Arte y Ciudad. Entrevista a Francisco Gazitúa: “Nuestra función como escultores es estar en la calle”
Con una extensa carrera expositiva y formativa, el escultor Francisco Gazitúa forma parte de los pocos artistas que exploran la dimensión práctica y teórica de la disciplina a la que se dedican.
Teniendo un amplio número de publicaciones sobre historia y teoría de la escultura, su reflexión especializada se ha instalado, por un lado, como un referente importante dentro del pensamiento artístico nacional e internacional.
Por otro lado, su contribución a la escultura pública ha sido de suma importancia para nuestra ciudad de Santiago y otras ciudades del mundo; sus obras en gran formato exhiben una contundente investigación de los soportes que indaga en las posibilidades del acero, la madera y la piedra.
1. ¿Cuál crees que es la importancia del arte en el espacio público?
Sácale a Italia todo el arte en el espacio público e Italia desaparece. Imagínate la Alameda sin ninguna estatua. Es imposible explicar el fenómeno del arte, solo se entiende cuando está ahí y se valoriza en su posible ausencia.
2. ¿Qué impacto genera el arte urbano en la ciudad y en sus habitantes?
El arte urbano tiene como primera función gatillar la imaginación. Es decir, una persona va en una micro del Transantiago, ve el monumento a Schneider de Carlos Ortúzar e inevitablemente su imaginación se desata ya que ve un par de columnas de acero inoxidable que no tendrían porque estar ahí. Esa es la funcionalidad del arte, llamar en cada ser humano lo más profundamente humano de él mismo. Además, en el espacio público conviven la música, el teatro callejero y todas las artes.
3. ¿Crees que el arte urbano es valorado en Chile?
Sí, no me cabe la menor duda. Se dice que se vandaliza mucho, que se escribe encima de las obras, pero eso pasa en todos los países del mundo. Tenemos una larga historia de arte en el espacio público, desde la primera imagen de Pedro de Valdivia e incluso mucho antes, con los cementerios indígenas. En la cordillera los amontonamientos de piedras, son la primera expresión de arte urbano, el cual es fundamental en nuestra sociedad.
4. ¿Cuáles crees son las principales diferencias entre exponer en una galería privada y en el espacio público?
Son dos cosas muy distintas. Los grandes avances en cuanto a investigación y desarrollo de nuestro arte se hacen en la galería, pero la finalidad fundamental del arte privado es a la larga ser público. Tenemos que estar en los museos, pero el 99% de nuestra función como escultores, es estar en la calle. En la exposición uno ve la parte de investigación del escultor, pero su trabajo toman mayor fuerza en el espacio público y ahí es donde la gente lo aprecia, se hace la crítica y surge el diálogo.
5. ¿Qué buscas entregarle a la ciudad a través de tu obra?
Con esta pregunta nos estamos metiendo en el misterio de los artistas. Es como preguntarle a Bach que buscó entregar con su música. Yo no sé y nunca lo he sabido. No sé por qué vine a este mundo, ni por qué soy escultor. Lo único que sé es que la vida de un artista, un ingeniero o un trabajador agrícola es un viaje a través del tiempo y uno podría inventar muchos clichés al respecto. Yo sé que algo le entrego, pero la verdad es que nunca he sabido qué.
6. ¿Qué factores crees que influyen en la permanencia de una obra en el espacio público?
Las obras no necesariamente tienen que ser permanentes. Esa es la gran enseñanza de los amontonamientos de piedra desde el estrecho de Bering hasta Tierra del Fuego, no son permanentes y esa es la maravilla, porque se los llevan las tormentas y cada persona que pasa los rehace. Cuán permanente es un escultura, es imposible de decir.
Pie de fotos (pequeñas):
1. “Oda Elemental al Fierro” en el Parque Forestal.
2. “Pluma de Gabriela Mistral” en el Paseo de Las Esculturas La Pastora, Las Condes.
3. “El Caballo de Lo Barnechea” en la esquina de Los Trapenses con José Alcalde Délano, Lo Barnechea.
4. Retrato de Francisco Gazitúa (cortesía).