Enea proyecta convertirse en la primera gran ciudad aeroportuaria del país
Por María José Tapia B., El Mercurio.
Bernardo Küpfer asumió la gerencia general en febrero:
Polo industrial de Pudahuel prevé incorporar nuevos servicios que sean requeridos por el terminal. La iniciativa implica desarrollar 500 nuevas hectáreas en 16 años.
La segunda gran etapa del desarrollo inmobiliario de Enea. Así califica el gerente general del parque industrial en Pudahuel, Bernardo Küpfer Matte, la nueva estrategia de crecimiento que prevén impulsar en la empresa. En diciembre, la familia Guzmán Nieto adquirió el 55% de la propiedad que estaba en manos de Enersis, pasando a controlar el 100% de la compañía. Dos meses después, los dueños anunciaron el retorno de quien fuera el principal ejecutivo en los orígenes del proyecto (1996-2010), Bernardo Küpfer. Ahora, será él quien liderará una de las metas más ambiciosas del desarrollo: convertir a Enea en la primera ciudad aeroportuaria de Chile.
“Esta etapa pone de manifiesto una redefinición de capitalizar el camino que hemos andado en 18 años. En Enea se está mejor conectado y contactado y eso es una ventaja competitiva”, señala el ejecutivo. Añade que convertirse en una ciudad aeroportuaria implica aprovechar los atributos de ubicación que tienen por el hecho de estar conectados con cuatro concesiones viales -Costanera Norte, Ruta 68, acceso al aeropuerto y Américo Vespucio- y también implica trabajar en generar una relación con el aeropuerto. “Hay que relacionarse mejor con este vecino natural. Hay que crear un referente donde el aeropuerto lo sentimos como la primera empresa ancla que nace con el desarrollo inmobiliario”, explica.
Hoy Enea tiene 500 de sus 1.000 hectáreas desarrolladas. En ellas operan 320 empresas, principalmente de logística y servicio. Además, hay 3.300 viviendas. En total, entre trabajadores y residentes, circulan del orden de 24 mil personas. Actualmente, del total de compañías, cerca de 30 tienen un vínculo directo con el aeropuerto, tales como DHL, Chilexpress, American Airlines y Transvip. El objetivo ahora es extender esa base, entendiendo las necesidades del terminal, aportándole los servicios que requiere. “Uno de los pilares que potenciará este centro de ciudad aeroportuaria pasa por mejorar servicios que hoy no estamos dando como áreas de estacionamiento relacionados con el aeropuerto, rent a car, entre otros”, dice. Para ello, destaca, deben realizar ciertos cambios normativos en algunos suelos por estar asociados preferentemente a zonas de deporte.
En esa línea, otro de los objetivos apunta a generar toda una estrategia logística para que las cargas se puedan emplazar, almacenar y consolidar de cara a ser embarcadas; además de poder implementar un terminal de Transantiago para generar un acceso más fluido. Tampoco se descarta que a futuro se emplacen en el lugar las oficinas de las instituciones aeronáuticas, como la DGAC, y de control, como la PDI o el SAG.
Küpfer cuenta que para generar este plan recorrieron varias ciudades de estas características, tales como Schiphol en Ámsterdam o Aviapólis en Helsinki. Comenta que ahora están coordinando reuniones con los nuevos concesionarios del terminal para avanzar en este desarrollo.
“Hay que relacionarse mejor con este vecino natural que es el aeropuerto al que sentimos como la primera empresa ancla”.
BERNARDO KÜPFER
GERENTE GENERAL DE ENEA
EN 2014, ENEA OBTUVO INGRESOS POR US$ 28 MILLONES, UN 12,6% MÁS QUE EN EL EJERCICIO ANTERIOR. EN EL PERÍODO SE COMERCIALIZARON 17 HECTÁREAS DE TERRENO. ANUALMENTE SE INCORPORAN ENTRE 20 Y 25 EMPRESAS AL COMPLEJO INDUSTRIAL.
Inversiones alcanzarían US$ 1.000 mills. hacia el 2031Enea tiene un total de 500 hectáreas que falta desarrollar. Según asegura Küpfer, la idea es explotarlas en un plazo de 16 años. Ahora, eso sí, con un sello distinto. Si inicialmente los socios solo comercializaban y coordinaban la iniciativa, hoy prevén incorporar el desarrollo de ciertos emprendimientos. “Queremos potenciar un negocio donde la única fórmula no sea la venta. Nos interesa buscar alternativas de renta”, precisa. “Por ejemplo, ver la posibilidad de desarrollar un centro de distribución y logística junto con un tercer agente especializado en el tema”, añade. Con todo, la inversión de la superficie que falta por explotar llegaría a los US$ 1.000 millones.
De ese monto, un 20% sería aportado directamente por los socios y el resto provendría de los desembolsos que realicen las compañías que quieran instalarse en Enea.
En total, Küpfer estima que podrían llegar entre 200 y 300 empresas más.