía
Jorge Núñez, investigador del Cazalac, explica que entre las alternativas para enfrentar la sequía están desde hacer nada y esperar ayuda, a intentar aumentar la oferta de agua y buscar cambios estructurales y de gestión del recurso hídrico. Chile ha comenzado a tratar las tres soluciones “con más fracaso que éxito”, dice.
Eso se debe, agrega, a que se insiste en el concepto de sequía como déficit natural y temporal respecto de lo “normal”, por lo que “todas las soluciones buscadas son de corto plazo y no estructurales, siendo que la combinación de una reducción del régimen hídrico más incremento de la demanda es, por definición, estructural”.
José Luis Arumí, hidrólogo de la U. de Concepción, dice hay iniciativas para aumentar la oferta, como el bombardeo de nubes y la recarga artificial de aguas subterráneas. “Desde mi punto de vista, se generó una sobre expectativa de esas alternativas, pero son difíciles de implementar y es más difícil aún demostrar sus resultados”.
El bombardeo de nubes se utiliza desde los años 60, pero aún no es posible comprobar su efectividad. Eso es algo que quiere cambiar Francisco Meza, director del proyecto “Siembra de nubes con yoduro de plata por generadores terrestres”, del INIA Intihuasi, en la Región de Coquimbo, que junto a la consultora GresMet, estudiaron los lugares en los que instalar estos generadores podría funcionar. “En Coquimbo no vamos a instalar un equipo más sin estudio. Todo eso tiene que estar claro para poder justificar la instalación”, dice. Identificaron cerca de 20 lugares en la precordillera, donde lanzar el yoduro a las nubes podría adelantar la precipitación. Lo ideal es aprovechar en tiempos en que no hay sequía, para acumular esa nieve, pero hoy no tienen alternativa.