VALPARAISO H30: Propuesta para aminorar factores de riesgo (incendio) y estimular la restauración ecológica
Por Magíster Territorio y Paisaje UDP junto al Instituto de Geografía de la PUCV*
La siguiente investigación quiere dar una respuesta a los incendios que periódicamente azotan a la comuna y la ciudad de Valparaíso, un fenómeno que tuvo su punto más álgido en el incendio de abril del año 2014, considerado como su mayor catástrofe natural.
La investigación quiere ser complementaria a las dos principales propuestas que surgieron como una respuesta inmediata. De Fundación Mi Parque valoramos el sistema de quebradas urbanas y el inventario de los árboles nativos “resistentes” al fuego. Mientras que del Colegio de Arquitectos de Valparaíso la necesidad de un puerto seco para activar la economía local y el deseo de un Parque Metropolitano que sustituya las plantaciones con vegetación nativa.
Lo que nosotros aportamos es el desarrollo en términos ambientales y ecológicos de un sistema verde mayor; que a nivel local enhebra las quebradas con los espacios públicos en el plano y con el colchón verde a las espaldas de Valparaíso, mientras que a nivel territorial conecta el futuro Parque Metropolitano con los fragmentos de alto valor ecológicos (el bosque nativo, los palmares, más el Santuario de la Naturaleza Federico Santa María) esparcidos en el territorio e, inscribiéndose en el área de influencia de la Reserva de la Biosfera, con el Parque Nacional la Campana.
Sobre todo aportamos con el enfoque de la mirada. No asentado en la ciudad, no desde las convenciones urbanas, sino desde una mirada territorial, asentada en el patio trasero que nadie quiere mirar y que está descuidado por la normativa y el interés político.
Es una investigación desarrollada en conjunto a expertos validados cada uno en su específico campo disciplinar. El aporte principal lo constituye la asociación con el Instituto de Geografía de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso. A su vez, han sido fundamentales el excepcional trabajo y las bases conceptuales de URBAM de Medellín, como los conocimientos y las críticas de exponentes del GORE (Gobierno Regional) de la RM, de Corredores Verdes y el Colegio de arquitectos de Valparaíso.
Problema
El incendio de Valparaíso ocurrido este año, ha puesto de manifiesto la apremiante necesidad de re-planificar el desarrollo y crecimiento de una ciudad, que desde hace muchos años se encuentra a merced de la incertidumbre.
En los últimos 40 años ningún terremoto, aluvión o tsunami ha provocado tanto daño en Valparaíso como lo han hecho los incendios forestales. Asimismo, es incuestionable la mal entendida convivencia que existe entre naturaleza y las precarias zonas pobladas que crecen sin control en la parte alta de Valparaíso; coyuntura que sitúa a esta zona, en potencial área de riesgo ante la realidad de un incendio.
El hecho de que 3 factores se alinearan el 12 de abril 2014 (30 grados de temperatura Celsius, 30 nudos de viento suroeste y una disminución drástica de la humedad hasta valores del 30%), generó un escenario de vulnerabilidad en el entorno natural tal, que cualquier descuido o accidente fue suficiente para generar una catástrofe de tales dimensiones.
Desde siempre Valparaíso ha sido expuesto a los incendios, está en su mismo DNA. La población nativa se refería a ella como “tierra quemada”. Una predisposición natural que se ha ido agravando con las extensas plantaciones de pino (Pinus radiata) y eucalipto (Eucalyptus globulus), dos especies consideradas pirófilas, que en las últimas décadas han territorializado casi por completo la comuna y que se han asentados en las espaldas de la ciudad porteña. Sobre todo el eucaplito, con su enorme masa combustible, puede actuar como un gigantesco soplete si además está alimentado por los fuertes vientos, lo que de hecho ocurrió en el último incendio.
Hipótesis
Riesgo = A + V
Primero entender el territorio desde su coeficiente de riesgo. Asumir que Chile es un país de catástrofes y que de consecuencia el territorio tiene que ser pensado y ordenado en función de estos fenómenos. Muy útil ha sido la hipótesis de URBAM que define el riesgo como la suma entre las amenazas y las vulnerabilidades. En Medellín las amenazas se constituyen principalmente por las inundaciones y los deslizamientos, mientras que en Valparaíso por los terremotos, los tsunamis y los incendios, riesgo específico que hemos asumido como base de este trabajo. Las vulnerabilidades en este caso se identifican con los campamentos informales, una variable constante para ambas realidades.
Territorio » H30%
En segunda instancia, trabajar a partir del fenómeno 30/30/30, documentado históricamente a través de una sólida base científica elaborada por el Instituto de Geografía PUCV. De este fenómeno compuesto no podemos influir ni el viento ni la temperatura. Sí, pero, la humedad. Entonces surge la pregunta:
“¿Es posible pensar un territorio que mantenga constantemente su tasa de humedad superior al 30%?”
Propuesta
La propuesta consiste en una idea suportada por cinco estrategias y una imagen objetivo. La idea es implícita a la hipótesis: ordenar el territorio en términos ambientales de modo tal que la tasa de humedad nunca baje al 30%.
La primera estrategia consiste en captar, mediante unos dispositivos, la humedad ambiente en las cumbres y parte superiores de las cuencas hídricas para condensar y acumular el agua resultante.
La segunda estrategia en disponer de modo estratégico una mayor cantidad de cuerpos de agua en el territorio, para así aumentar las superficies de evaporación. Estos cuerpos de agua también mejoran eventuales acciones de combate al fuego, como por ejemplo el aprovisionamiento hídrico de los helicópteros anti-incendio. Estos cuerpos de agua se alimentarían por la captación de humedad anteriormente mencionada, una mejor distribución de los recursos hídricos existentes y, en el ámbito urbano, por la acumulación de las aguas lluvias antes de ser conducidas en los sifones de las quebradas canalizadas. Actualmente se pierde más del 30% de las aguas lluvias, las cuales sin retención o infiltración alguna terminan desperdiciadas en el mar. Tienen que ser cuerpos de agua verdaderamente multifuncionales.
Trascender su función puramente funcional y asociarse a espacios públicos, lúdicos y productivos a la vez, para que la gente se siente identificada y asuma el cuidado y el cariño que su mantención requiere. Sobre todo los cuerpos de agua urbanos podrían tener un rol importante en la constitución de nuevos paradigmas de asentamientos en aquellas áreas donde la incertidumbre y la desregulación de la naturaleza choca con la inercia de las políticas urbanas.
¿A qué político no le gustaría entregar una laguna artificial a aquellos niños porteños que por su pobreza nunca pudieran bajar al mar?
La tercera estrategia consiste en sustituir las plantaciones forestales por bosques nativos. Entre las dos especias forestales, es sobretodo el eucalipto el que ejerce la acción más dañina al territorio.
El eucalipto no solo es pirófilo sino también pirógeno; es decir, no solo es amante del fuego, sino que necesita del fuego para prosperar y propagarse. Tiene además la desventaja ser muy sediente. En relación a un árbol nativo consume 20 veces más en cantidad de agua. Y finalmente, aumenta considerablemente la acidez del suelo expulsando así a cualquier otra asociación vegetal a su lado.
Ahora, sustituir un eucalipto con un árbol nativo no es tarea fácil. Por la longitud de sus raíces está bien anclada al suelo y una su extirpación tendría como consecuencia una mayor erosión del suelo, de por sí ya considerablemente afectado. Lo que aquí se avanza como hipótesis es la adopción de la técnica del injerto que suele usarse con frecuencia en la agricultura. Hace tiempo esta industria opera con esta técnica, lo que le permite cambiar rápidamente de fruto ajustándose a tiempo real a las preferencias del mercado siempre en evolución. Básicamente, lo que permite el injerto es convertir el tronco amputado en un puente de alimentación hídrica para la nueva especie.
Las ventajas de la vegetación nativa son considerables: una resistencia mayor al fuego, un uso mucho más responsable del agua, la convivencia de tres estratos vegetales (árboles, arbustos y herbáceas) lo que fomenta la evapotranspiración, otro fenómeno que aumenta la humedad ambiente. Y sobre todo restaura el territorio en términos ambientales y ecológicos lo que a la larga permite la sustentabilidad y su autoregulación.
Por supuesto, y esto es parte de la estrategia, el punto de inicio de la reforestación, que necesariamente tiene que proceder por etapas, es el área quemada por el incendio. El punto cero de la regeneración paisajística y territorial.
Paralelo a la reforestación, es la estrategia de la restauración del fondo de quebradas, que por una parte sustituye los eucalpitos y por otra regenera o fortalece la vegetación nativa aún presente. No hace falta repetir que la restauración no procede solo con acciones ambientales, sino combinadas con acciones fenomenológicas y sociales.
La última estrategia consiste en la reubicación del puerto seco. Contrario a la propuesta oficial que lo ubica en la cuesta Balmaceda paralelo al camino de la Pólvora, se propone una ubicación adyacente a Placilla, evitando así la interrupción o el corte del sistema de corredores verdes que estamos proponiendo y que consideramos lo estructurante de nuestra propuesta.
Puedes ver un extracto de la presentación de esta propuesta en PDF en este link
*Ficha Técnica
DIPLOMADO PAISAJES PRODUCTIVOS
Agosto – Octubre 2014
Magíster Territorio y Paisaje UDP
Asociado al Instituto de Geografía PUCV
Docentes Taller: Claudio Magrini + Susana López
Docente Seminario: Luis Álvarez
Alumnos: Camilo Barnier, Francisca Labra, Paz Quintana, Camila Vilches
Colaboradores:
Alejandro Echeverri – URBAM Medellín
Pablo Fuentes – (Ex) Jefe de Planificación GORE RM
Alexis Vásquez – Corredores Verdes
Daniel Morales – Colegio de Arquitectos Valparaíso
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