Damnificados del norte enfrentan alto riesgo de enfermedades en medio de la destrucción
Por V. Fuentes, A. Núñez M. Silva y J. Castellón, El Mercurio.
Al retornar a los días de calor, en algunas zonas de las ciudades afectadas por aluviones se siente un olor pestilente:
Entre el espeso manto de lodo se acumulan basuras, perros muertos y toda clase de desechos y aguas de alcantarillado. Partió vacunación contra hepatitis e influenza.
Caminando por las calles cubiertas por una gruesa capa de barro en Diego de Almagro, a ratos un hedor invade el ambiente. Los desechos abundan por doquier, algunos perros muertos y aguas malolientes provenientes del colapso del alcantarillado.
En ese escenario, algunos niños juegan, mientras los adultos buscan a personas y algunos de sus enseres arrastrados por el aluvión que cubrió la ciudad de 13 mil habitantes, y que estuvo aislada hasta ayer por tierra y con escasa ayuda por aire.
Así, en medio de la destrucción, los efectos del desastre no se detienen. Tanto en Diego de Almagro, como en Chañaral, Copiapó, Tierra Amarilla, Paipote y otros caseríos, el principal problema que enfrentan ahora los damnificados es el riesgo sanitario, dadas las condiciones anormales en que están viviendo. Y ello se puede extender por varios días, tanto como demore la limpieza de la ciudad, estiman las autoridades.
Según el médico cirujano Orlando Ramírez, mayor de Sanidad del Ejército, director del hospital de campaña instalado en Diego de Almagro, el riesgo presente en esta zona es de epidemias de hepatitis y enfermedades respiratorias.
Aquí se estima que al menos la mitad de la población estaría afectada por el gran aluvión del miércoles en la tarde.
Desde las 13:00 horas de ayer, cuando inició su funcionamiento esta unidad médica, dos mujeres llegaron con síntomas de parto. El recinto está en condiciones de atenderlas y en casos de gravedad, puede derivar y pedir evacuación de pacientes.
Rosa Astorga (70) aguarda por una atención. Sufrió un corte en la cabeza durante el aluvión del miércoles. “Quiero que me desinfecten la herida y me pongan algunos puntos. Estoy preocupada de que esto se agrave”, dice afligida.
Georgina Olivares, quien tiene inflamada su cara: “Muchos aquí vamos a empezar a sufrir infecciones bucales. Ojalá que el agua potable llegue rápido”.
Días sin agua
Abiertas las rutas de acceso, tras romper su aislamiento, Diego de Almagro recibió ayer, luego de tres días sin agua, un camión aljibe que se instaló en el sector de la plaza para repartir 15 litros por persona. “Esto es insuficiente, apenas va a alcanzar para una tetera y una olla”, afirmó Rosa Villalobos, junto con estallar en llanto y pedir disculpas. “Perdón, llevo tres días sin dormir. Estoy desesperada”, dijo.
Verónica Ávalos teme que su hijo se enferme. “Todo el barro se está secando con el sol. Hay una contaminación que nunca habíamos tenido”.
Raúl Araya, que recién llega a la fila con sus bidones, señala: “Acá se rompieron las cañerías. Esto es muy grave. No hay baños ni cómo hacerse el aseo. Nos vamos a enfermar de hepatitis”.
El hallazgo de cadáveres también se complica, porque no hay sistemas de refrigeración ni bolsas para sellarlos. Les han pedido a quienes van a la zona que lleven químicos retardantes de descomposición, dice el teniente Pablo Vásquez, a cargo de logística del hospital de campaña.
Vacunación masiva
Con acento en la prevención, en Chañaral se está aplicando una vacunación lo más masiva posible. El director del hospital, Moisés Arce, cuenta que ya están quedando sin stock de vacunas antitetánicas, antiinfluenza y contra la hepatitis A y B. Cree que pronto aparecerán las consultas por enfermedades entéricas y respiratorias.
El arribo a esa ciudad puerto del buque “Sargento Aldea” de la Armada trajo ayer tranquilidad a los damnificados. La nave cuenta con una enfermería de 500 m {+2} que incluye una sala de evaluación de heridos, dos pabellones para cirugías de baja complejidad y sala de hospitalización, instalaciones que pueden recibir a personal médico local para complementar el trabajo del hospital.
En Antofagasta, en tanto, la seremi de Salud, Lila Vergara, explicó que desde el miércoles 25 se empezó a vacunar contra la influenza en la zona, lo que incluye a niños mayores de 6 meses y menores de 6 años; embarazadas con más de 13 semanas de gestación, y enfermos crónicos, entre los 2 y los 64 años.
En Alto del Carmen, al interior de Vallenar, existe preocupación por quienes siguen aislados. “Estamos atendiendo solo a personas que llegan dañadas y descompensadas. La atención no ha sido mayor, puesto que se encuentran todos los lugares cortados. No podemos acceder a ellos”, se lamenta David Donoso, director del Cesfam de Alto del Carmen, que es apoyado por el Hospital de Vallenar. Han atendido a personas con enfermedades crónicas y con hipotermia. Cree que en el corto plazo habrá que dar apoyo psicológico a los afectados por estas dramáticas circunstancias.
15 litros de agua por hogar entregan los camiones aljibe.
10 mil vacunas contra la influenza y la hepatitis envió el Ministerio de Salud a Atacama. Otras 2.500 antitetánicas.
5 mil litros de agua y 2 mil raciones de alimentos llevó el buque “Sargento Aldea” a Chañaral.
300 personas al día puede atender el hospital de campaña del Ejército en Diego de Almagro.