Columna destacada: “Errores que se pagan caro”
Hoy destacamos esta columna de Pablo Allard, Arquitecto y Magíster en Arquitectura de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Master y Doctor en Diseño Urbano de la Universidad de Harvard y Decano de la Facultad de Arquitectura y Arte de la Universidad del Desarrollo, acerca del debate que se ha generado ante el proyecto de ley que regula el cobro de los estacionamientos en malls, supermercados y hospitales entre otros recintos.
La columna fue publicada el lunes 23 de marzo en la sección Voces del diario La Tercera.
“Airados debates ha generado el proyecto de ley que regularía el uso de estacionamientos y parquímetros en clínicas, hospitales, centros comerciales, malls, strip centers y supermercados; liberando el pago durante las dos primeras horas, y transcurrido este tiempo, cobrar sobre el tiempo efectivo que el vehículo ocupó la plaza.
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Los malls y centros comerciales se han convertido en los principales polos de servicio de nuestras ciudades. En la mayoría de los casos, se ubican en localizaciones estratégicas, donde a su propia actividad comercial se suman oficinas, servicios y otros usos que atraen un número significativo de viajes. Esta subcentralidad inevitablemente genera congestión vehicular, contaminación, pérdida de tiempo y otros costos sociales; por lo que cualquier medida que apunte a desincentivar el uso del automóvil en ellos debería ser promovida. En la mayoría de los casos además, existe buena oferta de transporte público, o múltiples alternativas para estacionar en las cercanías sin tener que ingresar a las zonas saturadas.
Por otro lado, las crecientes demandas por mayor seguridad y calidad de servicio de los consumidores que acuden a los centros comerciales, ha llevado a los operadores a implementar sistemas de control de acceso y vigilancia que requieren cuantiosas inversiones. Esto, sumado a la avalancha de no-clientes que aprovechan la disponibilidad y gratuidad para estacionar sus vehículos cerca de sus lugares de trabajo, llevó a que muchos Malls y centros comerciales iniciaran el cobro por uso.
En este escenario, la idea de regular la oferta de estacionamientos parece razonable, incluso en el gobierno anterior se tomaron acuerdos que lamentablemente no todos los operadores cumplieron, y muchos centros comerciales se siguen diseñando en función del automóvil dándole la espalda al transporte y los peatones.
El problema del proyecto es que mete a todos en el mismo saco. Los malls -a diferencia de hospitales y servicios de urgencia- no prestan servicios de primera necesidad donde es razonable la gratuidad. En términos de equidad, la medida generará una competencia ilegítima con comerciantes tradicionales de avenidas y barrios centrales cuyos clientes seguirán pagando en estacionamientos privados, parquímetros o municipales. Además, la mayoría de los Malls que cobran lo hacen bajo el valor de mercado y algunos subsidian a trabajadores y dependientes de sus tiendas con tarifa preferente. Finalmente no todos los centros comerciales cobran, como el caso de San Bernardo o Puente Alto, donde por su condición suburbana hay menos oferta de transporte y menor congestión.
Desde el momento en que se regula por ley la gratuidad y eventualmente tarifas, lo que hacemos es incentivar a que más gente acuda a zonas congestionadas en automóvil a comprar, comer, hacer sus trámites o atender a reuniones de trabajo independiente del contexto urbano en que se encuentren.
En un gobierno que hace esfuerzos por desincentivar el uso del automóvil y promover una movilidad urbana más sustentable, es contradictorio que sea el propio ejecutivo el que de suma urgencia a este proyecto, mientras otro como la tarificación por congestión sigue durmiendo el sueño de los justos por veinte años en el Congreso. Sin duda, un error que nos saldrá a todos más caro”.