Opinión: Valparaíso, la reconstrucción prefabricada
Por Victoria López, Arquitecto Coordinadora del Área de Desarrollo del Hábitat (ADH) de la Oficina de TECHO-Chile, Región de Valparaíso.
No hemos terminado con un plan de reconstrucción y ya debemos comenzar a planificar otro. Si bien es cierto, la catástrofe que mantiene en estado de emergencia al norte del país requerirá de muchos esfuerzos de planificación y de estrategias de solución para los más de 29 mil damnificados, es fundamental que no olvidemos las tareas que aún tenemos pendientes en los cerros de Valparaíso.
Sabido es, que Chile es un país de catástrofes y debido a la falta de planificación urbana y territorial, año tras año debemos observar cómo los chilenos se movilizan para ir en ayuda de las víctimas de eventos naturales, supliendo la ineficiencia del Estado.
Este 12 de abril se cumplió un año del incendio que destruyó gran parte de Valparaíso, más la reconstrucción está recién comenzando y se vislumbra como un camino largo y difícil de recorrer.
El Plan de Reconstrucción y Rehabilitación Urbana lanzado por Ministerio de Vivienda y Urbanismo (MINVU) para enfrentar las consecuencias del incendio, recoge una serie de antecedentes y opiniones de entidades competentes en el tema, como por ejemplo el Colegio de Arquitectos, o los docentes de las universidades de la Región, y expone el Plan de Inversión 2014-2021 que será trabajado en tres escalas:
– Escala ciudad, planteando mejoramiento de la conectividad (red vial, calle del agua), mejoramiento de las condiciones ambientales y de seguridad (obras hidráulicas, planes de reforestación, estanques de agua contra incendios y otros), mejoramiento sanitarios (red sanitaria en la parte alta), movilidad y accesibilidad urbana (mejoramiento transporte público).
– Escala Barrio/cerro (implementando el programa quiero mi barrio en 4 sectores).
– Escala vivienda con las tres alternativas de subsidio para la vivienda: construcción en sitio propio (por pago posterior o por avance de obra), proyectos de densificación predial y la compra de vivienda nueva o usada.
Junto con este documento, el Ministerio de Vivienda y Urbanismo (MINVU), ejecutó un Informe de Avance de la Reconstrucción del Incendio en Valparaíso en febrero del 2015, el cual da a conocer los avances en cuanto a entrega, ejecución y subsidios pendientes.
De dicho informe, se desprende que: de los 3.582 inmuebles catastrados, 3.110 serán “atendidos” con una solución de vivienda (los 472 restantes resultaron ser viviendas sin daño).
De éstos, 3.110, ya se han otorgado 1.739 subsidios, de los cuales 447 están terminados, 183 están en ejecución y 1.109 están por iniciar.
Este escenario resulta alentador a primera vista, sin embargo, si desglosamos los subsidios otorgados nos encontramos con el siguiente panorama:
Si bien, se han otorgado 1.739 subsidios, 1.199 corresponde a subsidios de adquisición de vivienda nueva o usada (donde sólo 438 están terminados, 1 está en ejecución y 761 por iniciar), 20 subsidios corresponde a reparación de vivienda (donde en su totalidad están por iniciar) y los 520 restantes corresponden a construcción en sitio propio.
Ahora bien, pareciera que en el territorio, los avances no son muchos, si consideramos que de los 520 subsidios de construcción en sitio propio, a la fecha, sólo 9 están terminados y 182 están en ejecución (los 329 están a la espera).
Lo anterior, se traduce en que a un año del incendio en Valparaíso, el 14, 37% de las familias afectadas tiene una solución definitiva de vivienda, pero sólo el 2,01% de éstas, se quedaron en sus propios terrenos.
¿Entonces cuánto es lo que realmente avanzó la reconstrucción de Valparaíso en un año?
La reconstrucción esta recién empezando, de hecho la mayor parte de las soluciones ejecutadas a la fecha, específicamente el 68,94% del avance, no es precisamente de “reconstrucción”, sino que se trata soluciones de vivienda en otros lugares, fuera de las zonas siniestradas.
¿Qué está frenando el avance de la reconstrucción?
La complejidad en el proceso de postulación, es uno de los factores que está dificultando el avance, puesto que se pide una gran cantidad de antecedentes necesarios para acreditar la posesión del terreno (sólo el 39% de los inmuebles catastrados tienen un propietario definido), su estado hábil para construir (sólo el 43% de las viviendas estaban ubicadas en “zonas seguras” según el PRC y el PREMVAL) y los permisos de edificación.
Lo anterior, deja en evidencia, lo necesario que resulta la regularización de los terrenos de Valparaíso y abordar el problema de forma individual hace reiterativo el proceso. Si bien, es la forma en la que se está trabajando en los campamentos afectados, con estudios de pre factibilidad y propuestas de anteproyecto de loteo, las zona consolidadas tienen la misma necesidad y se esta asumiendo que todos aquellos sin propiedad opten por el subsidio de compra de vivienda.
¿Qué es lo que realmente esta pasando?
Como era de esperar, la sociedad civil está actuando más rápido y de mejor manera que el Estado, y la organización comunitaria esta siendo protagonista. La clásica tendencia del Gran Valparaíso es crecer adelantándose a la planificación urbana, que a pesar de transformarse en agravante ante catástrofes, es parte de la belleza de la ciudad puerto y de su fortaleza organizacional. En general, el escenario es la reconstrucción por los propios medios de las familias, esperando poder optar por el subsidio por pago posterior una vez terminada la vivienda.
Esta velocidad y la carencia habitacional que marca a la región ha hecho que muchos de los terrenos de las familias que optaron por una vivienda en proyectos CNT o compra de vivienda, estén ocupados por otras familias, similar a lo que ocurre en los campamentos con los proyectos de erradicación.
Por otro lado, los afectados que no tiene los medios suficientes para iniciar la obra, se encuentran en el proceso de postulación a la espera de la regularización de sus terrenos, permisos de edificación o definitivamente a la espera de la asignación de sus subsidios, viviendo de allegados o arrendando con el subsidios de emergencia.
Si bien es cierto, que se puede observar un amplio mercado de constructoras disponibles, a la hora de tomar en cuenta los montos del subsidios y las condiciones del mercado, nos encontramos con que para abaratar costos y facilitar las gestiones, tienen una oferta de viviendas tipo y prefabricadas que a simple vista, provocan preocupación por la arquitectura particular de la ciudad patrimonio, donde el siding es la nueva fachada del puerto.
¿Es acaso esta la arquitectura que queremos para nuestra ciudad patrimonio?
Es hora que el sistema económico deje de apropiarse de la planificación urbana y se desvincule de las actuales condiciones del mercado del suelo, que no hace más que dificultar el acceso a uno de los derechos fundamentales y más vulnerados de las familias chilenas, la vivienda.
Las condiciones actuales de habitabilidad de los cerros se mantiene en estado precario. Es evidente la falta de servicios básicos, los baños químicos siguen presentes en muchas de las casas creando un escenario de prolongación de los campamento de la parte alta. Estos mismos que habían sido prometidos con alcantarillados provisorios continúan con suministro de agua a través de camiones aljibe.
Dentro del diagnóstico presentado por el MINVU, fruto de un sinfín de reuniones, charlas, conversatorios y otros, que surgieron a raíz del incendio, se plantearon dos situaciones agravantes de riesgo que debieron ser tratados de forma inmediata, y que hasta el minuto no han tenido solución clara.
El primero, son los micro basurales y el cuidado de los fondos de quebrada, no sólo de la zona afectada, sino que en toda la ciudad. A un año del incendio las quebradas de Valparaíso han sido trabajadas de forma local gracias a la organización de las comunidades, y no, como un problema global que afecta todo el territorio, sin mencionar además la cantidad de escombros remanentes del incendio mismo que aún permanecen en los terrenos.
El segundo es el bosque sin cuidado y sin planes de manejo al borde de la ciudad. A estas alturas, el bosque ya está en camino a su regeneración. El eucaliptus tiene una alta velocidad de crecimiento y propagación, que de no ser controlado, en un futuro cercano tendremos la misma cantidad de energía acumulada.
La emergencia debe ser abordada desde lo inmediato, considerando que Valparaíso vive en una constante emergencia.
Es urgente dar inicio a las obras de mitigación y prevención de riesgos en toda la ciudad, pues de no ser así volveremos a enfrentar una catástrofe de similares características. Es cosa de recordar lo que ocurrió el pasado 13 de marzo de este año, cuando nuevamente Valparaíso fue protagonista, al verse afectado por un incendio que arrasó con 565 hectáreas, y que afortunadamente afectó sólo áreas forestales.
En febrero de 2013 el afectado fue el sector de Rodelillo y Placeres en Valparaíso, en febrero de 2012 el campamento Monte Sinaí, sector de Miraflores Alto y podríamos seguir nombrando capítulos de esta historia, concluyendo que los incendios son parte de la región.
El Estado inoperante sigue viviendo el día a día, evitando la planificación y desarrollando medidas cortoplacistas, quedándose impávidos hasta que la catástrofe ocurre. En ese momento, inician la morfología y emplazamiento de las ciudades, que afortunadamente aún no han sido tocadas por incendios, aluviones, terremotos, y demás.
Estamos en pleno conocimiento de que Chile es uno de los países más sísmicos del mundo, que tenemos una enorme cantidad de volcanes activos y cercanos a ciudades, que las costas están por lo general rodeadas de áreas forestales; sin embargo, no nos hacemos cargo. Es fundamental entonces, que comencemos ya la re planificación de todo el país, debemos hacernos cargo de las condiciones naturales de nuestro entorno para asegurar las sostenibilidad ambiental de nuestras comunidades.
Vamos a comenzar ya.