Transportes ha bloqueado 162.702 tarjetas bip! por irregularidades en la recarga de dinero
Por Óscar Saavedra y Manuel Valencia, El Mercurio.
Desde octubre, cuando se descubrió el fraude, a marzo, se clausuran en promedio 1.162 plásticos diariamente:
Autoridad del rubro dice que acciones para detener el timo han dado resultados, aunque un experto advierte que la actual tecnología de los plásticos impide frenarlo definitivamente.
Basta con apretar una tecla en el teléfono para que -a través de una aplicación ampliamente difundida en sitios de internet- se sumen $10 mil a la tarjeta bip! del Transantiago, sin pagar. Lo que hace unos meses comenzó a difundirse como un “dato” en las distintas redes sociales, hoy es un difícil problema para el Ministerio de Transportes y la Brigada del Cibercrimen de la Policía de Investigaciones (PDI).
Desde el 19 de octubre pasado, cuando se hizo público el fraude, hasta el 9 de marzo de este año, se bloquearon 162.702 tarjetas usadas como medio de pago en la locomoción colectiva, según lo indican las cifras entregadas por la Subsecretaría de Transportes tras realizar una solicitud por la Ley de Transparencia. O sea, un promedio de 1.162 diarias.
Para enfrentar la adulteración de las tarjetas, el Directorio de Transporte Público Metropolitano (DTPM) adoptó una serie de medidas: creó un comité con expertos en informática para monitorear el estado del ataque informático y tratar de incrementar los niveles de seguridad de la tarjeta, presentó una denuncia ante el Ministerio Público para que se iniciara una investigación penal -la cual fue encargada a la PDI-, y remitió los antecedentes al Consejo de Defensa del Estado, a fin de que se evaluara si correspondía querellarse para perseguir a los responsables del perjuicio provocado al sistema.
A juicio del director de Transporte Público Metropolitano, Guillermo Muñoz, sus acciones han tenido resultados, pues durante la segunda quincena de octubre de 2014 se detectaban unas 8.500 tarjetas diarias con saldo adulterado, mientras que a mediados de diciembre del mismo año estas alcanzaban a unas 500 al día, y durante este mes se han descubierto unas 200 por jornada.
Muñoz asegura que “el impacto financiero sobre el sistema fue casi nulo, estimándose que el fraude total no debiese exceder del 0,06% de los ingresos del sistema”.
Clausura tardía
No obstante, el especialista en medios de pago para el público, José Luis Trisotti, quien fuera consultor de la empresa Metro, sostiene que mientras esté vigente la actual tarjeta “no se va a parar nunca” este tipo de fraude. Explica que “la tecnología que tiene la bip! es de memoria, por lo que no tiene un procesador. Es como tener una plantilla Excel y cada celda con llaves de seguridad”.
Agrega: “La tarjeta bip! tiene llaves de encriptación para cada una de las celdas. Como no tiene un procesador, lo que hace el lector del torniquete es leer ese sector y decir que tiene un saldo de $1.000, pero tiene que pagar una tarifa de $600. Se hace el cálculo, y quedan $400, lo que se escribe sobre la celda”.
El problema estaría en que, de acuerdo con el especialista, todas las tarjetas tienen un mismo código de seguridad, “por lo que si se logra vandalizar una, se logra vandalizar a todas”.
Trisotti advierte un segundo inconveniente: “El sistema se da cuenta del fraude cuando ve que la carga de la tarjeta es menor que sus usos, pues aparece que se utilizaron $11 mil, pero tiene cargas por $5 mil. Entonces, se bloquea la tarjeta y queda en una lista negra. Pero eso se hace cuando la persona ya hizo uso, o sea el fraude ya se cometió”.
“Si yo hago el fraude e ingreso $10 mil, me tengo que preocupar de gastar rápido el saldo. Al cabo de dos o tres días lo descubrirán y ahí recién me van a bloquear. Pero boto ese plástico y meto otra vez dinero”, concluye.
$10 mil carga la aplicación de teléfonos a la tarjeta bip! sin que exista un pago efectivo.
Un tercio del dinero cargado a la tarjeta se cobraba en un local comercial donde se efectuaba el fraude.
Investigación sin detenidosTras conocerse el fraude, el DTPM presentó una denuncia ante la Fiscalía Centro Norte, y la PDI comenzó una investigación para dar con los responsables. En octubre, los policías citaron a declarar a quien supuestamente subió a internet el programa que sumaba dinero a la tarjeta bip!. Además, en la misma fecha, los detectives ubicaron un local en Las Condes donde se cargaban los plásticos a un menor precio.
Sin embargo, la policía hasta ahora no cuenta con detenidos en la indagatoria. Consultada la institución sobre la pesquisa, respondió que “se encuentra en desarrollo aún, por lo que no es posible referirse a los detalles”.
Extraoficialmente, fuentes del caso contaron que rápidamente se descifró cómo funciona el fraude y que actualmente, dada la tecnología implementada en el sistema de pago, es imposible frenarlo, lo que concuerda con lo planteado por el especialista Trisotti.
Las mismas fuentes señalaron que para intentar contener la carga ilegal de dinero se pidió que se bajara la aplicación de las páginas web nacionales. Pero el programa fue subido a otras con servidores en el extranjero, en los cuales sigue disponible, pues la PDI allí no puede intervenir.