Puerto de Quellón se impulsa para ser el destino de miles de turistas
Por Soledad Neira Farías, El Mercurio.
Sector costero del archipiélago de Chiloé:
Cada año, unos 8 mil extranjeros se embarcan y desembarcan allí, sin llegar a conocer su naturaleza única.
“‘El Felipe’ vino de las islas, parece que tuvo un choque y lo vienen a arreglar aquí”, dice canchero Ariel Navarro, de 11 años. El niño y su amigo Cristián Almonacid, de 10, se mueven como peces entre la decena de embarcaciones, como “El Felipe”, que esperan su turno en el astillero del sector costero de Quellón, en el sur de la Isla Grande de Chiloé.
“Don Ambrosio, él es el dueño aquí”, continúa el inquieto niño, que probablemente sería un gran guía turístico en una comuna que quiere diversificar su matriz productiva y apuntar al turismo como nueva fuente de ingresos y, de paso, dejar atrás la mala imagen que proyectaba en el pasado por sus altos índices de cesantía y delincuencia.
“Que no eran más que los de cualquier puerto”, se apura en afirmar el alcalde de la comuna, Cristián Ojeda, quien asegura que trabajan firme para terminar con los focos de conflicto.
Quellón, la más austral de las comunas chilotas, suma ya más de 30 mil habitantes y ha enfrentado graves crisis en su historia de poco más de 130 años.
Tiene una privilegiada ubicación, “donde termina la Carretera Panamericana, que parte en Alaska y termina aquí, en el Hito Cero”, recalca el alcalde Ojeda.
Primero fue el término de la extracción de madera,, luego el terremoto del 60, que volvió a dejar al pueblo en el suelo y, a fines de la década pasada, los graves efectos del virus Isa, que prácticamente diezmó a la industria salmonera.
Pero la gente en Quellón se levanta una y otra vez, aseguran. Y aunque en 2008 centenares de personas partieron del pueblo por la crisis salmonera, “mucha gente se mantuvo con los programas de empleo y otros regresaron y ya tenemos la misma población de nuevo”, dice el edil.
“Que no sea un lugar de paso”
Con un borde costero extenso, una vegetación exuberante y una cultura ancestral que quiere integrar al desarrollo del pueblo, Quellón trabaja en algunos planes para atraer a parte de los miles de turistas que pasan por Castro, unos 90 km al norte, o Chaitén, situada al frente, en Palena.
Más de 8 mil 600 extranjeros, según estadísticas de la Armada, entraron o salieron del puerto de Quellón en 2013, de un total de 126.912 personas que abordaron las naves de pasajeros que operan desde ese puerto. “Vienen franceses, ingleses, argentinos, de todos lados”, dice Anita Azócar, dueña del Hotel Patagonia Insular, un 4 estrellas que es un proyecto familiar, ejemplo de la lucha quellonina contra la adversidad.
Pero esos viajeros casi no se ven en el pueblo y eso es lo que quieren revertir, “que no sea solo un lugar de paso, donde vienen a tomar el barco” y “que se queden una, dos noches”, lo que se logra en la medida que Quellón amplíe su oferta de actividades, explica el director de Turismo, Leonardo Latorre.
Por esta razón se busca generar nuevas oportunidades, como navegar rodeando las islas cercanas, avistando aves o la rica fauna marina, como delfines y, con mucha suerte, incluso ballenas, dicen en el pueblo.