A cinco años del 27-F, el terreno del edificio Alto Río, en Concepción, es hoy un sitio eriazo
Por Constanza Bello, El Mercurio.
Medidas judiciales precautorias impiden su utilización:
Fundación ligada a víctimas pretende levantar un museo para recordar la tragedia que costó la vida a ocho personas.
Un sitio eriazo, con apenas algunos vestigios de la construcción que alguna vez se emplazó allí. Ese es el panorama que hoy ofrece el terreno en donde hasta el 27 de febrero de 2010 estaba en pie el edificio Alto Río, la única estructura de este tipo que se desplomó con el sismo, provocando la muerte de ocho personas.
Enrique Hernández, uno de los abogados que representan a un grupo de más de 70 sobrevivientes y familiares de las víctimas, explica que el sector estaba dividido en dos paños. Uno pertenece íntegramente a la inmobiliaria Río Huequén, mientras que el segundo, donde estaba la torre, es de copropiedad de esa empresa y de quienes habían comprado sus departamentos antes de la catástrofe.
Ambos sitios “tienen medidas precautorias y de embargo. Nosotros, durante el transcurso de los juicios, intentamos dejarlos en esta condición para poder asegurar la reparación a la que, pensábamos, iban a ser condenados los responsables de estos hechos”, cuenta el abogado. Así, el terreno no puede ser utilizado mientras dichas medidas no sean levantadas.
Entre quienes tienen planes para el lugar, se encuentra la Fundación Alto Río, creada por los sobrevivientes, la que pretende levantar allí una sede y un museo memorial que recuerde la tragedia y las lecciones que esta dejó al país en materia de protección y reacción ante emergencias. “Lo ideal para nosotros sería poder emplazar el museo donde estaba el edificio, pero con el tema legal no es tan fácil dilucidar esa situación; es como un sueño”, dice Mónica Molina, sobreviviente y presidenta de la fundación.
Tras el término del segundo juicio penal, en el que se condenó por ocho cuasidelitos de homicidio, seis cuasidelitos de lesiones graves y un cuasidelito de lesiones gravísimas a los ejecutivos de la empresa y al ingeniero calculista de la obra, continúan adelante las acciones civiles que pretenden el pago de indemnizaciones por parte de los responsables. Al respecto, el abogado Hernández explica que por ahora “estamos en conversaciones en el sentido de avanzar en relación a las compensaciones, pero aún no hay un acuerdo concreto”.
Las medidas precautorias que pesan sobre el sitio podrían ser levantadas una vez resuelta esta situación, con lo que se allanaría el camino para resolver su destino.
Avanza construcción de condominio vecino
El panorama es diferente en los alrededores del terreno del Alto Río. A casi cinco años de que este sector fuese conocido como la “zona cero” del 27-F, se levantó en el área un centro comercial, con supermercado y salas de cine.
En el predio colindante, en tanto, se terminó la construcción de un edificio que se encontraba en obra antes del sismo. Hoy la mayoría de sus departamentos están ya ocupados por residentes. Esto, mientras avanza la construcción de otras dos torres, para conformar un condominio que debiera estar concluido a mediados de 2016.
LeccionesMónica Molina, de la Fundación Alto Río, explica que uno de sus objetivos es lograr que las lecciones del 27-F no se olviden y que subsista entre las personas la conciencia sobre la necesidad de estar preparados ante eventuales emergencias y catástrofes.
“Han pasado casi cinco años desde el terremoto y si se le pregunta a la gente si están preparados, si tienen su kit de emergencia, probablemente son muy pocas las familias que aprovisionan agua, que tienen un protocolo interno para enfrentar cualquier situación de este tipo, no solo un terremoto”, afirma.