Linares busca conciliar su estándar de vida con el desarrollo de un polo de servicios
Por Diego Quevedo D’Aquino, El Mercurio.
Localidad del Maule afronta el impacto del progreso urbano tras el 27-F:
La ciudad tuvo una inversión pública que alcanzó $35 mil millones en 2014. Cerca del 70% estuvo destinado a proyectos de desarrollo inmobiliario y habitacional.
“Resistimos bien el terremoto de 2010, porque se cayó solo el 15% de la (edificación en la) superficie urbana” dice Luis Álvarez, alcalde (s) de Linares. A su juicio, el 27-F planteó una oportunidad, que la ciudad está aprovechando, para convertirse en un polo de desarrollo dentro de la Región del Maule.
La autoridad municipal asegura que la ciudad debe posicionarse como una urbe que preste servicios a otras zonas más pequeñas y adyacentes, como Colbún. “No existe una conurbación física, pero sí aspiramos a que haya una en términos económicos”, dice Álvarez. A la vez, cree que es necesario conciliar el tranquilo estilo de vida de provincia con el progreso que se vive tras el terremoto.
Desde 2010 la inversión pública en Linares ha crecido de forma exponencial. Dicho año fue de $5 mil millones hasta llegar a los $35 mil durante 2014. De esta última cifra, cerca del 70% fue destinado a proyectos asociados a expansión urbana. “Antes del terremoto había muchos terrenos que no estaban siendo ocupados de manera óptima. Entonces, con la caída de esas construcciones se activó la oferta de terrenos”, explica el alcalde (s) Álvarez.
El censo de 2012 indicó que en la Región del Maule la provincia de Linares fue la que más creció en términos de vivienda, ya que tuvo un aumento de 35%, mientras que Talca, la capital regional, registró un 25%.
Consecuencia de este progreso es la construcción de una circunvalación de 6,7 kilómetros en la zona norponiente de Linares. Esta vía gatilló la expansión del radio urbano y se edificó en zonas agrícolas que estaban desocupadas desde hace años.
Para Felipe Alarcón, arquitecto de la zona, este crecimiento habitacional ha agudizado algunos de los problemas de la ciudad, ya que “se construyen más casas en la periferia, pero no hay un desarrollo de servicios en esos lugares. Tampoco hay espacios públicos o grandes áreas verdes y la congestión vehicular ha aumentado”.
El arquitecto sostiene que la solución no pasa por ensanchar las calles o disponer de más estacionamientos, sino que tiene que ver con “darle un sello propio a Linares, ya que las ciudades intermedias tienen un gran potencial de combinar buenos estándares de vida con los efectos de la modernidad”. Mostrarle ese atractivo a inversionistas privados podría traer un desarrollo armónico, comenta Alarcón.
Un desafío está en materia de salud. El hospital de Linares fue construido en el segundo gobierno del presidente Carlos Ibáñez del Campo, en 1962. Es el principal centro de salud de la zona pero, según Álvarez, su vida útil está por terminar. “El ministerio quiere trasladar los servicios a un nuevo edificio que se construirá en el sector norponiente, con una inversión de $90 mil millones”, dice.
Sin embargo, para Alarcón, el nuevo recinto no solo trae soluciones, sino también problemas: “Estrenar un hospital gigante en un área residencial significará un flujo de gente de toda la comuna de Linares a una zona que no está preparada para eso”.