Volcán Villarrica sufre “pulso eruptivo”, pero zona lacustre vuelve a nivel de alerta amarilla
Catorce horas después del fenómeno, la actividad del macizo pasó a ser casi “inexistente”, aseguró el Sernageomin:
Unas cuatro mil personas fueron evacuadas de madrugada en Pucón, Villarrica, Curarrehue y Panguipulli. Más tarde, la alerta roja fue acotada a un radio de 10 km en torno al volcán. Anoche había 521 albergados.
Tan imponente como intimidante, la columna de lava, fragmentos incandescentes y humo de hasta 8 kilómetros de altura, que comenzó a emanar del volcán Villarrica a las 3:12 de la madrugada de ayer, despertó abruptamente a unas 30 mil personas en Pucón, Villarrica, Curarrehue y Panguipulli, las comunas aledañas al macizo más activo de Chile.
Horas después, mientras millones veían con asombro las imágenes por televisión e internet, los vulcanólogos tenían un diagnóstico menos alarmante.
La “Casa del Diablo” -traducción del Rukapallán con que los mapuches denominan al volcán- tuvo un “pulso eruptivo”, intenso pero de corta duración, con una acotada emisión de material piroclástico.
“Al nivel dos de una escala de cero a ocho”, precisa Luis Lara, jefe de la Red Nacional de Vigilancia Volcánica del Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin).
Luego de liberar durante dos horas la energía acumulada, el Villarrica se calmó, hasta que su actividad llegó a ser “virtualmente inexistente”, informó el Sernageomin a las 17:00 horas de ayer, e incluso menor a la del lunes, cuando se anunció alerta naranja, añadió a las 21:00 horas. Algo esperable, dice el vulcanólogo Hugo Moreno, del Observatorio Volcanológico Andes del Sur, “porque después de una descarga como la que tuvo, bajan los niveles”.
Así, las cuatro comunas afectadas, que en la madrugada y parte de la mañana estuvieron bajo alerta roja, volvieron a alerta amarilla, salvo en un radio de 10 km alrededor del cráter, de donde se evacuó a 521 personas, las que fueron albergadas en nueve liceos, escuelas y jardines infantiles y en dos gimnasios municipales.
¿Qué pasará ahora? Lara cree que podría haber “dos meses de actividad discontinua”, como en las últimas semanas, pero “difícilmente mucho más grande que eso”. Rodrigo Álvarez, director del Sernageomin, coincide: “Sabemos que las posibilidades están comprendidas a lo que ya hemos visto hoy (ayer)”.
Menos tajante, Hugo Moreno advierte que “no sabemos lo que el volcán quiere hacer”.
El belga Jasper Moernaut, un geólogo de la U. Austral que investigó el Villarrica durante seis años, agrega que el riesgo más latente es que haya lahares o avalanchas de barro y roca por los faldeos del volcán, debido al derretimiento de la nieve en la cumbre. Recordó que en la erupción de 1964 un lahar arrasó Coñaripe y mató a 22 personas.
Los daños más graves
El mayor impacto del “pulso eruptivo” fue la crecida de los ríos que nacen en el glaciar del volcán, pues fragmentos incandescentes cayeron sobre el hielo y lo fundieron.
En el río El Turbio, por ejemplo, el mayor caudal destruyó dos puentes en un camino interior y dejó aisladas a 45 familias, que ayer recibieron elementos de primera necesidad. Tras visitar la zona, el ministro de Obras Públicas, Alberto Undurraga, informó que también se suspendió el abastecimiento de 25 estanques de agua potable rural, que se nutren de ríos y vertientes, “para estudiar que no tuvieran ninguna contaminación”.
Emergencia agrícola
En su visita a la zona (ver C 6), la Presidenta Michelle Bachelet anunció un decreto de emergencia agrícola en La Araucanía, para asegurar la alimentación del ganado. Egon Montecinos, intendente de Los Ríos, lo pidió también para Panguipulli.
Diferencias
Las erupciones del Chaitén (2008) y del Caulle (2011) fueron más explosivas y arrojaron más cenizas porque su lava era más viscosa y tenía más óxido de silicio. Mojados y sin información en la zona seguraLa Península:Exactamente a las seis de la mañana de ayer se activó el riego automático de la cancha de golf de la Península de Pucón. Pero a diferencia de un día cualquiera, el césped no iba a ser ocupado para un match de 18 hoyos, sino como zona segura por la erupción del Villarrica. El agua no agradó a las cerca de 1.500 personas que esperaban instrucciones. Algunos ya no solo estaban asustados, sino también algo mojados y molestos.
La escena revela cómo funcionó en la práctica el plan de contingencia. Pasó poco más de media hora desde la explosión, hasta que los bomberos activaron la sirena. A esa altura ya había gente caminando hacia la Península. La mayoría con frazadas, agua, mochilas y carpas. A las cinco de la mañana muchos comenzaron a regresar. “En el albergue no hay nada. Un par de baños, pero nadie organiza y nadie informa lo que está pasando”, decía uno.
La gente se acomodó como pudo. Algunos consiguieron un espacio (y un café) en el quincho de la concesionaria de la cancha de golf. Daniel, ejecutivo de la hotelera Enjoy, decía que lo hacían por su cuenta. “No tenemos nada coordinado con la municipalidad”, reconocía.
Solo había un funcionario municipal. Al preguntarle si estaba a cargo, aclaraba que solo llegó a colaborar, y que no sabía quién lideraba el operativo. Pasadas las seis de la mañana llegó una patrulla de Carabineros. Su jefe tampoco manejaba mucha información. Mientras, el volcán bajaba poco a poco su intensidad.
Pucón: servicios y comercio, cerrados hasta el mediodíaPor Alerta RojaEn Villarrica, la Alerta Roja no frenó a comerciantes y servicios públicos de abstenerse de abrir las puertas de sus locales. La actividad en la comuna, ubicada en una zona de seguridad, contrastó con la reacción de sus pares de Pucón, que paralizaron sus actividades durante la mañana.
Parecía un domingo, por la mañana. No abrieron los bancos ni supermercados ni las cafeterías de la avenida O’Higgins. Mientras, unas 300 personas se apostaron en la esquina en donde se ubica el municipio en espera de información oficial. Mantuvieron la calma, y se quedaron pese a que desde Santiago ya se había oficializado el cambio a Alerta Amarilla.
Ante este panorama, escaseó el pan y algunos automovilistas partieron a cargar combustible en las estaciones locales. Sin embargo, bastó que terminara de hablar la Presidenta Bachelet, en el frontis del edificio municipal, para que el público se dispersara y comenzaran a abrir los negocios. Ante la demanda, algunos decidieron dejar entrar en grupos de 10 a 15 personas.
A las 15 horas, el movimiento en Pucón era totalmente normal.
La tarde estuvo marcada por la polémica entre los administradores del Hotel Pucón y los pasajeros. Los primeros pidieron la evacuación voluntaria del recinto ante una nueva erupción y por falta de personal, pero los clientes rechazaron la medida y permanecieron en el lugar.
Autoevacuación y dispar uso de sirenas marcan reacción de vecinosMientras en Pucón el alcalde hizo sonar alarma, en Coñaripe no la oyeron:Sin sobresaltos ni pánico reaccionó ayer la población de las cuatro comunas que rodean el volcán Villarrica. La autoevacuación fue una constante desde las primeras horas de la emergencia.
“Estábamos en la municipalidad, atentos a lo que pasara, y yo mismo toqué la sirena”, contó el alcalde de Pucón, Carlos Barra, quien caminó hasta el cuartel de Bomberos, contiguo al municipio, para activar la alarma. “El proceso debe haber demorado unos 40 minutos”, recordó.
¿Hubo alerta?
Parte de la población de Pucón avanzó hacia la Península (ver nota relacionada) y la Puntilla, esta última, una zona de seguridad con agua y baños químicos. En Coñaripe, la reacción espontánea fue subir al cerro o trasladarse a Panguipulli, distante a 34 kilómetros.
“Estamos acostumbrados a estas situaciones. El volcán tenía poca nieve, así es que un deshielo más intenso habría hecho crecer más los ríos”, relató Mario Reyes (70).
Tanto en Pucón como en Coñaripe también hubo quejas por falta de información minutos después de la explosión. Sin embargo, la propia Presidenta Michelle Bachelet sostuvo que “todas las coordinaciones funcionaron” (ver C 6).
“Estábamos preparados para evacuar. Tenemos nuestros bolsos, remedios y cosas para nuestros hijos listos, ¿pero qué hacemos si nadie nos da la alerta?”, dice Ana Carrasco, de Coñaripe.
El poblado está a 18 km del volcán, y allí reclaman que no escucharon la alarma que el director de Emergencia de Panguipulli, Pedro Pezo, asegura que Bomberos dio antes de las 03:10 horas.
El viento pudo jugar una mala pasada, dice Pezo, pero los vecinos sostienen que más allá de ese aviso no había nada más organizado en el balneario. Por ello, unas 180 personas optaron por viajar a Panguipulli.
René Aravena, alcalde de esa comuna, calificó positivamente el proceso. Afirmó que solo 30 minutos después de que se iniciara la erupción llegó hasta Coñaripe y pudo apreciar que ya era un pueblo fantasma: “Cuando ingresé ya no había nadie, solo carabineros”.
“Dejé tres ovejas”
Ayer, el gimnasio de Coñaripe fue habilitado como albergue. Anoche había 17 adultos y cuatro niños. “No me quería venir porque dejé tres ovejas, pero pensé que si pasaba algo más no tendría cómo salir”, dijo Felidor Millafilo, del sector Tralehuén. Verónica Antilef, embarazada de cinco meses y medio y vecina de Coñaripe Alto, llegó con sus dos hijos, de cinco y seis años: “Vivimos al lado de una pata del volcán, así que mejor nos vinimos (al albergue)”.
En Los Cajones, dentro del área con Alerta Roja, habitan unas 60 personas. De ellos, una quincena se niega a evacuar.
Año escolar
Gobierno suspendió por hoy las clases en Pucón, Villarrica y Curarrehue. En Panguipulli sí habrá, salvo en albergues.