“En Chile falta prevención en materia de desastres naturales”
Por Fabiola Torres, La Tercera.
Georg Heim Director para Chile de Geotest de Suiza.
Tras varias catástrofes, Suiza redibujó su política para afrontar estos fenómenos.
La mayoría de los terremotos ocurre en zonas donde convergen dos placas tectónicas. Por eso, el terremoto del 18 de octubre de 1356 de Basilea, en Suiza, fue un acontecimiento muy extraño. Los movimientos telúricos en Europa son comunes en bordes activos de las placas tectónicas, como en Grecia e Italia, pero no el centro del continente. Según el daño de los castillos de la época, se calcula que fue 6,0 en la escala de Richter, pero no pocos afirman que fue de 7,0. Como sea, fue el terremoto documentado más grande de la historia de Europa central.
No es el único desastre natural con el que lidian los suizos. Su geografía, en muchos puntos similar a la de Chile, los hace bregar contra aluviones, deslizamientos e inundaciones. Cansados de sólo reaccionar, hace 20 años reorganizaron las cosas, y crearon una base administrativa para prevenir estos fenómenos. Al alero de esta reforma nacieron varias empresas dedicadas a la prevención de desastres naturales. Una de las más importantes es Geotest, que suma cinco años en Chile asesorando al sector minero e hidroeléctrico, entre otras industrias.
“Para un país que constantemente sufre eventos catastróficos, la experiencia suiza en la gestión de desastres naturales puede ser lo que evite escenarios como el que entrega el norte del país hoy”, dice Georg Heim, director para Chile de Geotest.
Tras sufrir una serie de aluviones en los noventa, Suiza decidió hacer un cambio de paradigma y pasar de la protección reactiva a una gestión preventiva de los riesgos de un desastre natural, donde se analiza la amenaza del riesgo que supone un proceso natural para la infraestructura y personas. Sobre esa base se planifican medidas de protección y planificación territorial, además de una normativa vinculante al respecto.
“Queremos ofrecer (con Geotest) nuestra experiencia de décadas en Suiza, que tiene una geografía muy similar a Chile. Suiza sufrió un gran número de desastres naturales en los ochenta y noventa, con muchos muertos. De hecho, los eventos del norte me hacen recordar lo que vivió mi país hace 20 años. En esa época, no sabíamos cómo reaccionar, quedamos paralizados porque no estábamos preparados, por lo que como país nos dimos cuenta de la necesidad de un cambio de paradigma. Nos alejamos de la idea de sólo reaccionar y pasamos al concepto de prevención”.
¿Cuál es el modelo de riesgo que se usa en Suiza para la prevención de desastres?
“Digamos que tras un evento, después de minutos, horas o días, la idea solo es sobrevivir. Hay que dar alertas, realizar rescates, tal como ahora ocurre en el norte. Se trata de limitar el daño. De hecho, la reacción de la Onemi fue la adecuada para limitar el daño. Luego se llega a la fase de reparación, que también se observa en el norte. Facilitar la logística, que las tiendas vuelvan a funcionar, abrir escuelas, normalizar la situación. Después se llega a la fase de reconstrucción, que son arreglos a largo plazo, para llegar a la normalidad”.
Para Heim, estas primeras etapas se implementan bien en Chile, pero luego no se pasa a la fase siguiente -fundamental en el modelo de gestión de riesgo suizo-, que es la reducción de la vulnerabilidad; en otras palabras, prevenir. Acá se repite el patrón en un nuevo evento, como terremotos o erupciones. “Falta la fase de prevención para prepararse mejor para un próximo desastre”.
Y una de las fórmulas fundamentales de prevención, dice, es confeccionar un mapa futuro de amenazas.
¿Cómo habría influido este mapa en el norte?
Un mapa de amenazas por sí solo no sirve, sino que es la base para tomar medidas y realizar una planificación territorial adecuada. Para el norte, con el mapeo de amenazas por ejemplo, se habrían podido evitar daños en infraestructura, al construir entendiendo el posible impacto de un desastre natural como un aluvión.
Heim resalta que es primordial implementar el mapeo de amenazas en el Plan Regulador, instrumento que regula el desarrollo urbanístico del país. “Con un mapa de amenazas, una comunidad puede decidir dónde construir, dónde son necesarias medidas preventivas y así evitar daños”.
Pero el experto dice que estos mecanismos solo tienen valor cuando son implementados en el plan regulador, con una ley que obliga a su cumplimiento.
Un buen mapa
Según Heim, en el norte ahora se debe hacer un análisis del riesgo para establecer medidas de protección. “Así se evitan conflictos y la mala gestión de los recursos”.
Estos mapas, dice, deben considerar nuevas variables, como el impacto del cambio climático. “Por ejemplo, el alza de la temperatura provoca que en las zonas altas las precipitaciones no sean de nieve, sino agua-lluvia, lo que aumenta los caudales y puede provocar aluviones o inundaciones. También causa el derretimiento del permafrost, gruesa capa de material (tierra, roca o sedimento) congelado que cuando pierde esta propiedad genera desplazamientos de terreno, desprendimientos de roca, etc.”