El pueblo fantasma con agua salada
Por Paula Riquelme y Myriam Bustos, La Tercera.
Un conjunto de casas construidas para damnificados del 27/F en Llico, región del Maule, permanecen vacías a pesar que se terminaron en agosto. ¿La razón? No hay agua potable.
Desde agosto del año pasado, las calles de la villa Brisas de Torca en el pueblo de Llico, en la comuna de Vichuquén, son barridas por el viento y la soledad. Mientras tanto, 86 familias que resultaron damnificadas por el terremoto del 27/F siguen esperando ocupar las casas -de 40 metros cuadrados- que ya le han sido asignadas. Muchas de ellas ubicada a pasos de la laguna Torca y rodeadas de un frondoso bosque de pinos.
Sin embargo, la falta de agua apta para el consumo humano impide que la Dirección de Obras de la comuna, en la Región del Maule, oficialice su recepción y que los vecinos cumplan su meta.
“Conocimos nuestra casa nueva y es muy linda. Desde hace un año y medio nos están prometiendo que nos las entregarían (…). Ha sido difícil estar cinco años en una mediagua, por eso creo que merecemos una casa digna, pero tampoco queremos que nos las entreguen con agua potable”, asegura Francisco Maripangue quien, desde el terremoto del 27/F, vive junto a su esposa en un sitio de un amigo en el pueblo de Llico.
La misma impotencia describe Francisco Núñez, quien reside de allegado con familiares y tampoco puede habitar su casa. “Ha sido todo este proceso muy engorroso, porque como no hay agua dulce en Llico, no nos pueden entregar las casas”, dice.
El proyecto habitacional comenzó su construcción en marzo del 2013, en circunstancias que al igual que el resto de la localidad de Llico, no contaba con agua apta para el consumo humano. Según el director del Serviu del Maule, Omar Gutiérrez, “el origen del problema es que todas las fuentes de dotación de agua tienen una alta concentración de sodio, fierro y manganeso”.
Cuando comenzó el levantamiento de las viviendas, Gutiérrez era director de salud de la comuna de Vichuquén y agrega que las obras se iniciaron con una autorización de la Cooperativa de Agua Potable Rural de Llico, cuando ésta tenía un sumario sanitario debido a la mala calidad del agua.
“No había ninguna opción de construir ahí, porque no se pueden construir viviendas nuevas si no hay viabilidad para conexiones de agua, pero se hizo igual (…). El error fue que en este caso se actuó con mentalidad emergencia, es decir, se buscó una solución rápida”, añade Gutiérrez.
Pero el problema de la salinidad, según el alcalde Vichuquén Román Pavez (PPD), es una consecuencia del terremoto. “Todas las napas que antes eran de agua dulce, hoy contienen agua salobre”, relata.
De hecho, cuando se inició la construcción de Brisas de Torca, la comunidad ya había organizado un movimiento ciudadano, denominado “Llico por el agua”, y en la mayoría de las casas había banderas negras. “Las autoridades de la época conocían el problema y deberían haber buscado primero una solución a la dotación de agua y luego construir las casas”, dice.
Actualmente, la localidad de Llico (de 1.200 habitantes) se abastece gracias a la gestión de la Oficina Regional de Emergencia del Maule, que financia el traslado de 150 mil litros de agua diariamente en camiones aljibe desde Hualañé, tras recorrer 72 kilómetros.
En la búsqueda de soluciones a las Brisas de Torca, la Dirección de Obras Hidráulicas invirtió $ 80 millones en la construcción de una sentina (estanque) para acumular agua, pero ésta no cuenta con autorización para conectarse con la red de agua de Llico, pues esta localidad está sujeta a la emergencia hídrica y el recurso no sobra.
Frente a esto, Serviu del Maule inició un convenio con la Universidad de Concepción para instalar una planta desalinizadora, con tecnología de nanofiltración. La municipalidad de Vichuquén financió la cuña para captación de agua y el Serviu trasladó la planta desalinizadora, que llegó el lunes hasta Llico y será puesta en marcha hoy con la presencia del ministro del Interior Rodrigo Peñailillo.
Sin embargo, el problema en la zona podría continuar. “El tema de fondo no es lo inaugurar una planta. Eso es un parche. Llico lleva más de 20 años con problemas de agua potable y el atraso de la entrega de las casas es una prueba de ello. Eso es lo que hay que solucionar”, asegura Exequiel Díaz, concejal (RN) de Vichuquén.