La economía chilena está entre las que más daño arriesgan sufrir por embates naturales
Por Manuel Fernández Bolvarán, El Mercurio.
Tercera Conferencia Mundial de Reducción del Riesgo de Desastres:
La ONU estima que nuestro país puede, en un año normal, perder US$ 2.838 millones por estas catástrofes. Invertir en prevención aparece como una necesidad urgente.
Cuando se miran los datos, cuesta entender por qué los japoneses inventaron a Godzilla para que destruyera sus ciudades en la ficción. Con el 7% de su población viviendo a menos de 30 km de alguno de sus 114 volcanes activos, devastadores tifones que ocurren al menos una vez por década, la amenaza invernal de la crecida de sus ríos y un promedio de 20 sismos de magnitud superior a 6 Richter al año, en la vida real, la naturaleza es la gran amenaza para este país. Tanto en vidas humanas como en pérdidas económicas.
Por algo el país invierte tanto dinero para intentar que los desastres naturales, que ocurrirán sí o sí, provoquen el menor daño posible. Por ejemplo, Tokio está gastando US$ 1.000 millones en construir un gigantesco ducto de 240 mil m {+3} que, en caso de una crecida del río Kanda, tome el exceso de agua y lo desvíe.
Aunque aún no está terminado, ya se ha usado 36 veces. La más notable fue en 2004, cuando un violento tifón, de magnitud igual al de otro de 1993, azotó Tokio. Pero mientras el primero destruyó 31.117 casas, el ducto permitió que el segundo echara abajo solo 46 viviendas.
“Invertir en reducir el riesgo de desastres es más inteligente y menos costoso que tener que gastar después sumas millonarias en reconstruir. Lamentablemente, los gobiernos no suelen estar muy conscientes de esto”, dice a “El Mercurio” el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, quien asiste a la Tercera Conferencia Mundial sobre Reducción del Riesgo de Desastres, en Sendai, una de las zonas golpeadas por el terremoto y tsunami de Japón, en 2011.
Peligros para Chile
En este encuentro se han conocido cifras que muestran que es un buen negocio hacer esta inversión, tanto a nivel público como privado. Por ejemplo, la ONU proyecta que cada año Japón podría perder US$ 61.528 millones por estos desastres. Ante eso, el costo del megaducto no parece tan elevado.
En el caso de Chile, las cifras son elocuentes. La estimación de la ONU es que en un año normal el país arriesga pérdidas por US$ 2.838 millones, el equivalente a las utilidades que se estima que obtuvo Codelco en 2014. Una cifra que en los últimos ocho años ha sido incluso superada, porque el terremoto del 27-F elevó el promedio a US$ 3.146 millones anuales.
Pero mientras lo que arriesga Japón cada año equivale al 0,16% de su stock de capital, en Chile el monto involucrado es del 0,36%. Se trata de una de las cifras más altas del mundo, solo superada por países como Filipinas (1,39%), Bangladesh (0,81%), Haití (0,72%) y Perú (0,58%).
“Los países tienen que entender que los desastres ralentizan su curva de crecimiento económico y pueden retrasar su desarrollo, porque deben desviar recursos a procesos de reconstrucción. (…) Invertir en reducir su potencial impacto es también asegurar el avance que cada país está logrando tener”, dice Kimio Takeda, asesor senior de la Agencia Japonesa de Cooperación Internacional y reconocido experto en este tema.
¿Está Chile invirtiendo lo suficiente? “Está entre las prioridades la destinación de recursos a la prevención”, asegura el subsecretario de Relaciones Exteriores, Edgardo Riveros, quien representa al país en la cita. Afirma que la Política Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres, presentada por el Gobierno en noviembre, será un avance importante en esta materia.
Entre los documentos que elaboró la ONU hay uno que es especialmente preocupante para Chile, pues proyecta que si el país debiera enfrentar un megadesastre, “la capacidad del fisco para recuperarse se vería severamente desafiada”.
La advertencia cobra mayor relevancia si se considera que, a diferencia de países que tienen situaciones periódicas de desastre, el 90,3% de las pérdidas que sufre Chile se produce en episodios esporádicos, pero de gran impacto, como el 27-F.
“Chile tiene fortalezas importantes. Acá se ve con admiración cómo la construcción en Chile resiste terremotos de gran magnitud. En otros aspectos, hay un trabajo fuerte del Estado, pero un punto importante es que tiene que haber también un compromiso de parte de la sociedad civil. Tenemos hechos como los incendios, que no podemos decir que sean creados solo por la naturaleza”, subraya Riveros.
La cita de los desastres naturalesLa Tercera Conferencia Mundial sobre Reducción del Riesgo de Desastres reúne a más de diez mil personas, de casi 200 naciones.