Anuncio de nuevo subsidio al Transantiago desata controversia entre expertos

nuevo subsidio transantiagoPor El Mercurio.

Ministro Andrés Gómez-Lobo encargó estudio a consultora internacional para definirlo:

Mientras unos plantean que con el incremento se puede elevar el estándar, otros advierten que recursos pueden seguir perdiéndose en un sistema que no mejora.

En los próximos meses la consultora norteamericana Embarq entregará un informe al Ministerio de Transportes en el cual analizará el sistema actual de financiamiento del Transantiago. La asesoría, contemplada en el proyecto de ley de subsidio que en 2013 inyectó US$ 13.050 millones al sistema hasta 2022, fue pedida por el ministro Andrés Gómez-Lobo.

En entrevista con “El Mercurio” el sábado, el titular de Transportes defendió la idea de contar con un subsidio mayor para el sistema. “Los subsidios en Chile son bajos. En la experiencia internacional nadie cuestiona subsidiar. Hay razones sociales para hacerlo, pero más que eso hay razones de eficiencia de la ciudad para subsidiar el transporte público. Se subsidia porque uno quiere tener un sistema de transporte público que no sea caro, para que la gente no use otros modos que contaminan más, generan más accidentes y congestionan más”.

La opinión del ministro desata controversias entre quienes concuerdan en que el sistema debe incrementar los aportes fiscales y los que rechazan más inyecciones a un servicio que no muestra mejoras de fondo.

Tras ser aprobada la ley de subsidio al transporte en 2013, las autoridades dijeron que las alzas se contendrían y si se producían, sería por aumento en el costo de los insumos más que por fines operacionales.

Para Louis de Grange, doctor en Transportes de la U. Diego Portales, nada de ello se ha cumplido. “Falta pudor en este tema. Decir que parte del subsidio se pierde en estudiantes o el metro, es pirotecnia contable. Los estudiantes siempre han sido subsidiados y, además, según el reporte oficial del Directorio de Transporte Público Metropolitano, casi un 70% de los costos del sistema lo generan los buses. Solo un 20% está en el metro”, asevera.

El urbanista Iván Poduje agrega que los subsidios debiesen estar asociados a la calidad de servicio. “Me parece mal que se aumente existiendo tantos problemas todavía de regularidad, frecuencia o velocidad. Entregar más subsidio es para los operadores. Uno esperaría que los problemas estuvieran resueltos. Hay un beneficio alternativo de esos recursos, que podrían destinarse a infraestructura o a otras opciones de transporte como tranvías, trenes suburbanos o metro que sean más competitivos con el auto”.

Subsidio y tarifas

El antecesor de Gómez-Lobo en el cargo, Pedro Pablo Errázuriz, está entre quienes comparten la necesidad de incrementar la inyección de recursos. “Un sistema de transporte público de calidad requiere subsidio. Si se va a mejorar en ese sentido, se pueden financiar más líneas de metro, mejores buses y corredores. Además, el subsidio al transporte como el de hoy está bien focalizado”, afirma el ex ministro.

Una visión similar tiene Juan Enrique Coeymans, presidente del Panel de Expertos, el comité de técnicos que mensualmente analiza los costos del sistema para decretar alzas de tarifas. “Hay que sacar del subsidio esa cuarta parte que va destinada al metro para que pague sus inversiones. No es pertinente tampoco que una inversión social como la tarifa escolar aparezca como operacional. El subsidio a los escolares debiese pagarlo el Ministerio de Educación. Con eso, lo netamente operacional es de un 8%. La opción que queda es: o hay más subsidio, o hay que reajustar las tarifas”, afirma el especialista.

“Saco roto”

Frente a críticas como estas, el ministro Gómez-Lobo sostiene que los subsidios debieron ser parte del diseño original del Transantiago. “Me llama la atención que haya algunos que cuestionen un subsidio de transporte público. Hay argumentos técnicos, sociales, de la experiencia comparativa. Es inentendible, particularmente de gente que tiene conocimientos académicos para entender la literatura en este tema”, afirma.

Para el diputado UDI Gustavo Hasbún, mejorar la calidad del sistema requiere mayor inversión. “El problema es que hoy se entregan recursos a un saco roto, a un bolsillo sin fondo, donde se malgastan. Se requiere invertir en infraestructura, renovación de flota, tecnología como aire acondicionado en buses”, dice.

US$ 3.460 millones fue el subsidio que aprobó el Congreso por cinco años en 2009. Tenía un monto permanente y otro transitorio.

US$ 13.050 millones  de subsidio aprobó el Congreso en 2013 hasta 2022. Incluye los recursos “espejo” para las mejoras de sistemas de transportes en regiones.

“Lo que busca este subsidio es evitar nuevas alzas. Pero el problema es insistir con los buses, siendo que la solución de largo plazo es el metro”.

LOUIS DE GRANGE
ESPECIALISTA EN TRANSPORTES UDP

“Me parece mal que se aumente (el subsidio) existiendo tantos problemas todavía de regularidad, frecuencia o velocidad”.

IVÁN PODUJE
URBANISTA

“La racionalidad tras un subsidio la entienden perfectamente en Londres o Nueva York. En EE.UU. es un 60% y 70% y en algunas ciudades, más”.

ANDRÉS GÓMEZ-LOBO
MINISTRO DE TRANSPORTES