La sequía golpea a la laguna de Aculeo en su peor crisis hídrica en casi medio siglo
Por Maximiliano Vega, El Mercurio.
El comercio y el turismo se han visto afectados en los últimos seis años:
El año pasado llovió un 65% menos que el promedio anual y la máxima profundidad no supera el metro y medio.
En un terreno en el cual hace unos años estaban las aguas de la laguna de Aculeo, ubicada a 70 km al sur de Santiago, comuna de Paine, ahora se aprecian profundas grietas debido a la severa sequía que afecta a la zona central del país.
Quienes viven en el sector señalan que han sido los últimos seis años los más críticos, y aseguran que el máximo de profundidad de la laguna no supera los 1,5 metros, cuando en promedio era de seis metros.
“Desde la década del sesenta que no se veía tan baja la profundidad de la laguna”, señala el alcalde de Paine, Diego Vergara, en referencia al hecho conocido como la “gran sequía de 1968”, una de las mayores que ha azotado a Chile.
“Si se muere la laguna, se muere el trabajo”, dice Luis Martínez (56), quien vive desde hace 30 en una casa del sector junto a sus dos hermanos e hijos. Martínez camina por el terreno fangoso lleno de maleza. Cada pisada se hunde 50 cm en el lodo. En el horizonte, hay botes y boyas varados en el terreno seco, muy lejos del agua.
Son rastros del que era conocido como destino obligado para realizar deportes acuáticos, como la navegación a vela, esquí acuático o kayak. Ahora, desde cualquier punto del sector, no se ve a ninguna persona en la laguna.
Según cifras de la página web de la Dirección General de Aguas, desde noviembre de 2014 no ha caído ni un milímetro de agua en la zona. Durante los 12 meses solo precipitaron 349,7 mm (el promedio anual son 540 mm).
En medio de la tierra en que antes había agua, Miguel Bustamante (65) instaló un huerto con tomates, sandías y pimentones. Él no cree que exista una solución al problema. “Ya está todo muerto acá. No hay nada que hacer. Se puede cruzar a pie toda la laguna”, afirma.
Turismo en retirada
El nombre Aculeo significa en mapudungún “Lugar donde se juntan las aguas”. La laguna se nutre de las lluvias que vienen principalmente de los afluentes del estero Las Cabras y Santa Marta, cuya corriente depende de cómo sea el invierno.
Los vecinos estiman que aparte del fenómeno climático es la extracción ilegal de agua la que aceleró la baja de nivel. Sin embargo, no se han presentado denuncias formales a la Dirección General de Agua.
Desde el camping Pintué, uno de los más populares de la zona, señalan que la sequía dañó el negocio. “En esta fecha estaban ocupadas 40 zonas de camping , ahora solo hay tres”, dice, de manera escueta, Marcos Contreras, administrador del sitio.
Lena Guerra, comerciante, indica que su negocio se ha reducido “en un 50% en los últimos tres años”.
La seremi de Medio Ambiente de la Región Metropolitana, Grace Hardy, señala que en 1991 se detectó que la laguna tenía un sistema ecológico “perturbado e inestable” por la falta de agua.
El alcalde Vergara dice que la sequía efectivamente afecta al comercio, pero agrega que “no afecta la plusvalía” de las casas que se han instalado junto a la laguna. “Esto afecta más a la agricultura. Las víctimas son gente de aquí y no se irán”, indica Vergara.
Pese a todo, residentes y comerciantes ponen sus esperanzas en que basta una gran lluvia en invierno para que el problema logre ser solucionado.
Guerra señala que mucha gente emigró a otros lagos como el Rapel. Guerra afirma que “si después de este invierno todo sigue igual, habrá que irse”.
Seis metros es la profundidad promedio de la laguna. Ahora es apenas de 1,5 m.
”Desde la década del sesenta que no se veía tan baja la profundidad de la laguna”.
DIEGO VERGARA ALCALDE DE LA COMUNA DE PAINE
”Ya está todo muerto acá. No hay nada que hacer. Se puede cruzar a pie todo la laguna”.
MIGUEL BUSTAMANTE VECINO DEL SECTOR